miércoles, 31 de diciembre de 2008

Post que no debería estar



Si está aquí es porque apretó un link a algo que no debía.

Este post ha sido publicado con una fecha ficticia y no tiene contenido importante. Simplemente es un lugar para que usted reflexione sobre los links a los que entra.


No se preocupe, con voluntad, estudio o una ducha de agua fría todo se puede encausar.





(Mentira, es usted un perverso)

viernes, 26 de diciembre de 2008

Por las siglas de las siglas


Dicen que la pereza es la madre de todos los vicios. Otros sostienen que la necesidad es la madre de todos los inventos. Yo digo que en realidad estos dos bebés fueron cambiados al nacer. No entraré en los vicios nacidos de la necesidad, escapa a la finalidad de este escrito, que quiere mostrar cómo la pereza despierta en nosotros una originalidad sin parangón. La tan vituperada "ley del mínimo esfuerzo" encierra una gran capacidad para identificar cuál es el mínimo esfuerzo necesario. Incluso los estándares de minimoesfuerzocidad son bajados cada cierto tiempo como el record de los 100 metros. Cuando uno cree que se bajó todo lo que se podía aparece un muchacho que corre como si lo persiguiese una jauría de perros salvajes en celo y rompe ese record.

Pero en el caso de la pereza, las conquistas no son sólo personales, sino también sociales. Todos hablan del enorme paso que significó la producción en serie, nadie dice que la idea no surgió de la cabeza de Henry Ford sino de uno de sus empleados, Tito Sinfuentes, quién -cansado de tener que buscar los elementos para armar el auto por todos lados- dijo: "a ver si nos organizamos, yo no me muevo más de este lugar, así que si quieren que labure, vos alcanzame las partes, yo las enrosco y se las paso a Pepe para que se las arregle". En su honor, Ford bautizó el primer modelo como Ford T (Ford Tito) Después, otros se encargaron de agregar palabras como "optimización de procesos", "fidelización de recursos" y "productividad" donde antes figuraban las célebres palabras de Sinfuentes: "¡Qué fiaca, por dió!".

La cuestión es que la misma lengua fue afectada por esta pereza social. Aunque es conocida la costumbre francesa de abreviar palabras, el presente escrito va -como siempre- a algo más medular: las siglas. Una sigla no es más que la expresión de una pachorra verbal supina. No obstante, la adjudicación de siglas es un arte que no todos tienen, y que puede dar lugar a atentados contra la misma razón de ser de estas siglas. Por eso, daremos dos criterios necesarios para una correcta imposición de siglas:

1. La pronunciabilidad: es importante para que una sigla simplifique el proceso comunicacional, que esta sea pronunciable de alguna manera. Aquí es donde hay que jugar con la inclusión de la vocal que sigue a la consonante que comienza la palabra, el uso o la eliminación de los conectores y otras tantas cuestiones que hacen a que sea fácilmente pronunciable y -por lo tanto- memorizable. La Agencia Federal de Ingresos Públicos es para nosotros una realidad lejana y pesadamente burocrática, mientras que la AFIP es algo muy distinto, algo cercano...y pesadamente burocrático. Quizá el ejemplo paradigmático de fracaso en este punto sea una ONG que proponía formar a los funcionarios públicos en la transparencia mediante diversos cursos de ética profesional. Este proyecto estaba condenado al fracaso desde el momento en que su nombre fue "Hombres honrados por una humanidad honesta" (H. H. H. H.) ¡Que inconvenientes no sufrieron estos hombres! Cada vez que les preguntaban por el nombre de la Institución, ellos respondían con su silencio. Hartos de pasar por maleducados, ensayaron un sonido aspirado profundo, lo que les valió varias maniobras Hemlich gratuitas.

Tampoco me parece que cumplan con su fin aquellas siglas en las que hay que nombrar cada letra (RSVP, QEPD, EEUU) porque para eso se dicen directamente las palabras enteras. Si estás siglas han sobrevivido, es justamente por la pereza que ha carcomido la voluntad de los escribientes.

2. la significación: este aspecto es todavía más sensible. Hay que tratar de evitar que las siglas compongan una palabra que atente contra el sentido o la seriedad de lo que se está significando. Y esto en cualquier idioma. Una consultora implementó un curso muy útil para su gente; gran parte del presupuesto para capacitación de ese año se gastó en el Managment operative course for companies. No fue nadie. ¿La razón? Nadie quería estar en un MOCO. Las siglas del Commitee of Sponsoring Organizations of the Traedway Commisions son COSO ¿que respeto puede esperar ese comité (el COSO ese)? El Partido de los trabajadores (PT) pudo tener un presidente en Brasil, pero en la Argentina son siglas impensables para la política vernácula. Por eso tampoco hay un Partido Nacional (PN) Creo que a esto se alude cuando se dice que somos una democracia inmadura. Como ya he dicho, las siglas pueden destinar al fracaso una institución y su desprestigio, como lo hicieron con movimientos sindicales como el Movimiento obrero nacional para la explotación de yacimientos (M.O.N.E.Y.) o a una ONG como la de Profesionales orientados a la rehabilitación de niñas (P.O.R.N.)

Podríamos seguir, pero creo que el punto se entendió. Quizás una última aclaración a tener en cuenta es que hay que saber cuando una sigla o inicial va a traer confusión para saber eliminarla. Piense que se pueden suscitar discusiones que atenten contra el tiempo y esfuerzo que pretendía ahorrar en un principio. Un caso paradigmático de esto fue la frase final que aparece en el libro del escritor norteamericano George Bestseller, quién finalizó su evaluación del siglo XX diciendo que "no hubo máquina más influyente en el siglo pasado que la de H. Ford". La mayoría pensó que se refería al citado Ford T de Henry Ford, hasta que un grupo de fanáticos de la Guerra de las Galaxias postuló que en realidad se hacía referencia al Millennium Falcon de Harrison Ford. Algunos vecinos de Banfield, conciliadores, trataron de imponer la postura según la cuál se estaría hablando del Ford Falcon de Héctor Ford, un conocido mecánico de la zona. Fueron desoídos.

El mundo de las siglas no es para todos. Consulte antes de enredarse en él. N.S.B.*

*Estas misteriosas siglas han sido interpretadas de diversas maneras. Algunos creen que se trata de un latinazgo o del grito en francés "nous sommes bonvivants". Para otros, el autor quiso poner N.O.B. para manifestar una simpatía por el Club Atlético Newells Old Boys de Rosario y lo hizo mal. De boludo que es nomás. Esta teoría fue rápidamente descartada por el mismo autor. Una tercera opción, ampliamente difundida, postula que las crípticas inicales quieren decir "No sea boludo".

lunes, 22 de diciembre de 2008

Los ornitorrincos depresivos de Kairós


Todo aquél que haya visto suficientes películas pochocleras sobre la vida universitaria desde los 80 para acá sabe perfectamente un par de cosas sobre el sistema educativo norteamericano:

a) la universidad es una época de descontrol juvenil más ligada a la cerveza y "a las chicas" (sic) que a la formación en un determinado campo del saber.

b) todas las universidades tienen algún animal representativo, ligado principalmente al equipo de futból americano (nótese la acentuación)

c) los capitanes de la opción "b" son los representante arquetípicos de la opción "a".

Ahora bien, el consumo masivo de comedias universitarias de fines de los 80s y principios de los 90s ("Porky' s", "La venganza de los nerds", etc..) por parte de los jóvenes neouniversitarios argentinos trajo aparejada una serie de desencantos que impactaron fuertemente en su conformación psíquica. Los estudiantes de ingeniería, luego de mirar su entorno, se preguntaban donde estaban esas chicas que las películas prometían, ya que no sólo 98 de cada 100 ingenieros eran varones, sino que además las chicas que habían generalmente los aventajaban en altura y fuerza de brazos. Al resto de los universitarios no les fue mucho mejor, pues los que sí tenían contacto con mujeres veían como las frases picarescas que hacían las delicias de las jóvenes que veían en sus VHS no respondían en el mundo real de la misma manera: el cancherísimo "¿qué dices si nos vamos de aquí?" con el que el macho universitario arrastraba a la porrista de turno frecuentemente recibía respuestas menos satisfactorias del tipo: "diría que sos un pelotudo"; "espero que estés hablando de vos y los babosos de tus amigos". Tampoco surgía efecto la libidinosa pregunta "¿tu casa o mi casa?". Las mujeres solían reemplazar la disyunción exclusiva por una conjunción, para expresar la bifurcación necesaria de los destinos finales.

No obstante, a pesar de tan notorios fracasos, hubo quienes quisieron llevar hasta el final esta imitación. "El problema no es el sistema. El problema es que no se ha implementado hasta el final" decían estos jóvenes a quién los quisiese escuchar. Muchos mantuvieron sus dichos y se enrolaron en el Partido Comunista. En fin, la cuestión es que estos grupos radicalizados sentían que para lograr el éxito en esta empresa debía cambiarse la cultura universitaria, y que eso se daría simplemente con la adición del nombre de algún animal a los equipos deportivos universitarios. Para llegar a esto se hicieron pruebas piloto en clubes, escuelas secundarias y universidades. Los detractores de este proyecto argüían que en jardín de infantes ya dominaban estas prácticas y que eso no los había ayudado a "conseguir chicas". Pero nada de esto detuvo a nuestros héroes. Lo que los detuvo fue el fracaso puro y duro.

El primer experimento fue con "Los buitres de GEBA", nombre que se le dio al equipo masculino de hockey sobre cesped. A las pocas semanas los jugadores se quejaban de que el sobrenombre no los había favorecido para nada en la vida social, sobre todo con las chicas del equipo femenino. Algo similar sucedió con "Los perros de Cambaceres", que sufrieron el escarnio de sus contrincantes como nunca en la vida. Peor fue el caso de "Los Alces de San Fernando", equipo de natación conocido por las infidelidades a las que los sometían sus novias durante las largas giras que emprendían. No ayudaba la arenga que se hacían de "sacar a relucir los cuernos". Pero todo esto fue un aprendizaje. Se vio la necesidad de que el animal elegido simbolizase virtudes del deporte en cuestión. Así, el equipo de basquet de "Los Gorilas de Villa Ballester" logró una cierta aceptación hasta que empezó a sufrir ataques y escraches por parte de miembros de la Juventud Peronista. Pero el caso que fue simultáneamente el cenit y la caída de este proyecto fue el del equipo de handball de la escuela nocturna n°4 de Berazategui.
"Los gatos de Berazategui" lograron una repercusión sin par. "¿Viste los gatos de la nocturna?" se escuchaba decir frecuentemente entre los parroquianos. La cosa se fue de madre cuando aparecieron fotos de a un reconocido intendente saliendo de un albergue transitorio con la arquera del equipo.

Desde entonces nadie ha tratado de volver a emular ciertas prácticas del sistema educativo norteamericano...y la escuela nocturna n°4 ya no tiene equipo de handball.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Niños eran los de antes


El tema de los niños superdotados es todo un tema. Un momento. Si voy a tratar sobre la extrema inteligencia de algunas personas, quizás debiera empezar con una frase más inteligente y menos redundante que "este tema es un tema". Vamos de nuevo.


Existen en esta orbe que nos toca habitar algunos individuos cuyas inteligencias son atravesadas, ya desde temprana edad, por cogitaciones soberanas, desproporcionadas con una corporeidad todavía en desarrollo. Así, transidos por la desproporción, estos sujetos... no, no. No sirve. Demasiado pomposo. Al pedo, como quien dice. Una más. Dale. Última, en serio.


Hay pibes muuuuy inteligentes. Se los llama niños superdotados. Al parecer yo no sería uno de ellos. Es por eso que voy a hablar de lo negativo de ser un niño superdotado. Hay una cierta soledad social ínsita en su condición. Un niño cuya inteligencia le pide mucho difícilmente pueda sentirse motivado a sostener una conversación con alguien de su edad que estalla en carcajadas al darse cuenta de que la palabra "moco" está en el diccionario. A su vez, no poder participar de un café literario porque el pediatra le dijo que todavía no tiene edad para tomar café o que tener que suspender una conferencia porque es la hora de dormir le dificultan el desarrollo en un ámbito adulto. Como dije, la extrema inteligencia puede provocar un cierto aislamiento social. No, su caso es distinto. Usted es raro y usa los pantalones demasiado altos.


La solución para este tipo de chicos pareciera ser juntarlos con otros niños superdotados, para que puedan vivir en un ámbito que regule armoniosamente ambos mundos. Que no deje de ser niño ni de cultivar su inteligencia. Ahora, este cóctel puede dar lugar a situaciones bizarras para la mirada externa. Es por eso que hoy vamos a asomarnos a esta realidad para ver qué significa en lo concreto esta armonía. Daremos una mirada a la salida a la playa que organizó la Escuela especial n°1 para niños superdotados "Douglas 'Doogie' Houser" de Burzaco. Más concretamente, podremos presenciar una pelea como las que siempre se dan entre niños. O entre adultos. Bah, de las que se dan cuando la gente se pelea.


(Ricardito construye un castillo en la arena, Jorgito se le acerca)


Jorgito: ¿Un castillo? ¿Te parece tributar al sistema feudal, más no sea lúdicamente?


Ricardito: Uh ¿vas a empezar de nuevo? Típico ignorante que piensa que la gente se acostó en la Antigüedad y se levantó en el Renacimiento y en el medio no pasó nada.


J: Es un esquema historiográfico, sí. Pero uno válido.


R: Disiento. El otro día hablábamos con Ernestito, y él me decía que para gente como vos la Catedral de Chartres la habían construido monos entrenados por los griegos. Ja ja ja.


J: ¡Ernestito es un imbécil! Dicen que cuando tenía 7 meses le mostraron la foto de un zorro y dijo: "Guau, guau".


R: ¡Que hablás vos, que no podés sacar el patrón ni de la serie de Fibonacci! ¡Andate de acá! ¡Hacé tu construcción art decó y dejame de hinchar!


J: ¡Prefiero eso a imitar una porquería como la tuya! ¡Ya vas a ver ahora cuando a las 18:37 en el huso horario UTC -3 cuando la marea llegue hasta tu castillo pedorro y lo haga mierda! Porque ese alcantarillado lamentable que le hiciste no va a soportar más de 1700 cc de agua, y la marea debe traer como 2200 cc por vez.


R: ¡Chiva calenchu! Para eso hice la rampa que desvía agua hacia el lago artificial que hice atrás.


J (entre confundido y enervado): Pero...pero...¡ESO NO ES MEDIEVAL! ¿Por qué no le agregás un estacionamiento con techo de media sombra sobre columnas dorias?


R: Algunos estudios de Dickienson parecen mostrar que ciertas comunidades costeras escocesas habrían hecho desvíos para favorecer el riego.


J: Pero dejame de joder. Que la gente de Harvard se dedique mejor a la escuela de negocios, que para las ciencias en serio no sirven.


R: Eso es despecho porque criticaron tu paper sobre una nueva interpretación para la teoría de cuerdas. Vos sabés que no tiene nada que ver con la música ¿no?


J: Mirá, no te insulto porque dudo que tengas una conformación psíquica sana. En la segunda tópica freudiana, para mí que tendrías sólo el "Ello".


R: ¡Y VOS SÓLO EL SUPER YO!


Maestra 1: ¡Chicos! ¡Chicos! ¡Basta de pelearse como güelfos y guibelinos! Dense la mano y reciten la Declaración sobre el Derecho de los Pueblos a la Paz de la ONU.


Maestra 2: ¿Que pasó?


Maestra 1: Nada. Jorgito y Ricardito se estaban peleando. Los chicos viene cada vez más violentos. Para mí que es influencia de la literatura dadaísta que los pone así.


martes, 9 de diciembre de 2008

Amor verdadero


- Mi amor ¿vos me querés?
- Por supuesto.
- Pero ¿me amás?
- Sí, negra ¿cómo se te ocurre preguntar?
- Y si engordara ¿me querrías igual?
- Obviamente.
- ¿Aunque engordara mucho?
- Pero negrita ¿que preguntas son esas?
- Más bien diría "¿qué respuestas son esas?". No me respondiste, gordo.
- Ya te dije que sí.
- ¿Y si tuviese un accidente cerebral y me tuviesen que poner un cerebro de mono?
- ¡¿Como?!
- Sí, sí. Ponele que yo estoy cruzando la calle y me atropella el 39...o el 60 mejor, que va por Ayacucho y llegando a Santa Fe casi no hay vereda y está lleno de gente. Bueno, ponele que me atropella y la única manera de salvarme es insertarme el cerebro de un mono. Bah, de una mona mejor dicho, tampoco sea cuestión de poner un escenario que no tenga sentido.
- No sea cuestión...
- En fin, la cosa es que a los pocos meses estoy 0 km. pero con un cerebro de mona. Mona que aprendió a hablar, a escribir y a tomar mate, desde ya.
- Y...la verdad es que me parece que así no.
- ¡¿Cómo que no?!
- Y, pero no sos vos. Sos un mono...
- mona.
-...sos una mona en tu cuerpo.
- Pero ¿no te das cuenta? ¡Soy yo atrapada en el cerebro de una mona!
- ¿Te parece?
- Por supuesto.
- Bueno, entonces sí.
- ¡Ay, que divino que sos, gordo! Yo sabía que mi cuchi-cuchi no me iba a dejar.
- No, no, claro.
- ¿Y si...?
- ¡Uy, Dió...!
- ¿Y si mi cuerpo rechaza el cerebro de mona y -para salvarme- tienen que volver a ponerlo en el cuerpo de mi amiga Pity?
- ¿La gorda?
- ¡No! No es gorda, es un poco robusta nomás. Además, perdió 27 kilos y está estupenda.
- (susurrando) ...la vi el otro día y parece que los encontró de nuevo...
- ¿Qué decís? Bueno, la cosa es ¿me seguirías queriendo o no?
-...
- ¡Gordo!
- ¿Qué? ¡Ah! Sí, sí. Obvio.
- Dudaste. ¡Que superficial que sos!
- No, no, me distraje. ¿Cuál era la pregunta?
- Si me querrías si el cerebro estuviese en el cuerpo de Pity.
- ¿O sea que serías vos encerrada en un cerebro de mona encerrada en el cuerpo de Pity?
- Sí.
- Y...dale que va.
- ¿Y si en vez de Pity fuera en el cuerpo de mi prima Raquel?
- ¿La que casi es vedette de Nito Artaza?
- Típica exageración masculina. Nito Artaza la vio en un restaurant y le dijo que le mandara unas fotos, no es que fue "caaaasi vedette de Nito Artaza".
- Bueno. Sí.
- ¿Ves cómo sos? ¡Yo sabía que le tenías ganas a esa trola!
- Pero si vos...
- No tenés códigos, baboso de mierda. Mi prima. Sabés que tenemos una relación sanguínea ¿no?
- Mi amor, si esto era...
- ¿Con qué cara te voy a llevar a un evento familiar?
- Me parece que estás...
- "Abuela, te presento a mi novio. Tené cuidado que en una de esas te tira los perros".
- No puedo creer que...
- (desencajada) ¡¡¡NO ME INTERRUMPAS!!! ¿Ves? Esto no da para más. ¡Me voy! Suerte con mis primas, sobrinas y familiares. ¡Perverso!

(se va furiosa y empieza a caminar sin rumbo fijo, a los pocos metros le suena el celular)

- ¿Hola? ¡Hola Raquel! Justo recién me estaba acordando de vos. ¿Querés que nos juntemos a tomar algo? Dale, boluda. Así nos ponemos al día.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Primer premio


Kairós ha ganado el primer premio en los Yoni awards 2008.

En realidad, si quisiésemos ser más técnicos, tendríamos que aclarar que "el primer premio" debe entenderse no en el sentido del primer lugar, sino que su primer premio, ya que no había tenido ninguno antes. Pero bueno, no deja de ser un premio ganado.

Bah...en realidad -si vamos a ponernos en quisquillosos- "ganar" no es exactamente la palabra que debería usarse. "Obtener", en su ambigüedad, sería más propio. Quién me entregó este premio, al momento de adjudicármelo, no había visitado nunca mi blog. Eran más bien premios por encargo.

¿Cómo que entonces no cuenta? ¿cómo que entonces no cuenta? Este tema de los premios me parece que está muy sobrevaluado, así que ante todo vamos a poner los puntos sobre la íes: i i i.

Ahora podemos pasar al tema que nos convoca, ¿por qué tanto alboroto alrededor de los premios? Algunos dicen que es simplemente un reconocimiento formal de algo ya dado por el público, con lo cuál no agrega demasiado; para otros es una meta. La diferencia entre unos y otros es que los que sostienen lo primero son los que tienen premios mientras los que postulan lo segundo, no. Ahora ¿en qué categoría debería incluirme?

No se precipite en la respuesta. Seamos objetivos: un premio es "algún tipo de reconocimiento dado por otro por algo que uno hizo" (Benegas: 2008) Si se le agrega plata, mejor; si el premio es estéticamente lindo, quizás se sienta más contento; si existe un jurado que dictamine que el premio es merecido por quién sabe cuales méritos, uno puede andar más orondo; pero ninguna de estas cosas son tan esenciales como los ganadores del premio Nobel nos quieren hacer creer. Argentinos, a los hechos:

a) ¿Hay un premio?

Sí, el Yoni Award.

b) ¿Pero existe tal cosa?

Sí, acá está.

c) ¿Eso es?

Sí.

d) ¿Hay algún jurado que lo avale?

Yoni en persona (http://www.metacholadoble.blogspot.com/) ¿Qué? Un jurado también es una subjetividad. O varias, el número no hace la diferencia.

e) Pero ¿no dice que no había visto su blog? ¿qué mérito puede haber visto?

Quizás Yoni haya tenido una intuición sobre mi blog, quizás una horda de fanáticos golpeó la puerta de su casa y se colgó del timbre para exigir una reparación histórica hacia mi blog o quizás...¡Mire, mire! ¡allá! Un subhjkidfshdsh...

¡¿Qué?!

Bueno, espero que todo haya quedado claro.

Por todo lo anterior, quiero agradecer en primer lugar a Yoni, quién en una audaz maniobra publicitaria o una acción de desinteresada filantropía con bloggers caídos en...con bloggers que viven en la desgracia, me ha otorgado este galardón. También a APTRA, sin cuya negativa constante a no tomarme en cuenta para sus premios y a las palabras humillantes que me dedicaron sus integrantes lograron lacerar mi estima hasta que un premio no merecido me pareciera deseable. Gracias a mis padres, pues si no hubieran llamado a la cigueña a París yo no estaría aquí (aunque la gente de APTRA en sus ataques me dijeron que esto no sería tan así) y a todos los que leen este blog, porque un premio que no se le puede enrostrar a alguien es menos premio. Sé que este premio es el primero y -teniendo en cuenta el chiste de los puntos sobre las íes- calculo que será el único. Es por eso que lo quiero compartir con...no, mejor no lo comparto nada. El premio es mío. Si quiere uno consígaselo.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Y que no cumplas nunca más


Hace poco cumplí años. Hay ciertas edades a las que, cuando uno llega, llevan a plantearse y replantearse determinados aspectos de la vida para descubrirlos por primera vez, reencausarlos o cambiar de actitud hacia ellos; momentos de inflexión en los que todo parece tomar otro cariz, momentos de serenidad y de luz. Momentos, en definitiva, re-grosos. Este cumpleaños no fue uno de ellos. Esto me permitió en cambio reflexionar sobre algunas nimiedades de menor valía axiológica (a.k.a. pelotudeces) que rodean a la liturgia cumpleañística.

La primera de ellas tiene que ver con el saludo estipulado para estas ocasiones. Más allá de algún gracioso ocasional que cambie los términos por algún sinónimo (i.e. "natalicio", "onomástico" aunque sea impropio) la forma ritual es "Feliz cumpleaños". Hay una falacia material llamada de énfasis que consiste en cambiar el sentido de una frase haciendo hincapié en determinada parte de ella. Así, cuando se dice que alguien hizo un buen trabajo ayer, se entiende que el resto de los días trabaja mal. Algo de esto parece colarse en este deseo de felicidad. Le decimos al otro que sea feliz en el día de su cumpleaños. O sea, que el resto del año se cague de angustia. Ahora ¿para qué llamar a una persona para desearle tal cosa? Sobre todo porque sólo llamamos a personas a las que "les tenemos cariño". Sí, seguro.

Hay quienes creen escapar de esta torpeza trocando el saludo en un lacónico "felicitaciones". Si el otro saludo peca de mala leche, este es gritarle al homenajeado -directamente- "¡sos un imbécil!". ¿Qué tipo de mérito es atribuible al hecho de permanecer en la existencia un año más? ¿que soy bueno para esquivar catástrofes? ¿que domino con profesionalidad el vaivén de la respiración? ¿que mi poderoso intelecto ha captado la relación entre alimentarse y seguir vivo? ¡Por favor! Es como festejar los eructos de un bebé: puede ser divertido, pero él no hizo nada voluntario para llevarlo a cabo (aclaro que se trata de un bebé porque en la adolescencia la capacidad de eructar pasa no sólo a ser meritoria sino además un símbolo de status social)

Pero nos queda transitar todavía la peor parte del asunto. Después de haber descargado todos nuestros cartuchos en la primera frase, nos envuelve el vértigo del vacío que le sigue. La sensación de que, no importa cuanto conozcamos a la persona, no tenemos nada más para decirle.

Conversación cumpleañística standard:

- ¿Hola?
- ¡FELIZ CUMPLEAÑOS!
- ¡MUCHÍSIMAS GRACIAS!
- ...
- ...

Si la expresión "horror vacui" tiene algún sentido, es gracias a esta situación. Hay una desproporción abismal entre el entusiasmo inical y la capacidad de relleno posterior. Es aquí donde muchos ceden a lo primero que se le viene a la cabeza, en la esperanza de salir del silencio incómodo. Hay gente que dice que hay que confiar en los instintos, que lo primero que se nos viene a la cabeza en general es lo correcto. Esa gente no sólo no tiene amigos, sino que fracasa en todo ámbito de la vida que toque, como un Rey Midas de la imbecilidad. Vayamos a las frases que rompen con un silencio al que ya no se puede volver por mucho que se quiera:

- "¿Y? ¿vas a hacer algo?": no, no, no, no, no ¿que hacés? Si no lo sabés a esa altura es porque no fuiste invitado. Seguramente el cumpleañero te agradezca el hermoso momento incómodo que le estás regalando. El año que viene va a ser difícil superarte. Quizás una carta con el virus del ébola o una rata con rabia...

- "¿Y? ¿qué te regalaron?": por suerte lo llamaste. Tener tantos regalos y nadie con quién compartirlo es bastante feo. ¿Cómo? ¿que ese mismo día lo llamaron 25 personas? ¿que pasó el día de su cumpleaños enumerando objetos? ¡Pero che! que macana. Igual, es verdad que la versión valorativa que vos le ofrecés ("ah, pero mirá que útil...", "ajá, que bueno eso...") sobresale sobre la muchedumbre de preguntas estúpidas como Carlos Perciavalle caminando por la Pampa. Te diría que con eso ya cumpliste con el regalo. Por dos o tres años por lo menos. Y con los llamados para esos cumpleaños también.

Advertido de esta situación, y advirtiendo a su vez a los inadvertidos viandantes, creo que he hecho un nuevo servicio comunitario de los que abundan en este blog. Pero darse cuenta es sólo la mitad del camino. Mi propuesta: una licitación de temas o frases útiles para la salutación natal-aniversaria. Sepan que es una colaboración importante y que redundará en el futuro en menos conversaciones incómodas para ustedes. Queda abierta la licitación.

¡Ah! y gracias a todos los que me llamaron para mi cumpleaños. Fue un lindo gesto.

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