lunes, 28 de diciembre de 2009

Algunos apuntes sobre las fiestas



Aquí está usted. Todavía arrastra cierto cansancio físico de la Navidad y ya vislumbra el de año nuevo. Un poco por eso y otro porque algunos ya se fueron de vacaciones, siente que estos días son prácticamente parte de ellas. Por eso se permite conversar sin culpa con compañeros de trabajo; por eso puede leer este blog sin que lo pinche el bichito de que debería estar trabajando. ¿Cómo? ¿que ese bichito se retiró hace tiempo por la fatiga, las constantes lesiones y el sentimiento de impotencia? De cualquier forma, aquí está usted. Y me parece que es el momento para, aún a riesgo de ser impopular, hablar de ciertos aspectos que rodean estos días.


Ante todo decir que el mote "felices fiestas" me parece perezoso. Es cierto que tenemos dos eventos significativos separados por pocos días, pero eso no autoriza a aunarlos irresponsablemente. Imagine que se recibe pocos días después de su cumpleaños. Si alguien le dijese "felices acontecimientos", usted sonreiría protocolarmente mientras destroza al enunciador en su fuero interno. Pues bien, esa vaguedad es la que no aguanto. "Feliz Navidad y próspero año nuevo". ¿Ve? Mucho mejor. Distingue las fechas y desea cosas buenas para las dos. Bien.


La vaguedad parece ser la característica principal de estos días. "Los mejores deseos para estas fiestas" nos dicen. Ya ni siquiera nos desean algo, sino que nos desean deseos. El metadeseo es la expresión más cabal de esta vaguedad a la que hago referencia.


"Te deseo lo mejor" escuchamos de parte de quienes se hacen cargo de algún deseo. Ahora ¿que quiere decir esto concretamente? Si un masoquista me desea lo mejor, quizás me esté deseando que una pandilla me golpee salvajemente, me deje quebrado y lleno de heridas sobre unas brasas ardientes mientras uno de ellos me echa limón encima. Si un workoholic me desea lo mejor, probablemente se alegre de verme en la oficina a las 3 de la mañana de un sábado. Indague mejor qué corno es lo que le están deseando o si no después no se queje de que el año no es lo que usted pensó.


Su interlocutor, apurado ahora, echará mano a conceptos difusos como paz, salud y amor. No se amilane. Todavía no le ha dicho nada. Vamos por partes.


¿Paz? ¿me desea a mí que se solucionen los problemas en medio oriente? ¿y yo que tengo que ver con ese deseo? ¿me desea paz interior quizás? ¿y eso que es? Porque seamos sinceros, la idea de paz interior se asocia con una sonrisa imbécil en posición de loto y la estoica despreocupación por todos los quilombos que lo rodean. Lo que le está deseando no es paz sino Alplax o Rivotril.


¿Salud? La salud puede ser considerada una condición para disfrutar más de las cosas buenas de la vida, pero difícilmente sea un valor en sí. ¿Por qué le desea salud y no algo que pueda aprovechar con esa salud? Es como decirle "espero que tengas una valija con 5 millones de dólares (y estés en medio de una isla desierta)". No se deje engañar por la sonrisa y el tono melifluo. Desconfíe.


¿Amor? Llegamos al centro del asunto. Todos queremos amar y ser amados. Pues bien ¿por qué se lo desea sólo para este 2010? Sospechoso. "Que en este 2010 todos encuentren amor". Si usted está en ese lugar con su pareja sospeche doblemente. Porque al parecer todavía no encontró el amor y porque -lo que es más preocupante- parece que su pareja tampoco. Sí, sí, quizás deba posponer su viaje de bodas de oro. Para el muchacho del brindis usted está mal. En el caso de que usted esté solo, la cosa no mejora. ¿Por qué restringe al 2010? ¿cómo sigue la frase? Quizás el que ahora eleva su copa sea un sociópata que piensa: "Que en este 2010 todos encuentren amor... solo para que se eleven y en el 2011 caigan como un piano y se les desgarre el corazón tortuosamente. Muejejeje". Que los pianos no tengan corazón no hace a la cuestión. Ahora entiendo por qué está solo.


Por eso le pido, querido lector, que si bien ya patinó en el brindis de Navidad, trate de recuperarse en año nuevo. Levante su copa y diga algo como la gente. Como la gente que dice cosas inteligentes, por ejemplo. Se aceptan propuestas.



Que lo disfruten con salú (no, esta no se puede. Ya está tomada)


martes, 22 de diciembre de 2009

Ventaja (o por qué el tenis es mejor que el futbol)


Que quede claro: el fútbol es -como dice un comentarista deportivo- el deporte más hermoso del mundo. Y el que personalmente más me gusta. Quien argumente que sólo se trata de 22 personas en pantaloncillos corriendo detrás de una pelota nunca jugó un partido. No uno de fútbol 5 por lo menos. No obstante, el otro día fuimos a jugar al tenis con un amigo y no pude dejar de notar las ventajas que presenta el llamado "deporte blanco". Sí, yo también creo que "deporte blanco" sería un nombre más propio para el sky que para el tenis, pero parece que....no, no creo que jugasen al tenis en la nieve. Porque la pelota no pica. Al parecer tiene que ver con la ropa que se usaba antes. No, no en el sky, en el tenis. Mire si van a ponerse shorts en la nieve. Se mueren de frío. Y de aburrimiento. Porque la pelota no pica.

Las ventajas tienen que ver sobre todo con que hay más factores para justificar un potencial mal desempeño. Si usted es de aquellos para quienes coordinar un pie y una idea de lo que quiere que el pie haga es una proeza, este es su post. ¿Cuales son, entonces, las ventajas del tenis?:

a) El encordado de la raqueta nunca está totalmente simétrico. Esto permite que, después de impactar la pelota con el marco de la raqueta -cuando no con el mismísimo mango- pueda mirar la misma con cara de concentración y reacomodar la distancia entre las cuerdas. El gesto dice algo así como "aquí estaba el problema; las cuerdas del medio están separadas en el vigecimotercer cuadrante más que en los otros. Por eso la pelota se fue a la cancha de al lado". El futbol no permite tal cosa. Si su "tiro de media distancia" terminó en el club que está a tres cuadras, una levantada de medias o el ajustamiento de los cordones lo único que dice es : "debería dedicarme a levantarme las medias o ajustarme los cordones, porque para el fútbol soy un asco".

b) El viento puede influir. Es un hecho cierto que -en tiros muy justos- el viento puede hacer que una pelota que tenía destino de fleje vaya afuera. Pero no tiene que ser un profesional, también un neófito puede quejarse del viento, por más que se necesite del zonda o el pampero para justificar que la pelota haya caído 2 metros afuera. Igualmente, este no es su problema. Usted directamente la dejó en la red.

c) El factor estético. Mientras en el fútbol la contigüidad con otros seres humanos puede dejar en evidencia su falta de velocidad, coordinación motriz o buen aliento, en el tenis esa perspectiva se pierde. Hacer bien el movimiento no implica pegarle bien a la pelota, pero el movimiento queda divino. Es por eso que uno puede aparentar saber jugar aunque no haya sido capaz de pasar una sola pelota del otro lado de la red en todo el partido.

"Hoy no me salió una" se escucha decir a gente que no le ha salido una en los últimos 23 partidos que jugó y que parece dominar más la falacia de énfasis que el drive paralelo.

d) El tenis es un deporte individualista. Esta frase que se escucha decir con tono peyorativo a quienes no soportan que Argentina todavía no haya ganado la Copa Davis o a quienes no logran digerir que un tenista gane más en un torneo que ellos en toda su vida laboral, en realidad es uno de los aspectos más positivos del tenis. Piénselo: si le erra a la pelota y es un punto del otro, ¿prefiere que lo insulte una horda de hombres conformada por 10 titulares y 4 suplentes cuya razón se encuentra obnubilada por las pasiones o masticar la bronca en privado, diciéndose que la culpa de todo la tiene el viento (ver punto b)? Y si en el mismo movimiento termina cayendo de bruces sobre el campo de juego en forma vergonzosa ¿prefiere que se burlen de usted otra horda todavía más grande, que incluye al otro equipo, al suyo (que resultaron no ser tan buenos pibes), al árbitro y a las 3 novias que habían ido a ver el partido (incluida la suya, que resultó no ser tan buena mina) o que apenas un contrincante se sonría, conciente de que usted estará humillado, pero tiene una raqueta en la mano que puede funcionar como objeto contundente? La elección es clara.

Puede pasar también que a usted no le guste el fútbol. Tampoco el tenis. Y que menos que menos le interese leer sobre las ventajas de uno sobre el otro. En ese caso le pido disculpas por este artículo.

Fue culpa del viento.

martes, 15 de diciembre de 2009

Complot (segunda parte)


Señores, hace pocos días denuncié la existencia de un complot contra los miembros de Men in Blog. Y quisiera no haberlo hecho, porque todas las cosas aparentemente retomaron su cause. Aparentemente.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford encabezados por el Dr. Silva estaban leyendo mi blog paralelamente en dos computadoras desde la mismísima Universidad de Oxford en Oxford, Inglaterra. Mientras en una maquina mi perfil se veía con la foto de la característica pluma, en la otra lo que se vió fue esto:



Usted se preguntará ¿qué hace una foto de Richard Dean Anderson en mi foto de perfil? Después de haber consultado con otros grupos de investigadores de otras universidades, agentes de diversos servicios secretos, especialistas en informática y tarotistas de Plaza Francia, la sentencia fue unánime: ni la más pálida idea. Mis ansias de conocer la verdad me condujeron hasta una inhóspita montaña del Tibet, en cuya cima se encuentra una cueva donde vive un hombre sabio. Es sabido que los sabios viven en este tipo de lugares. Al parecer su sabiduría consiste en ahorrarse pagar el ABL. Este viejo sabio inmediatamente supo ver más allá de lo que los simples mortales miran; escrutó la foto, me miró con ojos inteligentes y -antes de que yo pudiese decir nada- me dijo: "Este muchacho de la foto ¿no es el de McGiver?".

Las piezas del rompecabezas empiezan a encajar. Todavía no logro ver en qué corno consiste la figura, pero las piezas siguen cayendo en mis manos. Con lo que tenemos por ahora, y haciendo alguno que otro salto en algunos lugares, lo que tenemos es esto: al parecer un grupo de actores de series de los 80s quieren recuperar su fama a través de un espacio tan masivamente concurrido como Kairós. Y no lo hacen simplemente con el afán de volver a 'los buenos viejos tiempos' sino para hacernos algo malo a todos, como envenenar el agua potable o trabar las televisiones en canal 7. ¿Qué otra explicación se le ocurre para este fenómeno? Ah. No, no había pensado en eso. No importa. la cosa es que existe un complot y si lo sigue negando lo pongo en la lista de complotados.

Después de lo que desde ahora llamaremos el "McGiver affaire", logré componer un listado de posibles sospechosos:


David Hasselhoff: usted me quiere objetar que se mantuvo bastante vigente en los 90s, pero piénselo bien: ya medio jovatón, el tipo se mata para hacer un pique de 30 metros sobre la cansadora arena de la playa. Ahora, cuando recuerda una escena de Baywatch ¿es a él a quién imagina corriendo? La defensa descansa.










David Rasche:seguro que alguna vez vio Sledge Hammer. Si usted es un ser humano y no un organismo cibernético malvado con un pésimo sentido del humor, entonces coincidirá conmigo en que el tipo era un genio. Sin embargo, la serie tuvo solamente dos temporadas. ¿Qué pensaría usted si con un producto de ese calibre (nunca mejor usada la expresión) estuviese en el aire el mismo tiempo que la serie "Joey"? Rencor y deseo de venganza serían dos palabras bastante apropiadas ¿no?



Gary Coleman: no hay que ser un fanático del canal E! para saber que a este muchacho no le fue bien en la vida. Sus desventuras incluyen pasar de ganar u$d 70.000 por capítulo a ser guardia de un supermercado (en el cual creo que incluso con el aumento del sindicato no llegaba a ganar lo mismo que en TV) y de ser un niño amado por la crítica a ser un sopeti criticado por los niños. Parodiado por cualquiera que se llamase cómico a sí mismo y terriblemente irritado por una versión de 'Blanco & Negro' hecha por el INADI ('Caucásico & Afroamericano'), en el 2003 llegó a...no puedo decirlo...es algo fuerte...bueno, él llegó a dedicarse a la política (se postuló a Gobernador de California) Huelga decir que tampoco está muy contento con la vida.



Pibe de Manimal: la verdad es que no lo recuerdo demasiado bien. Lo cual no es raro, ya que se trata de una serie de la que recuerdo más el nombre que otra cosa. Claramente trataba de un muchacho que se transformaba en animales. Era así ¿no? Bueno, el pibito este (el rubio, creo que es el de corbata) parece que no está contento con haber quedado tan olvidado después de haberse sometido a extenuantes sesiones de maquillaje. Se queja que pasó tanto tiempo maquillado como los de Kiss pero que él no tiene ni guita ni minas ni botas con plataforma.

"Lo peor no es que te olviden, sino que ni siquiera recuerden que te han olvidado" lo escuchó decir alguien antes de darse cuenta de que lo estaba orinando encima.

Como verán, este maquiavélico plan ha comenzado a ser desarticulado exponiéndolo al público. No temo las consecuencias. Es más, me permito recordarles a esos muchachos que mi nombre es Marcelo Polino y que me pueden encontrar en las inmediaciones de América TV. Y que lo traigan a Mario Barakus si son hombres. Dejo evidencia irrefutable sobre la mesa y me retiro silbando bajito.



Una reunión oscura para designios a tono.



I can see you!!!


Que lo disfruten con salú.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Un post sobre la felicidad, el encuentro de las paralelas en el infinito y aquello que usted más desea saber


He escuchado que algunos malpensados, aprovechando la baja en la productividad del presente blog en las últimas semanas, han dicho que a mí no se me cae una idea. Pues bien, sepan que tenía guardada una idea excelente, sublime, incomparable y magnánima....pero se me cayó.

Quedé así nuevamente en foja cero, y además con la alfombra llena de pedacitos de idea. Pues bien, es mejor que lo sepa de una vez: este post no es sobre la felicidad, el encuentro de las paralelas en el infinito y aquello que usted más desea saber (o si lo es será una sorprendente coincidencia) sino sobre lo que yo tenía más a mano. Sí, sí, era mentira. Pero no haga tanta alharaca, porque justamente eso es lo que nos proponemos tratar: sobre la mentira.

Ante todo desmitificar aquello de que la mentira tiene patas cortas. ¿Qué se quiere decir cuando se dice que tiene patas cortas? ¿que las mentiras no llegan lejos? Sepan que las personas de patas cortas pueden llegar lejos, lejísimos si quieren. Quizás tarden más, pero llegar llegan. En todo caso sería mejor decir: "la mentira tiene mal estado físico y no tiene ni la plata ni la belleza para que la lleven lejos". Entonces se entendería perfectamente la imagen. Por otro lado ¿es verdad que no llega lejos? Bernard Madoff llegó bastante lejos, por lo menos localmente. Es más, la gente que lo repudia le dice: "Bernie, esta vez fuiste demasiado lejos". Si lo que quieren decir es que su andar es moralmente torpe y no está a la altura de lo esperado bien podrían usar otra imagen. Como que tiene patas cortas, por ejemplo.

Que mentimos diariamente es algo que voy a dar por supuesto. "Lo tenía listo pero la computadora lo borró"; "tengo veintipico"; "te queda fantástico"; "estoy totalmente de acuerdo"; "lo primero que miro son los ojos"; "no tengo idea de lo que me estás hablando"; "¡qué post tan ocurrente! De lo más original que he leído últimamente. Que digo últimamente, ¡en siglos!". En fin, el hecho es que ocultamos, negamos o vejamos sistemáticamente a la verdad en forma cotidiana. El tema es el por qué. ¿Qué nos lleva a mentir? Como suele suceder, considero tener la respuesta final a este problema.

a) La comodidad: la verdad no siempre es dolorosa, pero a veces es demasiado larga. Por eso, si una mentira es el atajo hacia el fin o la agilización de la conversación, bienvenida sea.

Pregunta: - ¿Te pusieron Josefa por tu madre?

Respuesta verdadera: - No, mi madre se llama Carlota. Me pusieron Josefa porque mi viejo era fanático de Racing y dijo que si conseguían el tercer campeonato y tenía un hijo le iba a poner "José" en honor a Juan José Pizzuti, el técnico de aquél conocido "equipo de José" de la década del 60. La cosa es que nací yo y -para no violar su promesa- me puso Josefa, aunque a mi mamá le dijo que era por una tía lejana suya que lo había cuidado cuando era chico.

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Mentira: - Sí.

Creo que no pude haber sido más claro. Después de todo ¿en qué afecta al otro ese dato? Eso sí, esto último es un punto importante, pues existen casos donde la simplificación podría no ser el bien mayor.

Pregunta 2: - ¿Es seguro nadar en esta playa?

Respuesta verdadera 2: - Depende. Eventualmente puede haber algún que otro tiburón, pero en general no vienen tanto porque los desechos tóxicos de la fábrica que está allí los irrita y se ponen extremadamente violentos. Así que con un traje de amianto y un arpón debería estar bien. Eso sí, si no esta nublado, mire que si no es una fija que le caiga un rayo. Pero bueno, el amianto quizás lo ayude. Eso sí, tenga cuidado con las carreras de jet sky que suelen hacer grupos de adolescentes cerca de la orilla.

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Mentira 2: - Sí.

b) La integridad física: hay casos donde la verdad puede deparar una sesión de violencia física evitable. En ese caso, parece ser recomendable evitar la verdad en toda su pureza. De nuevo, no es que la realidad duela, lo que duele son los golpes del receptor de esa verdad.

Pregunta 3: - ¿Cómo me veo?

Respuesta verdadera 3: - Un poquito ridícula. No sé si es la mala combinación de colores chillones, la vincha noventosa o el hecho de que ese corte te marque un poquito el rollo de la cintura. Y tenés un olor raro. Sé que no me lo preguntaste, pero hace a la apreciación general.

Respuesta a la respuesta verdadera 3: - ¿ah, sí? (patada a los testículos)

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Mentira 3: - Muy bien. Me parece original.

Respuesta a la mentira 3: - ¡ay, gracias! Sos un divino.

No quiero parecer resultadista, pero no me va a negar que logra apreciar ciertas ventajas en el segundo escenario. Además, esta dinámica podría profundizarse.

Pregunta 4: - ¿De quién es esta pelota que acaba de impactar en mi cara mientras tomaba sol para recuperarme de mi trabajo como guardaespaldas profesional?

Respuesta verdadera 4: - Mía. El tema es que he estado practicando mi drive y me entusiasmé un poco. Pero la verdad es que sólo un boludo se pone a tomar sol justo en esta parte de la playa.

(Crash. Boom. Splat. Kapaum)

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Mentira 4: - Creo que de un alemán que pasó para allá. Para que sepas, en alemán "mía" se dice "Nein".

Respuesta a mentira 4: - Ugh.

c) La honra: a veces lo que queremos evitar es, simplemente, quedar mal. Y a ese fin somos capaces de contorsionar nuestros principios hasta lo indecible. Vamos a un caso polémico:

Pregunta 5: - ¿Qué opinás de Andy Warhol?

Respuesta verdadera 5: - Es un ladrón de gallinas. ¡Por Dios, gente, es una lata de sopa de tomates!

Respuesta a la respuesta 5: - Sos un cavernícola.

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Mentira 5: - Un revolucionario. Un tipo con visión.

Respuesta a Mentira 5: - ¿Vamos a comer canapés mientras vemos una instalación?

Ya sea por no quedar mal, por no quedar malherido o por no hacer un mínimo esfuerzo mental, la cosa es que hemos relativizado aquello de que mentir está mal. Y quiero que quede claro que con esto no quiero justificar su accionar diario sino sólo poner en perspectiva algunas decisiones sobre lo que uno dice.

Aún así sigo pensando en que tendría que haberle dicho algo a su mujer sobre el hecho de que se ganó la lotería.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Complot


Señores, todo esto es sumamente raro. Más que raro, llamativo. O lo que es todavía peor: curioso. Lo que en el colmo del paroxismo podríamos considerar intrascendente.


Estamos en diciembre (no, no voy a volver sobre el tema) y no lo parece. Diciembre: un mes que no tiene autoridad para exigirnos nada; un mes en el que uno empieza a ser más informal con la vestimenta, más laxo con la exigencia, menos ambicioso con los proyectos; mes para cerrar empresas más que para acometerlas; un mes para evaluar y para proyectar, pero difícilmente para hacer; mes -a fin de cuentas- para no hacerse mala sangre con el laburo sino con el presupuesto de las vacaciones y con las decisiones sobre con quién pasar las fiestas.


La cosa es que, justo en este mes de morondanga, resulta que me veo envuelto en un complot.


Así como lo escucha: un complot. Con todas las letras. O con 6, que con eso nos alcanza. Al principio no lo percibí por la misma dinámica del complot, pero con el tiempo se fue haciendo evidente. Primero fue una mayor carga laboral entrecruzándose con un par de trámites impostergables. Sospechoso. Tuve entonces que relegar este espacio y otros espacios circundantes que suelo visitar (no, no Parque Chas. Otros blogs digo. No sea literal, hombre) Cuando logré hacerme unos minutos para pasar por los espacios circundantes que suelo visitar, lo que encontré fue la huella del caos y la desesperación; encontré la agonía y la zozobra; encontré la inquietud y el desasosiego; encontré la esquina de Pampa y la vía. Y también me encontré con que varios cofrades tenían problemas para publicar: problemas de tiempo, problemas de inspiración, problemas...


Y entonces algo en mí hizo click. Fue el cuello. Creo que tiene que ver con tanto estar con la computadora o corrigiendo. Me agarró una especie de tortícolis. Sí, probé con calor pero no hay caso. ¡Reflexología dice? Veremos, veremos. No obstante, la inmovilidad me permitió detenerme a pensar. Y fue en ese momento que todo se me hizo claro, casi prístino: existe un complot contra los integrantes de Men in Blog.


(Pausa dramática)


Es así. ¿No me cree? Vaya a darse una vuelta por los blogs de los involucrados. La última semana ha sido sanguinaria. Y eso porque usted no recibe mails de sus integrantes, sino podría atestiguar lo que yo desde mi posición privilegiada: que no estoy recibiendo mails de sus integrantes. Un momento. Esto no suena del todo bien. Bueno, no importa. Retenga lo importante: yo soy un privilegiado. Los de MIB no mandan mails. Activia hace bien para el tránsito lento (no, no creo que le sirva en Panamericana a las 6 de la tarde)


Ahora bien, quedan por resolver dos preguntas: ¿cuál es la causa del complot? ¿quién está detrás?


La causa es clara: somos formadores de opinión. Para darse cuenta basta con darse una vuelta por el blog y verá como los textos publicados llevan a la gente a opinar casi compulsivamente:


"Opino que este blog es una bosta".


"Opino que la persona que les pague un suedo debe ser un filántropo o un imbécil".


"Opino o roble. Uno es más resistente pero el otro es más suave. Si no puede ser araucaria. Me fijo si tenemos".


Se sabe: un lugar donde las opiniones son tan esfervecentes puede desbordar en cualquier momento. Ese es el problema de la esfervecencia, que se vuelca todo. Y después quedás con el vaso lleno de la porq...¿cómo? ¡ah, sí! Eso, las opiniones. La cosa es que hay gente preocupada. Muy preocupada.


Habida cuenta de lo publicado hasta el momento, esa gente podría ser:


- El Gobierno: una fija.

- Los editores de cuentos infantiles: es importante recordar que la versión original de Caperucita de la Francia decimonónica se parece más al penal de Sierra Chica que a lo que ellos venden.

- Los Iluminatti: que se yo, es una posibilidad. Sobre todo una de convertir esto en un libro que venda mucho.

- Mujeres despechadas o sobreexigidas

- La hinchada de Nueva Chicago: cuando uno es jodido, ni siquiera necesita razones para ser jodido. Sepan que -mientras se mantenga en el plano virtual- nosotros nos la bancamos.

- Los nuevos dueños de autos Toyota modelo Kabul

- La secretaría de Turismo

- El Rotary Club: un club en el que no se hace ningún deporte es siempre sospechoso.

- El fan club de Ricardo Orestes Valdivia

- El mayordomo: habría que encontrar alguno. Pero seguro que fue él.

- Un ejército de duendes: sabemos que vienen marchando. A paso recortado.

- La defensa de Boca del '89: Hrabina, Stafuzza, Abramovich y Cuciuffo (Genghis Kahn era suplente por blando)

- Los hombres miserables: el paso de las reacciones miserables a las acciones miserables es corto. Como la marcha de los duendes.

- Achmed, el terrorista muerto: ¡He will kill us!


Eso es lo que tengo por ahora. Estamos tras la pista. Bugman piensa que son los noruegos. Viejex dice que son los abogados. Yoni y Briks dicen que no son los abogados. Mariano que son los enanos. Renegado que quizás sean enanos noruegos. Para F son los nacionalistas. Para los nacionalistas es Bugman. Todo es muy confuso.

Lo que sé es que estoy al borde de descubrir la verdad.


¿Quién es usted? ¿cómo que me van a cortar internet? De ninguna manera va a impedir q

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Estas cosas en Hollywood no pasan


Alguna vez hablamos sobre los lugares comunes en las películas hollywoodenses. En aquella ocasión nos convencimos...en realidad yo los convencí a ustedes...bah, en realidad, yo prefiero creer que los convencí a ustedes; en fin, la cosa es que quedamos en que esos lugares comunes en realidad son nuestro maná cinematográfico. Criticamos juntos las expresiones del tipo "qué divague", "mirá si va a pasar eso" o "bueh ¡lo que faltaba!" que esgrimen esas almas que nunca han podido trascender el teorema de Tales o la regla de tres simple. Hoy pretendo ir más allá: sostengo que pedir realismo es desnaturalizar aquello que vamos a buscar. Y lo demostraré de una manera tan sencilla como pedagógica: repasaremos algunas escenas comunes y les añadiremos el factor "realista". Bánquesela, después de todo estamos acá por su falta de convicción. Y si no le gusta vaya a trazar líneas paralelas.


Versiones realistas de películas hollywoodenses:


1) Cualquier película que involucre basquet o futbol americano:

(Charla técnica motivadora)

Entrenador: -quedan sólo 3 segundos. Creo en ustedes, muchachos. Ahora salgan y pateen algunos traseros.
Equipo: - ¡oh, sí!

Secuencia en cámara lenta, se intercalan escenas del movimiento de la pelota, el reloj y la cara de la novia, el padre, el amigo y el enemigo del protagonista. En el último segundo, el protagonista hace un lanzamiento desesperado. Todos siguen la trayectoria del balón -porque no es una pelota, es un balón- mientras se dirige al/a las aro/manos del receptor.






La pelota se va a la mierda.


Entrenador: - ¡Protagonista, la concha de tu madre!

Protagonista: - Me puse nervioso.

La novia, el padre, el amigo y el enemigo del protagonista: - ¡La camiseta de los linces de Oakhills, se tiene que transpirar...!

El protagonista se retira del deporte por presiones insoportables.

2) Antes del amanecer (Before Sunrise):

Él: - Hola.

Ella: - Hola.

Él: - Eeeehhhh...

Ella: - ...

Él: - Tiempo loco ¿no?

Ella: - Ahá.

Él: - ¿Vamos a ver una película?

Ella: - Dale.

Él: - (¡ufff!)

3) Cualquier película de 007:

Después de matar a un secuaz originario de Europa del este, 007 sale a la calle para robarse un auto en el que escapar disimuladamente.

En la calle sólo hay un Taunus color mostaza. Mirando para otro lado, Bond lo abre con una ganzúa electrónica con radio AM/FM. Entra y le da arranque. El auto no responde. Se empieza a poner nervioso. De repente, un vecino que estaba en la puerta de su casa tomando mate le grita:

Vecino que estaba en la puerta de su casa tomando mate: - ¡Bombéelo, Mister! Si no no le va a andar nunca.

De visible mal humor, Bond empieza a bombear el pedal con insistencia.

Vecino: - ¡Así no, que lo va a ahogar! Típico señorito que no sabe ni atarse los cordones.

James Bond: ¡mida sus palabras! Está hablando con un espía secreto al servicio de su Majestad.

Vecino: el único servicio que conozco es la estación de servicio de acá a la vuelta. Andá antes de que te lastimes, gilún.

4) Sintonía de amor (Sleepless in Seattle)

El chiquito está esperando en la terraza del Empire State. Su padre que lo ha estado buscando por toda la ciudad de New York finalmente lo ve. Corren uno en dirección al otro.

Sam: - ¡Jonah!

Jonah: - ¡Papá!

Sam: - ¡Pendejo de mierda! (chicotazo en la nuca) La guita que tuve que gastar para llegar hasta acá. Vos no vas a salir hasta que el sol se haya enfriado. Esperá que lleguemos a casa y vas a conocer a Annie.

Jonah: - ¿En serio?

Sam: - Sí. Annie se llama mi cinto. ¡Camine!

5) Titanic:

Leonardo Di Caprio tiene agarrada a Kate Winslet de la cintura mientras esta extiende sus brazos en la proa del Titanic. De repente, sus miradas se encuentran, las respiraciones se agitan, los rostros se acercan...

Rose: - Jack...

Jack: - Rose...

Rose: - ¡Oh, Jack!

Jack: - ¿Me bancás un segundo?

Rose: - ¿Eh?

Jack: - No sé, quizás sea el frío que hace acá, pero tengo que ir al baño. Esperame que vuelvo en cinco. Bueno, en siete.

Y después se preguntan por qué le largó la mano.

6) Matrix:

Neo duerme delante del monitor de la computadora. En la pantalla se suceden imágenes de diarios. Súbitamente, se pone todo negro. El cursor titila. Aparecen unas palabras:

Wake up, Neo.

Neo se incorpora. Nuevas palabras.

Viagra for only u$d 17,55.

Confundido, oprime ctrl+alt+supr.

Todos los días son el día del amigo. Pasalo a 10 de tus contactos y mostrales que te importan.

Continúa presionando la secuencia. Nada.

Fotos de Britney Spears desnuda. Presionar aquí.

Neo golpea el teclado. La computadora sigue sin responder. De repente, un mensaje de error dice que todos los archivos se han perdido. Neo arroja su computadora al piso.

Neo: - Hola ¿servicio técnico "Matrix"? De nuevo se me rompió el rígido. La próxima vez entro a las trompadas.

Creo que fui claro. Si no lo fui lo importante es que yo lo piense así. Con que no me desmienta estamos fenómeno. Espero que esto lo haya hecho recapacitar y no le pida peras al olmo, ni realismo a hollywood ni yogures al chino de la esquina. Rompen la cadena de frío.

Que lo disfrute con salú.


miércoles, 18 de noviembre de 2009

Empatía 0 a 0


empatía.
1. f. Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro.


Decía George Simmel que la ciudad nos hace vivir en la periferia de nosotros mismos. Que el frenético vaivén urbano nos obliga a racionalizar todo y se pierden así las relaciones profundas, que necesitan de cierto remanso, de cierta rutina y de....disculpe ¿lo estoy aburriendo? ¿qué usted vino a buscar aquí humor liviano para sobrellevar su rutina laboral? Bueno, ¿qué le dijo una impresora a otra? "¿Está hoja es tuya o es una impresión mía?". Bien ¿puedo seguir? Decía, para este buen hombre la metrópolis nos obliga a parapetarnos en las capas más exteriores de nuestra psiquis, de manera que podamos procesar el cambio constante al que nos vemos sometidos.

Hasta aquí una experiencia que podríamos ejemplificar largamente. El tema es que con el tiempo esto puede ir atrofiando nuestra capacidad de empatizar con las alegrías y desventura ajenas o -en algunos casos extremos- incluso con las propias.

Caso 1: Universidad Nacional del Tomate. 10:22 hs.

- Chicos, debo comunicarles que el curso va a ser interrumpido porque el profesor...murió.

- ¿Cómo?

- ¿Cuando?

- ¿Dónde?

- ¿Eso quiere decir que nos podemos ir?

Caso 2: Banco de plaza. 19:35 hs.

- La verdad es que en éste último tiempo he estado pensando mucho en nosotros. Siento que en este momento necesito una contensión que vos no me podés dar. No porque seas malo, sino que por tu forma de ser. No sé qué te parece...

- Sí, sí. Soy de determinada manera.

- Pero ¿entendés lo que te digo? Me parece que es un buen momento para que nos separemos, para que cada uno vea otra gente.

- Justo de acá me voy a juntar con los muchachos.

- No me está siguiendo. Me siento incomprendida, como si estuviera sola.

- Te entiendo, pero yo no les puedo caer a los muchachos con vos, me van a decir que soy un pollerudo.

- Dejá, lo que quiero decir es que no nos veamos más. Te dejo por indolente y por boludo.

- ¿Eso quiere decir que me puedo ir?

Señores, estos casos nos hacen pensar que no debemos dejar que la vida citadina nos arrebate nuestra humanidad o los retazos de ella que aún podemos salvar. Y la salida no es leer un libro de Ari Paluch. Bah, probablemente eso sea una salida para Ari Paluch, pero no para usted. Usted debe confrontarse con su yo interior y tratar de gestar algún tipo de sentimiento. Alguno. Cualquiera. Una sonrisa franca cuando otro está contento; algún disgusto sincero frente a una injusticia notoria; un mínimo de congoja frente a la situación de Justino Ormeño, a quién su mujer dejó por su mejor amigo, su perro Boby. Que se yo. Algo. No, un poquito de asco no cuenta. Probablemente eso sea su acidez estomacal.

Como no lo veo bien perfilado, le propongo algunos ejercicios para recuperar la profundidad psíquica:

a) Tomar mate en la vereda con un vecino: no me importa que usted viva en el microcentro porteño. Va a ver lo bien qué le hace. Eso sí, un poquito más atrás que ahí se lo va a llevar puesto el 128. Y no le haga caso a los transeuntes encolerizados. Todos sabemos que su madre no se dedicaba a esas cosas. Ellos insultan porque viven en la superficie, recuérdelo.

b) Echarse en el pasto a contemplar el cielo: es traer el campo a la ciudad. Si mira en línea recta, derechito hacia arriba podrá obviar la plétora de edificios y ver las mentadas nubes de las que tanto hablan. Recuéstese, le va a hacer bien. ¡Cuidado con el soret...! Nada, nada, que así está perfecto.

c) Preocuparse por el otro: todos responden que "bien" a la pregunta por cómo están. Si un amigo que pasaba le hubiese preguntado informalmente a Tupac Amarú cómo andaba mientras era tirado por los caballos, éste le hubiese respondido que bien. Indague un poco más. No obstante, evite hacerlo en términos que muestren la falta de tacto hasta el nivel del muñon comunicativo que usted ostenta ("justifique su respuesta") o trate de condicionar la respuesta ("¿seguro que bien? ¿no te jode que tus hijos no te respeten y que tu mujer se haya ido con tu perro Boby")

d) Genere cercanía con personajes del barrio: una almacenero, un frutero, un zapatero, el del kiosko de diarios, usted verá. Lo cierto es que necesita reducir la escala. Si en el supermercado usted conoce el nombre de la que lo atiende quiere decir que se la está tratando de levantar (o que sabe leer los cartelitos, pero para nuestros fines vamos a descartar esta posibilidad) pero aquí uno puede disfrutar de una relación estable que no pide demasiado tiempo ni desgaste. Ideal para un androide como usted.

Hecha la advertencia, hechas las recomendaciones y hecho el artículo, me doy por hecho.

Que lo disfruten con salú.


viernes, 13 de noviembre de 2009

Lo 100to


Los hombres estamos acostumbrados a los ciclos. Es una manera de tener control sobre lo que no tenemos control. No podemos decidir si llueve o hace calor, pero podemos decir: "la época en la que hace mucho calor es el verano". Una perogrullada, me dirá, pero nos tranquiliza saber que le podemos poner alguna etiqueta al clima. Y si este no cumple con el protocolo establecido y se despacha con 3 grados un 20 de diciembre, el que está mal es él ("qué tiempo loco ¿no?")

También en otros ámbitos recurrimos a los ciclos. Nos ordena, nos da seguridad. "Mi ciclo en este equipo se ha cumplido" alega el entrenador después de perder, no 15 ni 17, sino 16 partidos consecutivos; "hoy cumplimos 7 años de novios" dice amorosamente el tórtolo para dar cuenta de un momento en el que al parecer puede 'salvar' antes de seguir, como en los jueguitos de Nintendo de antaño; "cumplo 30 años" asevera el tipo, mientras hace desafortunados cálculos entre hitos significativos y establece simetrías imperdonables. En fin, esto último recién nos (pre)ocupará recién dentro de unos días. Pero la idea general se entiende.

Pues bien, amparado en ese amor por las cifras redondas, comunícoles que el que leen en este momento es el post número 100 de este blog.

(pausa para aplausos)

Gracias, gracias, la verdad es que...

(más aplausos)

Bueno, bueno. ¿Qué puedo decir?

(ovación de pie)

Y, mucho no voy a poder decir si usted sigue ap...

(aplausos acompañados de algunos gritos de "bravo", "ídolo" o "aguante Almirante Brown")

¡BUENO BASTA! ¡QUIERO HABLAR, CARAMBA!

(Mirándose entre sí con incomodidad, el público toma asiento nuevamente)

Decía, si esto ha llegado hasta aquí es porque ha habido gente con la amabilidad suficiente para seguir entrando a este espacio guiados por la simpatía, la pena o la inercia.

Cuando empecé con el blog aclaré que la regularidad iba a estar atada a mi estado de ánimo para cubrirme de posibles momentos de falta de inspiración, angustiado por el horror vacui que sigue a cada post, pensando en si tendré algo para decir en el post siguiente. Pues bien, ahora veo que resulta que nunca tuve demasiado para decir y sin embargo aquí estamos, en el post número 100. Que no es un post más divertido que el anterior, que no tiene un tema demasiado interesante pero que sin embargo no deja de ser el post número 100. Y el 100 es una cifra redonda. Un ciclo podríamos decir.

Que lo disfruten con salú.

martes, 10 de noviembre de 2009

Adelantándose tarde


Estamos en noviembre. Sí, ya sé que lo sabía, pero lo repito: estamos en noviembre.

¿Qué quiere decir esto? Que ya hemos pasado octubre y todavía no llegamos a diciembre. Bien, veo que ha estado estudiando el calendario. No hablo del mero transcurrir del tiempo que se escurre como arena entre los dedos. ¿Vio como se escurre la arena entre los dedos? Bueno, así. Pero dije que no hablaba de eso, sino del tiempos signado por eventos significativos. Usted, en su torpeza, se apresurará a comentarme sobre Navidad y año nuevo. Y la verdad es que si lo pasa en la casa de sus viejos, en la de sus suegros, uno y uno o en lo de los Perez García poco me importa. Hoy no voy a dedicarme a las fiestas. En primer lugar porque no me gusta el mote uniformante de "las fiestas" y porque mal que mal uno ya sabe a qué se enfrenta. Lo invito a mirar más allá y encarar el tema verdaderamente problemático de estas fechas: las vacaciones.

Deseadas durante todo el año, su proximidad genera una ansiedad llamativa. Parece como si uno estuviese meses esperando la visita de una personalidad y en el momento que llega dijese: "uh, ya llegaron las vacaciones y yo en estas fachas". Porque aunque lo quiera disfrazar con un ejemplo, usted y yo sabemos que en el fondo hablo de las vacaciones.

Un primer tema es la elección de la locación. Una imagen mental que uno suele hacerse de las vacaciones involucra una playa soleada, de arena blanca y en cuya soledad se puede divisar una palmera cayendo educadamente sobre el mar turquesa como si lo estuviera reverenciando. Yo le echo la culpa de esto a los avisos de las empresas aéreas. Lamentablemente, la foto corresponde las más de las veces a Bora Bora y no a Las Toninas o Villa Gessell. Los dueños de esta imagen mental forman parte de los hombres que podemos denominar "playeros", y que no conciben un verano sin mar ni arena. No, no en el sentido del tiempo que se escurre sino literalmente arena. Lo que uno podría objetarles a estas personas es que si lo que quieren es irse a otro lugar para alejarse de todo, no vayan al lugar donde va todo el mundo para alejarse de todo. Tengo un solo recuerdo de Mar del Plata e involucra muchísima gente. Fui esquivando personas hasta que sentí que en un momento mis pies estaban mojados: había llegado al mar. Y eso que era marzo.

Pero hay otro genotipo vacacional que repudia la playa y sueña en cambio con un campo verde o una sierra. No, no una sierra eléctrica. Con un paisaje serrano. No, no sé que significará soñar con sierras eléctricas. Ponele que castración o potencia sexual o tendencias psicópatas. La cosa es que...o simplemente que tenés que terminar la biblioteca rápido. Puede ser. Le averiguo. Decía, los que van mucho al campo sufren durante el año del encierro de la urbe. "Son todos unos animales" confiesan a quién quiera escucharlos. Y es por eso que buscan un reducto donde los únicos seres vivos, bueno, sean todos animales. La sierra por su parte implica además alguna pretensión de ejercicio físico, más no sea ir a una parrilla que quede cuesta arriba.

Pero esta elección está sazonada por dos condimentos no elegidos: los días y el presupuesto. Y los nombro juntos porque guardan una extraña relación: quienes tienen más días (docentes, por ejemplo) tienen menos presupuesto y quienes tienen más presupuesto (empresarios grosos) tienen menos días. ¡Oia! ¡resulta que son inversamente proporcionales! Hay, sin embargo, algunos casos excepcionales que logran combinar ambas variables: gente que no tiene ni días ni presupuesto (básicamente esclavos) y gente que tiene días y presupuesto (abogados de Tribunales, hijos de empresarios grosos, Bill Gates)

Si usted es de la gente que tiene pocos días y algo de presupuesto, tomese las vacaciones en marzo. Tomarse las vacaciones en enero es como pedir un día libre y elegir el viernes. Nadie trabaja ese día de cualquier manera. Si quiere sobrevivir al año, aproveche la baja de gente en la ciudad propia de la época estival y vayase cuando todos estén volviendo o hayan vuelto (hay un placer extra en irse cuando los otros ya han vuelto. O eso me han contado las malas personas) Si en cambio tiene muchos días y poca plata, los sanguchitos para la playa hágalos en pan francés. Es más fácil quitarles la arena. Lo único que le pido es que, si bien los precios de la playa son prohibitivos, no lleve un tupper con tallarines para degustar en familia. Por el resto se lo pido.

Usted sabrá donde ubicarse en las combinaciones posibles; eso sí, no me desordene el cuadro diciendo que tiene bastantes días y que justo se ganó la lotería o que no tiene demasiada plata pero además siente que el tiempo vacacional se le escurre como arena entre los dedos.

Ahora junte todas la piezas y vea cuál es el destino de sus próximas vacaciones. Por mi parte, estaré recostado durante largas jornadas tomando sol en la paradisíaca Plaza Congreso.

jueves, 5 de noviembre de 2009

¿Por qué quebró Canal 4?


La desaparición del Canal 4 hubiese sido impensable 10 años antes. Pero en el momento que se dio, la estación solamente era conocida por sus esporádicos escándalos. Escándalos que surgían cuando a alguien se le trababa el control remoto cuando estaba pasando y alcanzaba a escuchar alguna de las barbaridades a las que nos tenían acostumbrados. Después, comentario de boca en boca, búsqueda y You Tube y 5 minutos de fama. Literales. You Tube no quería mancillar su imagen teniendo material de Canal 4 en su página.

Todo comenzó cuando Matildo Arrigorría tomó la conducción del canal. Heredero de una gran familia aristocrática, el tipo era dueño de todo. Incluso de una descomunal incompetencia. El principio del fin fue la inclusión del programa "Pandamonium" en el prime time. Cocineros japoneses debían cazar osos pandas usando solamente sartenes. Después de varias quejas de la audiencia, permitieron que los cocineros pudiesen usar también planchas de cocina y un tenedor. Se levantó después de la carta protestando por la crueldad, que mandó el Partido Nacionalsocialista local.

Pero más allá de algunos programas desafortunados y de una que otra decisión catastrófica, todos saben que el eje de la culpa recae sobre el noticiero. Una primera falla fue contratar un meteorólogo mitómano. La gente soportó salir con calzoncillos largos, 3 bufandas y 2 camperas para encontrarse con 35 húmedos grados; soportó estar al borde de perder extremidades por congelamiento mientras una lluvia torrencial mojaba su bermudas y musculosa; pero lo que no pudieron soportar fue escucharlo decir que "debido a una corriente cálida del sudoeste, Godzilla asolará la ciudad". "Godzilla no es un fenómeno climático" decían indignados los televidentes.

Es comprensible y hasta lógico que el presentador deportivo sea un fanático del fútbol. Pero no parece igualmente lógico que sea un fanático de un equipo determinado. Su análisis de la fecha distaba de ser parejo. "Resulta que ganaron los p***s de Deportivo Cañazo. Ya van a ver cuando los agarremos en la fecha 12". Después se prolongaba en una serie de analogías sexuales que no parecían aptas para un noticiero del mediodía. Su equipo copaba la mayoría del segmento, que era mechado con algunas alusiones al "pechofrío de Pagliotti" o al "cagón de Torrealba". Muchas veces rompía espontáneamente en cánticos soeces cuya conclusión general era que su equipo iba a campeonar. El acabose se dió el día 23 de septiembre. "Hoy mi equipo perdió así que no tengo ganas de hablar de fútbol. Cambiemos de tema". Acto seguido, empezó a relatar bastante pormenorizadamente la fisonomía de cierta vecina suya que, por lo que rescatamos de su descripción, parecía bastante agraciada.

La columna de espectáculos no eras mala, pero el hecho de que su presentador fuese tartamudo le restaba un poco de brillo. La reseña sobre "El Señor de los Anillos" duró más que la película original.

Pero el epicentro de lo que derivó en la implosión del canal estaba en el presentador: Claudio Tulio Menigosi. Por más que uno pueda estar indignado y tomar posición imo pectore, no puede decir "hay que matarlos a todos" al aire. Especialmente cuando se está hablando de una iniciativa de los Boy Scouts para construir casas en una comunidad pobre.

"Lo que les molesta es que haga un periodismo independiente" se defendía Menigosi.

"Independiente de la realidad" le retrucaban sus detractores.

Lo cierto es que la independencia no era la característica fundacional del Canal. Cuando Arrigorría se encaprichó con ser presidente de la Nación, Menigosi fue su instrumento de propaganda. Le adjudicaba proezas como haber ordenado el sentido del caudal de los ríos o haber resuelto el cubo de Rubik. "Como ha confirmado nuestro meteorólogo, los movimientos sísmicos de esta mañana han sido producidos por los opositores de Arrigorría". El triunfo en lanzamiento de jabalina de un deportista nacional se debía a Don Matildo, que "bien que accidentalmente podría haberle quebrado el brazo y nunca lo hizo".

Llegado el momento de la votación se descubrió que Arrigorría había hecho fraude (pensándolo bien, haber puesto publicidades suyas en las urnas falsas no fue una buena idea). Éste cayó en desgracia y con él el Canal 4, que no consiguió nadie interesado en comprarlo. Sus profesionales se dispersaron y el olvido lo cubrió con su manto. Por suerte.

Eso fue todo, pueden retirarse. Eso sí, les recomiendo llevar un paraguas. El nuevo meteorólogo del canal 8 dice que van a caer elefantes abrazados. Literalmente.

martes, 3 de noviembre de 2009

Gente intimidante


Quién no esté leyendo esto desde una cueva inhóspita en las montañas de Níger a través de una poderosísima conexión wi fi, podrá dar cuenta de la cantidad de intercambios que rodean nuestra condición de animal social. De entre los múltiples encuentros que adornan nuestros días, podemos distinguir varios tipos: los de índole familiar, los meramente sociales, los estrictamente económicos y las combinaciones que puedan presentar los anteriores*: tenemos intercambios fugaces, palabras preestablecidas para diálogos que sólo acontecen una única vez; encuentros profundos y meras yuxtaposiciones sociales; conversaciones constructivas y palabras que se lleva el viento; charlas con presencia emocional y otras con ausencia mental. La variedad de interlocutores hace que nos involucremos de distinta manera en estos intercambios sociales.

Pero pasa de cuando en vez que nos topamos con personas que nos congelan. Hombres y mujeres cuya presencia anula, si no todas, por lo menos algunas de nuestras cualidades sociales. Gente ante la cual nos quedamos como liebres frente a la luz de los faroles del auto. Socialmente inmóviles. Se trata nada más y nada menos que de gente que nos intimida. Lo que trataremos de hacer es simplemente enunciar un listado de gente arquetípicamente intimidante para que pueda estar precabido y reaccionar lo más elegantemente posible si llega a toparse con ellos.

a) La gente muy inteligente: hay personas cuyas comprensión de la vida o de algún aspecto particular de ella nos maravilla, admira y hace pensar que lo que estamos por decir es una gansada que merecerá su mirada desaprobatoria (aunque no diga nada, porque alguien como él no te va a decir nada) Buscamos entonces entre nuestro acervo algo que pueda estar a la altura. Pues bien, dejeme decirle que eso suele ser contraproducente y -víctima de la profecía autocumplida- la frase suele devenir en una gansada.

Intimidado 1: - Eeeeh.... qué tema la situación política mundial ¿no?

Persona muy inteligente: - ¿por qué lo decís en particular?

Intimidado 1: - Porqueeee... ¿viste que Chavez iba a cantar con Calle 13?

b) La gente muy linda: aunque generalmente se busque dicotomizar a bellos e inteligentes, la verdad es que la situación es análoga a la anterior. Sólo que aquí además está involucrada la libido, lo que no promete mejores resultados. En el fondo se trata de la necesidad de maravillar a esa belleza en el poco tiempo que pueda darnos de su atención, así que muchas veces se intenta jugarla de profundo. Desaconsejable por donde se lo mire.

Intimidado 2: - ¿Qué tal?

Persona muy linda: - Hola.

Intimidado 2: - ¿Existirán otros colores?

Persona muy linda: - ¿Qué?

Intimidado 2: - Sos muy lind...yo soy profesor de filosofía. Soy profundo.

Persona muy linda: - ¿De qué estás hablando?

Intimidado 2: - ¿Sabías que Chavez iba a cantar con Calle 13? ¡Aaaaghh!

c) La gente famosa: sobre esto hemos escrito largamente aquí. Solamente agregar que en algunos casos puede además coincidir con la categoría anterior, en cuyo caso la persona intimidada entra en coma.

d) El psicólogo: la visión que mucha gente tiene de los psicólogos se asemeja a la de una suerte de mentalistas. Un psicólogo podría leer tu mente, pero sobre todo leer aquellas cosas perversas que no deberían ser publicadas. O quizás sea más exacta la imagen del detective, que puede usar las palabras como pistas para descubrir nuestra culpabilidad, aún sin que tengamos claro de qué somos culpables. Por eso el pedido de que "no analicen todo" es un pedido de resguardo psíquico, casi de auxilio. Esto se puede ver en las constantes justificaciones que ornamentan el diálogo con un psicólogo.

Intimidado 3: - Bueno, yo hice este dibujo que me pidió, pero sepa que bien pude haber hecho otro.

Psicólogo: - Está bien, igual me sirve que hayas hecho este.

Intimidado 3: - ¿Por qué? ¿qué tiene? Lo hice porque me pareció que era lo que usted quería. Y no es que me justifique porque esconda algo. Ahora va a pensar que escondo algo porque lo traje a colación. Le aseguro que no. El énfasis no ayuda ¿no? No, yo le aviso porque hay cada uno que interpreta que ¡mamma mía! ¡Uy! Ahora va a decir que dije eso porque tengo un edipo no resuelto con mi vieja. No, con ella está todo bien. Bien, pero no entendido de una forma sexual ¿me entiende? Y no es que tenga una fijación con el sexo. Deme, deme el dibujo que voy a hacer otro. Se puede ¿no? Es normal ¿no? ¿qué tendría que haber contestado?

Psicólogo: - No hay una repuesta única.

Intimidado 3: - ¿Respondí mal? ¿qué responden todos? ¡¡¡DEME EL DIBUJO!!! Perdón. No le quería gritar. Le juro que soy normal ¡Aaaghhh!


Espero que esto le haya servido para trazar líneas de acción para emergencias como estas. Que se yo, puede mirar al horizonte como escrutando algo y correr en esa dirección, fingir un desmayo, aprender a decir 'no hablo castellano' en alemán (no recomendable si está ante una persona verdaderamente inteligente, puede salirle mal y que lo hable y tener que recurrir al desmayo) o en el lenguaje de señas.

Cualquier cosa, siempre está la opción de la cueva inhóspita en las montañas de Níger con poderosísima conexión wi fi.



* familiar-económico: encuentro con un tío millonario; económico- social: con los compañeros de trabajo; familiar-social: con el primo buena onda; etc...

jueves, 29 de octubre de 2009

Un talento para el fracaso


Algo sospeché. aunque para ser totalmente sincero al principio pensé que se había equivocado. Una simple confusión. Incluso le dí las gracias. Ahora me cierra más su cara de sorpresa.

"Tenés la facha de Jean Paul Sartre y la inteligencia de Matthew McConaughey" me dijo. Y yo le sonreí como un budista. Pero ella - que siempre hizo de la claridad una virtud- insistió con señales menos ambiguas. La carta documento me llevó a preguntarme si algo andaría mal. Pero lo que terminó por convencerme fue el inequívoco hecho de que se fuera con Darío "cara de Totem" Ferronato. Darío no sólo era la persona menos interesante que he conocido, sino que además es violentamente feo. Un atentado contra la estética de 1, 55 mts. Justo con él, que en la federación de box le decían "el Feo". Eso es toda una declaración.

El lector me reprochará mi superficialidad pero ¿quién puede ser sutil con una persona a la que Horacio Guaraní apodó "el cabezón" mientras -señalándolo- se burlaba de él? "Algo le habrá visto" dirán, concediéndole el beneficio de la duda. Ustedes no conocen a Cara de Totem como yo. 3 años trabajamos en aquella garita de vigilancia. Yo fui el que escuché día tras día las aventuras de su abuela renga en el supermercado del barrio. Yo el que sonreí frente a los relatos de sus triunfos en diversos juegos de rol frente a adversarios de 14 años. Yo el que soporté la evolución de su historia de amor con una mujer que no parecía estar enterada de ella y que -luego me enteraría- vivía de vender su cuerpo. No, no, no por partes. En bloque. Más que venderlo podríamos decir que lo alquilaba. Pero Darío, sumido en un mundo que no es el nuestro, nunca lo supo. Y ahora ese infeliz tiene novia. Mi novia.

"Esta mina no te va a hacer tocar fondo" me advertí. Y fui fiel a mí mismo, porque a partir de ese momento empecé a derrapar cuesta abajo.

"Como bocina de avión", "como cenicero de moto", "como diccionario en un fotolog". Mi jefe dedicó varios minutos a buscar analogías sobre mi desempeño y aporte laboral. Cuando sintió satisfechas sus ansias literarias, me mostró cuál era la puerta de salida. Después le mostró a la gente de seguridad cuál era yo y ellos solitos unieron las piezas.

Si hay algo que me han enseñado las películas, es que en esos malos momentos uno tiene que ir a la barra de un bar. No importaba que fuesen las cuatro de la tarde. Siempre, cuando uno está cabizbajo mirando el vaso de whisky, entra alguien importante para la historia, algo pasa. Y algo pasó.

"¡Quiñones!" escuché. "¡Ernesto Quiñones! ¡no lo puedo creer!". Era un antiguo compañero de la secundaria. Se sentó a mi lado y me contó que ahora era un próspero empresario del negocio de la computación. Yo sabía que algo iba a pasar. Justo encontrármelo después de que me rajaron del laburo no podía ser casual.

"Esperame un segundo" me dijo, con un entusiasmo que le salía por los poros. La verdad es que estaba sorprendido. Cómo uno puede marcar a las personas. Según recordaba, yo lo había tratado bastante mal cuando eramos compañeros. Y se ve que él también lo recordaba, porque cuando entró de nuevo estaba acompañado de dos hombres con anteojos negros que hubiesen intimidado a un gorila adulto.

Lo que siguió fue una escena de esas que en las películas se tapan enfocando las sombras, sólo las caras de los agresores o el lugar de la golpiza desde afuera.

Cuando desperté en la cama del hospital, mientras me tocaba las múltiples heridas en la cara, pensé nuevamente: cómo uno puede marcar a las personas. Un médico me dio el parte de la situación.

"¿Cómo estoy?" pregunte angustiado. El Doctor, con un tono sereno, me respondió: "al principio nos preocupamos por una posible mala praxis, pero después nos tranquilizamos". "¿Porque no fue nada?". "No, porque usted no está cubierto por la obra social, así que técnicamente no es responsabilidad nuestra. Estábamos esperando que despierte para trasladarlo a la enfermería de una escuela primaria que está acá a tres cuadras. Cuando llegue pregunte por Mary. Ella le pondrá un banquito por ahí. En lo posible trate de no levantar los brazos y respirar al mismo tiempo. Ah, y no cruce las piernas".

Ya recuperado, quise reconstruir mi vida. Era septiembre de 2008 y yo no podía seguir así. Me puse a hacer cuentas en medio de la calle para ver cuanto era lo que necesitaba para cambiar la situación. Un hombre de traje con pinta de importante me vio, tomó el papelito en el que estaba escribiendo y le dijo a otro hombre de traje que estaba a sus espaldas: "Esto es lo que necesitamos. Sangre nueva". No sé si lo decía asombrado por mis cálculos o por la herida en mi hombro que no terminaba de cicatrizar.

Ahí nomás me propuso un puesto alto en una gran compañía: Lehman Brothers.

Después de la quiebra yo fui acusado de no sé que cosa y es por eso que escribo estas palabras desde la cárcel. La verdad es que aquí no se está tan mal. Para ser sinceros aquí me siento bastante protegido... de mi mismo. El otro día me vino a visitar Cara de Totem y nos jugamos unas manos de un juego de rol. ¿Qué más se puede pedir?


lunes, 26 de octubre de 2009

Haga historia


Cuando pensamos en los grandes movimientos históricos nos hacemos la idea de oscuras fuerzas destinales que rigen el devenir casi con necesidad, dejando de lado el componente humano de la historia. Nos olvidamos que son personas concretas en momentos concretos que hacen cosas concretas que terminan afectando la historia de una forma concreta. Es verdad, parecen gotas que se pierden en la inmensidad del océano, pero la materia de ese océano no es algo distinto que esas personas a las que hacíamos referencia.

¿Qué hubiese pasado si Gavrilo Princip no hubiese asesinado a Francisco Fernando? ¿qué sería de Francia si Napoleón hubiese tenido una mejor digestión? ¿o de Inglaterra si Enrique VIII hubiese sido un poco más templado?

Ahora bien, hasta aquí todavía podríamos pensar que la historia cuenta sólo "la gesta de los reyes", pero hay estudios históricos en la línea de una corriente que podríamos llamar "microhistoria" que revalorizan el papel de un Juan de los Palotes que simplemente vivió en tal época y no hacía más que jugar al fútbol los jueves y coleccionar estampillas.

¿Y a cuento de qué viene todo esto? Hay que devolverle el peso histórico a los individuos comunes y silvestres. Ahora bien, usted es un individuo común y silvestre. Yo le voy a devolver su peso histórico. Le voy a permitir colaborar en un pequeño giro de la historia contemporánea para que después le cuente a sus nietos. Hoy, le doy la oportunidad de dejar su voto (único, concreto) en favor de Bugman en el concurso de bitácoras.com

"¿Eso?" me dirá con un poco de decepción. Sí, empecemos con eso, después vemos como le va con la participación en revueltas políticas, descubrimientos fenomenales y cosas del estilo. Para que vea el impacto histórico que puede tener, haremos un poco de proyección histórica: usted vota a Bugman en las categorías "Mejor blog de humor" y "mejor blog personal". Bugman clasifica para la selección final del premio. Los jurados -incapaces de dejarlo con las manos vacías por segunda vez- le dan el premio. Bugman gana notoriedad. Gente de todo el mundo entra a su blog. También al que comparte con otros muchachos de los que algún historiador sagaz sabrá que soy parte. Se convierte en un boom (quiero decir que se hace muy popular, no que se inmole como hombre bomba) Men in blog logra alcanzar su fin de lucro. Dejo mi laburo para dedicarme al blog. Usted empieza a leer artículos un poco más elaborados. Los disfruta. Es un poco más feliz.

Pero puede pasar que su reacción sea: "Ya he leído muchas invitaciones a votarlo en estos días. Me cansé". En ese caso, hagamos otro poco de proyección histórica: resoplando y de mal humor por una nueva invitación a votar a Bugman en las categorías "Mejor blog de humor" y "mejor blog personal" golpea el monitor. Este cae sobre su café, que se vuelca sobre el teclado. El teclado empieza a echar chispas. En pocos segundos su casa está en llamas (no sé si fue por las chispas, la cosa es que su casa está en llamas) Usted logra escapar de milagro, pero se queda sin casa. Desde un cibercafé se entera que Bugman no clasificó. Bugman se deprime. Lleno de rencor, logra convencer al resto de los Men in Blog de que un suicidio masivo simulando ser parte de una nueva secta es una publicidad fantástica. La publicidad es ignorada y Men in Blog se queda sin redactores. El resto de los bloggers dejan de escribir por miedo a terminar como Bugman. Usted ahora no tiene casa ni blogs que leer desde el cibercafé. Es un poco menos feliz.

Pienselo. Yo sólo dejo esto acá.


Piense en sus nietos.


viernes, 23 de octubre de 2009

Un post igual a ningún otro


París. 1789.

Revolucionario 1: - Bueno, muchachos. Si queremos que la cosa prospere vamos a tener que inventar un slogan con punch. Algo pegadizo.

Revolucionario 2: - "Nosotros somos buenos, ustedes son los malos. Tómense el buque porque si no los colgamos".

Revolucionario 1: - No, no. Tiene que ser algo inclusivo. Algo que se pueda repetir.

Revolucionario 3: - ¿Algo tipo "I want YOU for the french revolution"?

Revolucionario 1: - Algo más universal.

Revolucionario 2: - "Muy lindo todo".

Revolucionario 1: - Algo más particular.

Revolucionario 2: - ¡Ya sé! ¡ya sé! "Libertad y fraternidad".

Revolucionario 1: - Me gusta, me gusta. Pero sumaría alguna más. "Libertad y fraternidad" parece el nombre de un club de barrio.

Revolucionario 2: - Libertad, fraternidad y... ¿buena onda?

Revolucionario 4: - ¿y baguettes?

Revolucionario 5: - Muchachos. Vamos a ir a tomar la bastilla ¿se prenden?

Revolucionario 1: - Ahí vamos. Dale, dale que nos dejan. Poné cualquier cosa. Es igual.

Revolucionario 2: Libertad...fraternidad....y....ponemos....igualdad entonces. Listo. Sale con papas francesas.


Si bien entendemos la corrección política como una extraña mezcla entre la consideración y la hipocresía, lo cierto es que nosotros mismos muchas veces caemos en lugares comunes de tal tipo. Uno de ellos es afirmar casi como un reflejo cosas que después solemos denostar cuando se trata de casos específicos. Ciertos valores vagos se evaporan frente a las prácticas concretas, desenmascarando valores más profundos que subyacen como la tierra que está abajo de la arena. No digo que esto siempre sea negativo, el tema es que hay que reconocerlo. Y para eso estoy yo. Para que usted reconozca la tierra. Es metafórico, ya sé que usted reconoce la tierra. Hablo de los valores que están como la tierra bajo la arena. Sí, ya sé que puede reconocer la arena. Se trata... deje, en vez de sobre la tierra voy a hablar sobre valores. Sí, porque soy así de cambiante.

¿Que queremos decir cuando decimos, por ejemplo, que todos son iguales? Porque acordará conmigo que en principio afirmamos la igualdad como verdad indudable y necesaria. ¿Está de acuerdo? ¡Hipócrita! Voy a refrescarle algunas frases con las que se podrá identificar fácilmente:

- "Los hombres son todos iguales".

- "Los chinos son todos iguales".

- "Los Baldwin son todos iguales".

- "Los que usan anteojos son todos iguales".

- "Los delantales son todos iguales".

- "Los triángulos equilateros son todos iguales".

- "Los chinos con anteojos que usan delantales son todos iguales".

¡Ahá! Así lo quería ver. Cuando dice que son todos iguales apunta a una peyorativa indistinción que tapa las riquísimas diferencias entre los individuos concretos. Pues bien, no transaré con su hegelianismo de pacotilla. Resulta que no son todos iguales. Y es por eso que junto con los científico Hu Wan y Yin Meng hemos buscado a un nombre que no tenga nada en común con ningún otro hombre.

- Yin, por favor da los resultados de la investigación.

- Yo soy Hu.

- Bueno, es que son t...es que yo suelo confundir los nombres.

Yin...digo, Hu: - Buenas tardes, amables lectores. Luego de una exhaustiva búsqueda a través del mundo hemos dado con un hombre que no tiene nada en común con el resto de los hombres. Nacido en un avión sin bandera, es completamente apátrida. Si bien sus facciones son orientales, sus rulos dejan ver que es completamente rubio. No les podría decir su nombre porque no lo tiene. Y lo más llamativo de todo es que afirma ser hincha de Platense. No hemos registrado otra persona en el mundo que junte todas estas características.

El otro oriental apátrida rubio enrulado sin nombre es hincha de Villa Dálmine.

martes, 20 de octubre de 2009

Apología del apodo


Cada uno es único e irrepetible. Bárbaro. Pero la vida gregaria en la que nos desenvolvemos nos obliga a recordárnoslo unos a otros para no caer en la inercia de la masividad. Un primer signo de esta unicidad es el propio nombre. El nombre concentra legados, expectativas y sentimientos al momento de recibirlo y vivencias e historias que lo van diferenciando al momento de portarlo. Un nombre que sonoramente nos gusta puede ser desechado porque nos recuerda al imbécil del kiosko de la esquina. Un nombre indudablemente anacrónico puede tener cabida simplemente porque nos recuerda a una persona querida (que le pregunten al pequeño Gumersindo Brunetti si no es así) Un nombre que alguna vez no significó nada para nosotros es ahora un sonido familiar y reconfortante.

Pero esto es sólo un primer intento de diferenciación. Esas asociaciones muchas veces llevan a las repeticiones de nombres y apellidos a través de sucesivas generaciones. Por ejemplo, esto puede parecer sorpresivo pero el Bartolomé Mitre que escribe las editoriales de La Nación y el que fundó ese diario no son la misma persona. No, yo digo nomás, por si hay alguno un poco más desatento. La cosa es que aquí se abre la puerta para que haga su aparición el apodo. Se trata de dar un toque personal al propio nombre.

Los primeros escarceos históricos en algunos casos llegaron a ser tan fuertes que lo que se perdió fue el nombre original. ¿Sabía usted que Platón no se llamaba Platón sino Aristocles y que le decían así por sus homóplatos grandes? ¿sabía que San Francisco de Asís no se llamaba Francisco sino Juan? Ahora, en esos casos el apodo no cumple su función agregatoria sino que viene a ser lisa y llanamente un reemplazo.

Por eso se abrió otra línea en el que el apodo se vendría a yuxtaponer con el nombre para no generar confusiones. Así hablamos de Felipe el Hermoso; Juana la loca; Alfonso X, el Sabio (doble diferencial: numérico y adjetivo); Atila 'el azote de Dios'; San Alberto Magno, Tarquino el Soberbio; Napoleón el sopeti; Hermógenes el borracho, Isabel la que está más loca que Juana y otros del estilo. No todos han llegado hasta nuestro días.

Lo que ha llegado hasta nuestros días es una mezcla de ambos. Sobrenombres descriptivos que a veces pasan a ocupar el lugar del nombre: el negro, el gordo, el turco, el enano, el narigón, el boludo este, etc... Lo malo de esto es que nuevamente se puede caer en repeticiones: conozco 3 negros Gomez; 2 J.J. Lopez y 37 gordos Gonzalez.

Cuando el sobrenombre está demasiado impuesto, heredamos el problema de muchas veces no saber cómo se llama la persona. En esos casos tendríamos que hacer como los brasileros, quienes ahorran valiosos minutos de presentación pasando directamente al apodo. No Edson Arantes do Nacimento (me dormí antes de llegar al apellido) sino 'Pelé'; no Ricardo Izecson dos Santos Leite sino 'Kaká'; no Acelino Freitas sino 'Popó' (del cuál sus detractores dicen que es el mismo Kaká pero con distinto nombre) Y así podría seguir: Dinho, Tatá, Pipí, Cucú, Lelé. El tiempo que nosotros dedicamos a presentarnos ellos lo ganan jugando al futbol, yendo a la playa o aprendiendo a hablar en portugués. Así nos va.

Muchas veces los apodos vienen de deformaciones infantiles del nombre original. Es necesario aclarar que un Titina, Babu o similarse son aceptables. El caso de Abuabuabuagu Ferreira ejemplifica perfectamente lo que significa pasarse de la raya.

Ahora, el mundo de los blogs nos ha puesto frente a una nueva situación ¿qué apodo* se pondría si pudiese ponerse un apodo a sí mismo? Veo -no sin cierta envidia- la plétora de nombres originales, biensonantes y... originales que abundan en la blogósfera y veo también que yo lo único que ofrezco áridamente son mi nombre y apellido. Nombre y apellido que además comparto con otras personas, como por ejemplo el bajista de la oreja de Van Gogh (sobre lo que ya nos hemos pronunciado anteriormente)

Es por eso que decidí abrir una licitación de apodos. Para que capten la línea, dejo algunas propuestas:

- El Iluminado Benegas
- Benegas el Magnífico
- Pablo, el Capo de la "C"
- Pablo el enviado de las musas
- El talentoso Mr. Benegas
- Pablo el Humilde

Como no queremos ser superficiales, les pido que traten de no recurrir a 'el Sexy', 'el buenmozo', 'el musculoso' y otros del estilo a menos que no lo puedan evitar. Curiosamente, la gente que me conoce lo logra evitar con bastante éxito. También pueden formular aquél apodo (ATP) que les hubiese gustado tener.

Teté Quiroz así lo hubiera querido.

* Cuento aquí a los pseudónimos como apodos. No me importa que le parezca que no son lo mismo. Acá las reglas se ponen mientras se va jugando. Bah, las pongo yo. Mire que si no me llevo la pelota.


viernes, 16 de octubre de 2009

Post it


Se llama serendipia a esos descubrimientos que se dan azarosamente. Es decir, uno se olvida la leche en el jarrito y descubre el dulce de leche; se pudre de la protestas de un cliente molesto y descubre las papas fritas; tira la basura en la puerta del vecino y descubre que es guardaespaldas de un guardaespaldas. Pues bien, así se descubrieron los post it. Esos papelitos generalmente amarrillos en los que se hacen anotaciones y que se pueden pegar y despegar. En realidad se buscaba un adhesivo potente y se encontró uno que era simplemente muy resistente. Interesante ¿no?

Ah ¿no? Bueno, no se preocupe porque no vamos a hablar de los post it. El único motivo para que cite todo esto es para decir que publiqué un post. Y no fue acá (bah, técnicamente esto es un post, pero no hablo de este) O sea que todo esto es simplemente para decirle que si quiere puede darse una vuelta por Men in Blog y leer algo que no tenga que ver con los post its. Aunque en realidad este tampoco tiene que ver con los post it sino con un post que está publicado en Men in Blog. ¿Porque ya dije que esto era para eso ¿no? Bueno, eso.

Si ya lo sabía o si ya pasó por allá entonces no es necesario que lea esto. Bueno, pero yo no lo podía saber. ¿Sabe lo que es una serendipia?

Que lo disfruten con salú (no este, el otro post)

martes, 13 de octubre de 2009

Una pueril ilegalidad


Honorable Cámara de Diputados de la Nación. 16:21 hs.

Cornejo: - El siguiente punto será tratar un proyecto de ley del Diputado Gironte sobre "regulación de actividades infantiles ilícitas". ¿Digo bien, Doctor Gironte?

Gironte: - Dice bien, Excelentísimo. Estimados compañeros, día tras día nos congregamos en este benemérito recinto para resolver los problemas de los diput... de los argentinos, quiero decir. Pero veo no sin cierta angustia, que cada nueva regulación, cada proyecto de ley, cada propuesta no es más que un parche para tapar los agujeros que hemos dejado. Legislamos sobre los frutos pero no sobre la raíz. Es por eso que presento este proyecto, confiando en que...

Gavilán: - Gironte, no están televisando la sesión, y yo vengo volviendo del almuerzo ¿puede ir al grano, por favor? Hagame la caridad.

Gironte: - Qué poco amor a la retórica, Gavilán. En fin, mi proyecto consta de 3 puntos básicos, que expondré a continuación.

Punto 1: sancionar con penas de 2 a 5 años de prisión a aquellos niños que en la fila accedan a realizar la maniobra "¿me dejás y te dejo?". El solicitante, por su parte, será directamente apedreado en el patio de recreo más cercano. En el caso de que la institución no tuviese patio de recreo, el ajusticiamiento podrá realizarse en el comedor o, en su defecto, cualquier aula grande que permita que los proyectiles tomen impulso.

Herrera: - Interesante pero ¿no considera que las penas son un tanto excesivas?

Gironte: - Me parece que usted no entiende en qué consiste la maniobra. Por si acaso la explicaré: luego de que se forma una fila, un individuo que ha quedado en una posición desventajosa se adelanta hasta los primeros lugares y le propone al dueño del lugar que, en un aparente acto de buena fe, le ceda el lugar que está adelante suyo. En un hipócrita agradecimiento, él le devolvería el favor haciendo lo propio. Así, el dueño del lugar mantiene su puesto inicial, mientras que el proponiente adelanta muchísimos lugares cagándose en...

Cornejo: - ¡Gironte! ¡la retórica!

Gironte: - ...abonando así desde arriba de un puente a sus compañeros. Es en ese preciso momento de la vida en el cual se transmite que a los primeros lugares se llega por arreglos espúreos, y no por mérito.


(Murmullos desaprobatorios. "¡Qué barbaridad!" se escucha desde el fondo. También se oyen un par de toses incómodas)


Pavone: - Creo conveniente entonces que en el proyecto aclare que la locación a la que se accede en la fila es indelegable y no da lugar a ningún tipo de arreglo con terceros.

Herrera: - ¿Se puede pedir que te cuiden el lugar si tenés que ir al baño?

Pavone: - Bueno, sí. Pero en tal caso no entraría bajo la figura de "arreglo con terceros" sino en el reconocimiento de la posesión de la locación.

Herrera: - ¿Y cuando vence la propiedad de la locación?

Gironte: - Eso depende de si estamos hablando de una Institución de escolaridad simple o doble. En un caso sería al finalizar el día y en el otro en el bloque siguiente (tarde del mismo día o mañana del día siguiente) Una comisión estudiará qué pasaría en el caso de que una institución de escolaridad simple realizara una kermesse durante la tarde.

Bonelli: - La única modificación que desde nuestro bloque creemos necesaria introducir es que usted parece estar hablando de una hilera, y no de un fila. Pereyra recuerda haber escuchado esa distinción de su maestra de 3er grado, la señorita Damiani.

Martinez: - En realidad, también se podría agregar el adjetivo "india". Sería una reivindicación para los pueblos originarios.

Pereyra: - dejeme chequearlo con la señorita Damiani.

Gironte: - Concedo. Pasemos entonces al segundo punto.

Punto 2: Desde el 1° de enero del 2010 deja de estar en vigencia el "pica para todos los compas" para todos los juegos de escondida que se realicen en el territorio nacional.

Quiroga: - ¡Es inadmisible!

Oberman: - ¡Respete la tradición!

Salvatierra: - ¡Comunista!

Cornejo: -¡Orden, señores! ¡orden! Dejen al diputado Gironte exponer sus razones.

Gironte: - Gracias, su Grosísima Excelsisidad. Es muy simple: una práctica tal no fomenta la responsabilidad personal. El nabo que fue y se escondió atrás de la maceta queda exhonerado por el mérito de otro, mientras que el que logró descubrir a 8 muchachos en una combinación de astucia, sagacidad, estrategia y rapidez de piernas ve caer su trabajo por el esfuerzo de uno sólo. El mensaje social es desastroso.

Quiroga: - ¿Qué hay de la solidaridad social?

Gironte: - Usted quiere legislar para ángeles, Quiroga. Todo lo que logrará es que el que cuenta no se aleje nunca de la base, no tome riesgos y el juego sea un embole para todos (con perdón de la retórica)

Cornejo: - Vaya al punto 3.

Gironte: - ¿Eh? ¡Ah, sí! El punto 3.

Punto 3: Desde el 1° de enero de 2010 se considerará "infinito punto rojo" como el máximo valor adjudicable. No se podrá retrucar a este valor anteponiendo ningún otro, con lo cuál se deberá reconocer la superioridad dialéctica de quién lo haya esgrimido.

("¡Ohhhh!")

Herrera: - ¿Cuál es el punto?

Gironte: - El punto 3. Cornejo lo acaba de decir.

Herrera: - No, no ¿a qué va con esto, Gironte?

Gironte: - Entiendo. La falta de parámetros hace que todos piensen que tienen la razón. Para vivir en sociedad necesitamos acordar hasta donde estará bien llegar y cuál es el punto que no podemos pasar. En este caso, el punto rojo.

Salvatierra: - ¡Yo dije que era un comunista!

Quiroga: - Su proyecto es infantil.

Gironte: - Justamente.

Fortunato: - ¡Que vuelva el "pica para todos los compas"! ¡que vuelva el "pica para todos los compas"!

Di Gregorio: - ¡Vamos las bandas!

Andrade: -Pelotudo.

Gironte: - ¿Quién, yo?

Andrade: -No, Di Gregorio. Bah, usted también.

Pereyra: - la señorita Damiani decía que no había que insultarse.

Gironte: - Doctor Cornejo: yo sabía que esto iba a terminar así. Esta gente que integra esta Cámara fue contaminada por esas mismas maniobras sobre las que pido hoy revisión. Quizás no sea esta la generación que logre el cambio. Pero quienes lo logren instrumentar recordarán este momento y dirán: "Cuando en el Congreso se había apagado la luz, se encendió Gironte".


(Aplausos. Chiflidos. Insultos cruzados. Pedidos de restitución del "pica para todos los compas". El telón se va cerrando lentamente. Suelta de palomas. Nadie pide el bis. Final apoteósico)




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