lunes, 23 de marzo de 2009

Gente peligrosa


Cuartel general de la CIA. Langley, Virginia. 23:34 hs.

Media docena de agentes están reunidos en un cuarto que, como la mónada leibnitzeana, no tiene ventanas. De repente, se abre una puerta lateral y entra un agente de unos 45-50 años con anteojos y peinado a la gomina. Tira unas carpetas sobre la mesa, apunta a una pantalla ubicada sobre un extremo de la mesa de conferencias y, sin demasiados preámbulos, comienza una explicación.


Agente Smith: - Ustedes saben que existe un tipo de información que maneja el común de la gente, un tipo de información que manejamos nosotros y un tipo de información que manejan algunas personas del común de la gente creyendo que es la información que manejamos nosotros. Al primer tipo se las llama noticias, al segundo información confidencial (o, en algunos lugares, la posta) y al tercero teorías conspirativas paranoides. Hoy los he reunido para que pasen del tercer tipo al segundo, porque ¿podrían hacer un buen trabajo si no supieran reconocer el tipo de información que manejan?

Agente Johnson: -No, Señor.

Agente Smith: - Era una pregunta retórica, Johnson. Mientras todos piensan que nos preocupamos por King Jong Il o Mahmud Amadinejad, hoy yo les voy a hablar de gente realmente peligrosa, aquellos sujetos que verdaderamente ponen en peligro nuestro país. Empecemos por el que tenemos más cerca: Hal Douglas.

Agente Laruzzo: -¿Quién, Señor?

Agente Smith: - El hecho de que no lo conozcas no hace más que revelar su peligrosidad.

(La primera ficha se proyecta en la pared)



Nombre: Hal Douglas




Ocupación: voz en off de los trailers de las películas de Hollywood



Agente Laruzzo: - No entiendo, Señor.

Agente Smith: - ¡Vuelve a tu pequeño mundo de teorías conspirativas, Laruzzo! ¿No es evidente? Durante años, hemos escuchado su voz grave y profunda envolver nuestro cerebro con frases inverosímiles como "En un mundo en el que..." o "este verano, descubrirás que..."

Agente Johnson: - Pera esas son frases incompletas, Señor.

Agente Smith: - Como te decía, Laruzzo. En todo este tiempo nunca nos atrevimos a criticar nada de lo que viniese después, sin importar lo disparatado que fuese. No nos parecía relevante si era un mundo en el que las algas marinas dominaban o si este verano nos visitarían 3 suegras de la misma persona, porque su voz era irrefutable. Y aquí llegamos al tema de seguridad nacional. Tenemos razones para pensar que a una orden suya, el orden mundial podría cambiar. El gobierno de Burkina Fasso lo habría contactado (y pagado más que bien) para que en los trailers previos a "Titanic 2: cuando Leo di Caprio conoce a Ariel" Douglas deslizara la frase: "En un mundo donde Burkina Fasso domina...". Al día siguiente, el Gobierno emitiría una serie de bonos del país donde venderían fondos de deuda de empresas que van a la quiebra. Gracias a lo que escucharon decir a Hal Douglas, los gobiernos y empresas de todos los países poderosos cuyos gobernantes siguen a Leonardo di Caprio comprarían estas deudas compulsivamente provocando un descalabro económico mundial.

Agente Johnson: - ¿No es eso lo que hicimos nosotros, Señor?

Agente Smith: - No sea imbécil, Johnson, lo nuestro fue enteramente distinto porque...¡vaya a comprar café, Johnson! Pasemos al siguiente inicuo.

Nombre: Diego Topa




Ocupación: conductor de un programa en Disney Channel Argentina




Agente Tyler: - Entiendo, Señor. Usa una fachada para...

Agente Smith: - Ninguna fachada, Tyler. Para escuchar estupideces puedo esperar a que Johnson vuelva de comprar café. El problema no es ese. Esto debería clarificar las cosas.

Nombre: Sofía Reca

Ocupación: conductora de una programa en Disney Channel Argentina.








Agente Tyler: - Me parece que se me estoy perdiendo algo, Señor.

Agente Smith: - asumo que no tengo que aclarar que se trata del mismo programa...

Agentes: -...

Agente Smith: - ¡Por Dios! Voy a hablar con la gente de Recursos Humanos. ¿Como se supone que salvemos al mundo con un grupo de oligofrénicos como ustedes? Explico una sola vez: los niños ven este programa, en apariencia inofensivo. Crecen con la idea de que un gordito con cara de perdedor se relaciona de igual a igual con una muchacha...bueno, de estas características. En su adolescencia, los gorditos con cara de perdedores sufren de mil y un rechazos y vejaciones anímicas. Resentidos y furiosos, van al psicólogo donde descubren que esta imagen tuvo su origen en Disney Channel. Odian a Disney y -por extensión- a los Estados Unidos de América. Si no hacemos algo ahora, en 25 años más tendremos un ejercito de gorditos con cara de perdedores a las puertas de Washington. Siguiente.

Nombre: David Beckham

Ocupación: Futbolista. Modelo ocasional.








Agente Gonzalez: - Jefe, me va a decir que...

Agente Smith: - No. Simplemente me cae mal. Vamos al último individuo.


Nombre: Woody Allen


Ocupación: Director de cine







Agente Smith: - Este fue un pedido expreso de arriba, así que voy a ser claro: en su última película "Vicky Cristina Barcelona" no se molestó en armar un guión decente. Juntó un par de actrices lindas y filmó una fantasía suya. Tenemos razones para creer que su próxima película trataría de un grupo de adolescentes japonesas lesbianas que tienen una banda de jazz y se enamoran de un saxofonista de anteojos y gorro de capitán Pilusso interpretado por Brad Pitt. Nos dicen que otros directores se habrían percatado de la obsecuencia de la crítica y estarían preparando para filmar sus propias fantasías. Así las cosas, en 5 años la industria pornográfica sería completamente redundante. Nuestros agentes en Europa del este nos informan que sin esa fuente de trabajo, la tasa de desempleo en algunos países podría subir hasta un 15%. El caos sería demoledor. Hay que cortar la cabeza ahora que todavía está creciendo. ¿Alguna pregunta?

Agente Johnson: -¿Quién es Ariel?

Agente Smith: - La Sirenita.

Agente Tyler: - ¿Esto quiere decir que si compro pornografía colaboro con la paz mundial?

Agente Smith: - Hágase ver, Tyler. Otra.

Agente Gonzalez: - ¿puedo ir al baño?

Agente Smith: - Para eso tuvo el recreo, Gonzalez. Aguántese. Muy bien, sincronicemos relojes y nos vemos aquí en 3 días para compartir resultados e investigar una posible filtración que se estaría produciendo en un blog de mala calidad. Que lo disfruten con salú.


domingo, 15 de marzo de 2009

El país que no miramos



- "...y entonces Ernesto fue, acompañado por la novia, para decirle a Claudio que necesitaba guita.

- ¿Y Claudio?

- Le tiró 500 mangos. Y ahí se pudrió todo.

- ...y sí, tendría que haberlo visto venir. La mina nunca estuvo llena de oro y es claro que billetera mata galán.

- Sobre todo porque se sabe que Claudio siempre la levantó en pala.

- El único que no lo vio venir fue Ernesto, por boludo.

- Hay que tener mala leche...

- Y, sí, este muchacho está meado por los perros".


Universidad de Götingen. Facultad de Sociología. 10:24 hs.


- Hans ¡has vuelto de tu viaje por Argentina!

- Efectivamente, Sigfrid ¡ha sido una experiencia magnífica!

- He oído hablar de la diversidad de su geografía, de la calidad de sus comidas, de la belleza de sus mujeres...

- Todo eso no es más que una cáscara Sigfrid. Monedas comparado con lo que sociólogos como nosotros podríamos descubrir. Hay una Argentina oculta...

- ¿Es una disyunción excluyente? ¿no puede ser argentina y culta a la vez?

- No, no. Una Argentina o-cul-ta.

- Una inmigrante ilegal, sin duda.

- ¡Hablo de su gente! A espaldas de los visitantes se relacionan de formas impensables, en donde la ley, la moralidad, el bien y el mal son juzgados con parámetros que están más allá de nuestra imaginación. Sólo pude escuchar algunos fragmentos, pero se trata de El Dorado de la sociología.

- ¿Tanto así?

- Verás, durante mi estadía en Buenos Aires paré en un cafetín de esos que abundan por allá. Pedí una reparadora cerveza y...

- ¿Estaba bien?

- ¿Eh?

- La cerveza. Si estaba bien la cerveza argentina.

- No vamos a comparar. Además, parece ser que la compraron capitales brasileros así que técnicamente...¡no nos desviemos, Sigfrid! Orden y método ante todo. La cuestión es que casi sin quererlo y sin que ellos supiesen, pude escuchar la conversación que sostenían dos parroquianos.

- ¡Hans!

- Ya te dije, no es que quisiese, pero el punto de partida fue una oración que me sorprendió tanto que ya no pude dejar de escuchar.

- ¿Qué pasó?

- Al parecer, un tal Ernesto -individuo experimental nº1-, necesitado de dinero, fue en compañía de su novia -individuo experimental nº2- a pedirle prestado a un tal Claudio -individuo experimental nº3-.

- No me parece nada fuera de lo común. Todos tenemos malos momentos económicos. De hecho, Hans, esto me recuerda que tú me deb...

(acelerado y subiendo el tono de voz) - LA RESPUESTA ES lo interesantes, querido amigo. Ante la necesidad del IE nº1, el IE nº3 le arrojó encima 500 mangos.

- ¿Die mangofrucht?

- Exactamente.

- ¡Qué salvaje! ¿por qué? ¿para que satisafaga sus necesidades o para que los comercialice?

- ¿No es claro que se trataba de algún tipo de mensaje mafioso? El IE nº1 no alcanzó ni a sacarlos del recinto y ya estaban todos podridos.

- Increíble...

- Pero eso no es lo peor. Luego el IE nº3 sacó su billetera, calculo que para que el IE nº1 abrigara alguna esperanza, y con ella...¡LO MATÓ!

- ¡NOOOO!

- Como oyes, evidentemente era algún tipo de artefacto con tecnología de película de James Bond.

- Me habían dicho que cuide mi billetera de los argentinos, cuando en realidad hay que cuidarse de la billetera de los argentinos. ¿Por qué esa saña?

- Al parecer porque el IE nº1, que era un muchacho bien parecido, habido tenido problemas de rentabilidad en una emprendimiento minero.

- Qué monstruoso lo que la avaricía provoca en la gente.

- Pero no termina allí. Al parecer la IE nº2 ya estaba al tanto del carácter violento del IE nº3, pues desde hacía mucho tiempo él la tiraba por los aires utilizando una pala.

- ¿Y el indiv...y Ernesto no sabía esto?

(apesadumbrado) - No, al parecer su juicio se encontraba nublado por una inflamación genital.

- ¿Incurable?

- No. El otro dio a entender que existía un tratamiento a base de leche en mal estado.

- Algún tipo de medicina alternativa.

- Lo que más me dolió de la historia de este hombre fue que sus deshonras no terminaron con su muerte. Al parecer incluso los canes orinaban sobre su cuerpo inerte.

- Barbárico. Simplemente barbárico.

- Exacto. Por eso es que no pude escuchar más y me fui en uno de esos tours al estadio del Club Boca Juniors. Te aseguro, mi buen Sigfrid, que todavía no has oído nada...





martes, 10 de marzo de 2009

Si Dostoievsky escribiera cuentos para niños


Un manto de nieve envuelve todo en la fría Siberia. En el medio de la nieve, se vislumbra una casa en la que encontramos a dos porcinos reunidos en torno al Samovar sumidos en profundas cavilaciones. El aire está enrarecido y la pobreza se palpa en la pared enmohecida, en el género remendado una y mil veces que cubre el sillón que funciona de cama, en el retrato familiar que ahora mordisquea una rata. Iván Porcinovitch Piarov hace un ademán para detener al roedor, pero se frena y -con una expresión de resignación- vuelve a concentrarse en su taza de té. De repente, la puerta se abre de un golpe. Bajo el dintel, con los ojos llenos de lágrimas y una botella de Vodka en la mano, Nicolai Piarov parece estar a punto de desvanecerse.


- "¿Qué te ha pasado?" exclama Iván Porcinovitch.


- Perdón, hermanos míos, perdón.


- Entra, Kolya, entra. Que el frío se cuela y no tenemos ya más pertenencias que quemar para calefaccionar el lugar.


- No. No merezco estar entre ustedes. He pecado y mi pecado se esparce sobre este lugar pudriendo todo lo que toca.


- Lo que se esparce es el tornillo que viene de afuera- acota Tito Porcinovitch, el menor y más irascible de los hermanos Piarov.


- ¿Recuerdan cuando perdí mi casa? Era un humilde rancho de paja que construí cuando era un mejor cerdo. Quizás el material no era el más apropiado para estas temperaturas bajo cero, pero yo era un mejor cerdo, no un cerdo más inteligente. ¿Lo recuerdan?


- Sí. El juego te tomó en sus enormes y filosas garras en ese entonces. Perdiste tu casa a manos de Friederich Wolff, "el lobo alemán".


- Veo que lo recuerdas, Iván. Tú siempre recuerd...


- ¡ENTRÁ Y CERRÁ LA PUERTA, LA PUTA QUE LO PARIÓ!- bramó Tito Porcinovitch.


- "En fin -dijo Nicolai mientras cerraba la puerta cuidadosamente con una expresión de temor en el rostro- la cuestión es que eso fue sólo el principio. Habiendo tenido que entregar mi hogar a ese vil comerciante venido desde el oeste, quedé sin casa. Tú lo sabes, Iván, ya que me acogiste en tu cabaña. Entonces pensé que era libre. Realmente lo pensé" dijo, casi como una súplica.


- Sí, aquél lobo que te quebró supo mostrarte nuevos vicios. Vicios que nuestra madre Rusia no conocía.


- Ahí te equivocas. Ese fue un vicio que conocía pefectamente, fue entonces que me encontró la bebida.


- Y se ve que te encontró mal parado- acotó Tito.


- ¡Ay! ¡que torpe fui! Si tuviera un rublo por cada desventura que el alcohol me provocó.


- Probablemente hubieses tenido plata para comprarte tu propio alcohol y no me hubiesen rematado la casa- razonó Iván Porcinovitch.


- ¡No creas que no lo sufrí! Fue eso lo que me llevó a buscar consuelo y amor en los brazos de una prostituta.


- Ejem...


- Bueno, de 25 prostitutas. Pero lo encontré, en el amor puro y cristalino de Caperucita Roja. Ella era una criatura sin igual, una flor que crece en el lodo, un faro que ilumina en la osc...


- Por cierto ¿donde está ella?


- Se la vendí al señor Wolff por esta botella de Vodka y la figurita de Valderrama del álbum de Italia 90.


- ¡Infeliz! ¿cómo pudiste hacer tan vil intercambio?- inquirió Iván.


- ¡Imbécil! ¡la de Valderrama ya la teníamos!- sentenció Tito.


- ¡Lo sé! ¡lo sé! No soy yo, es mi naturaleza.


- Decile a tu naturaleza que si sigue haciendo cagadas la vamos a moler a patadas. Ahora todo lo que nos queda es esta casa de ladrillos con una decoración forzosamente minimalista.


- Ejem...técnicamente...


- ¡No, eh! ¡no! ¿Qué hiciste, pelotudo?


- Yo pensé que el Zenit no pasaba a segunda ronda en la Champions. Era un fija.


- ¿Vos me estás cargando? ¿apostaste mi casa? ¿mi casa a que un equipo de tu país perdía?


- Se puede decir que soy un apóstata.


- ¡Loco, yo lo mato!


Iván, mientras sostenía a Tito para que no le tirase el té hirviendo a Nicolai, mediaba: "Pará, pará que...digo deteneos, deteneos y cesad la violencia, que no conduce a nada y el té está carísimo".


En ese momento, dos golpes secos resonaron en todo el PH. Al abrir la puerta, un personaje peludo de impecable traje entró en la habitación. Escrutó a su alrededor y dijo: "Como galpón, no está tan mal. Quizás unas pastillas contra la humedad...." Luego, miró hacia atrás y agregó: "traete los palos de golf y las reposeras que ya no usamos. Ah! y un Glade para quitar el olor". Sólo ahí todos se percataron de la figura del criado que esperaba del lado de afuera. Apenas éste se hubo ido, Mr. Wolff levantó la cabeza y dijo a los 3 cerdos: "¿Que miran? ¿les gusto? No crean que soy una mala persona por desalojarlos en este clima tan hostil. Después de todo, ustedes fueron los que hicieron las chanchadas".


Así, queridos niños, llegamos a la moraleja de nuestra historia: Si tienen un hermano vicioso, pongan su casa como bien de familia.


lunes, 2 de marzo de 2009

Cuando más es menos


Recuerdo muy bien aquella vez. No, no esa, la otra. Sí, la recuerdo muy bien. Yo tenía pueriles 12 o 13 años mal llevados. Bueno, bueno, lo recuerdo bastante bien. Creo que eran 13, pero tampoco vale la pena detenerse en detalles. La cuestión es que yo quería ir a una fiesta, y la única manera de que eso pudiese darse era aceptar la propuesta de mis padres de pasarme a buscar antes de ir a comer con unos amigos. No había vuelta que darle. No era lo mejor para mí, no era lo mejor para mis padres, y ciertamente lo era aún menos para los amigos de mis padres, pero era lo que había. Ensayé variables logísticas, pero todas eran malas. Incluso una me dejaba durmiendo en la calle.

La cuestión es que terminé en un restaurant bastante elegante. No, no recuerdo cuál, déjeme de molestar. Cuando me hicieron llegar la carta, empecé a buscar la palabra "carne". No fue fácil dar con ella. Los nombres de las comidas estaban en francés, y el subtitulado tampoco ayudaba mucho. Todos los platos estaban "reducidos", "sazonados" y vejados de otras mil formas. Pero finalmente dí con las palabras buscada. Y me entusiasmé. En un lugar así el bife debería tener el tamaño de mi mano. Mejor aún, ¡de mi brazo! (yo era un chico muy entusiasta) Junté aire, le devolví la carta al maître y con un aire de suficiencia exclamé: "un vitel tonné por favor".

Después del mundial del 94, esa debe haber sido la desilusión más grande de mi vida. ¿Como podían llamar "carne" a esas fetas traslúcidas, con cuyo importe yo hubiese podido financiar mis salidas del resto del año? Quizás allí, en la mesa 34 de un restaurant cuyo nombre no me acuerdo (está bien, no recuerdo todo tan bien), concebí una idea que varias veces habría de volver a mi cabeza: "A veces, más es menos".

Me dispongo aquí, a modo de ejemplificación, a enumerar algunas situaciones que han devuelto la idea a mi cabeza para solaz de los lectores y advertencia de los involucrados:

1) Más tecnología: trabajo en un lugar que ostenta, orgulloso, la más avanzada tecnología bañística. Tanto cuando uno se recluye en el WC como cuando recurre al lavamanos, pasando por los minjitorios (y no hablo necesariamente de un circuito, ya que eso hablaría de desordenes de algún tipo. Que se yo, sistitis, o diarrea, o turismo de baja estofa), no hay un sólo botón le demande su esfuerzo. Todo es automático, todo funciona por pequeños "radares" incluidos en cada artefacto. Ahora, estás maravillas de la tecnología han cosechado una importante cantidad de improperios. ¿Por qué? Supuestamente los lavamanos automáticos ahorran agua, ya que se elimina el riesgo de que quede la llave abierta. Ahora, cuando uno pone las manos debajo de la canilla, un chorro de una presión inverosímil corre durante unos 15 segundos. Tanto si lo que uno quería era simplemente mojarse las manos como si tenía la intención de mantener la ropa seca, el uso de este dispositivo es desaconsejable. Y gasta más agua en una pasada que una llave goteando hasta la próxima pasada del cometa Halley.

Igualmente esto es una pequeñez comparado con el tema del Inodoro. El mismo tiene, como dijimos, un especie de radar que se acciona ante la cercanía de un cuerpo. Cuando el susodicho cuerpo se aleja, se acciona el mecanismo de...bah, se tira la cadena. Hay personas traumatizadas que me han referido de la involuntaria transformación del aparato de inodoro a bidet cuando decidieron cambiar su posición de 90° por una más relajada de, digamos, 45°. Y eso no es todo, si alguno tuviese el infortunio de que una corrida no fuese suficiente (no tengo interés en ser más explícito), deberá tapar y destapar con la mano el radar para mantener el honor si es que a otra persona se le ocurre utilizar las instalaciones posteriorment...después, quiero decir. A la gente le molesta haber perdido el control en el baño, y no el de esfínteres precisamente.

2) Más belleza: la belleza es, sin dudarlo, uno de los ídolos que venera la sociedad contemporánea. A sus estándares se rinden personalidades famosas de la misma manera que ignotos anónimos (sí, ya sé que es una redundancia, pero queda lindo) Todos quieren ser un Adonis, una Venus o, en su defecto, algún actor o vedette vernácul...o una vedette cualquiera. Dejando de lado los casos en los que varones de pelo en pecho querrían ser como una vedette, cabe preguntarse ¿es algo verdaderamente deseable? Nos centraremos aquí en la belleza femenina. Las mujeres bellas sufren grandes contrariedades. Por un lado, si son exitosas profesionalmente y llegan a cargos altos, todos asumen que es porque se acostaron con alguien/alguienes para llegar a donde están. Por otro lado, hay lugares que tienen vedados. No es recomendable que vayan, por ejemplo, a la cancha de Deportivo Morón...ni a la de Cambaceres...ni a la de ningún equipo de fútbol en general. Se desaconseja también que intenten hacerlo en compañía de sus novios, que más temprano que tarde se verán en la disyuntiva de mantener la íntegridad de su novia o la de su propio tabique nasal.

Socialmente tampoco es una bendición tan grande. Si una chica linda muestra la inteligencia para captar los ataques del buitre ocasional y lo manda a freír churros (o monos, o alguna otra cosa que no se fría convencionalmente) entonces es una perra. Si contesta con simpatía pero no tiene interés en que las acosen sexualmente, es una histérica. Y si efectivamente muestra interés, el buitre recula asustado pensando que debe ser una psicópata que quiere drogarlo para robarle el hígado.

Aunque estas son sólo algunas muestras gratis, creo que me he extendido más de lo que este formato o la atención de mis lectores permite. Y, aunque creo que siempre uno de mis escritos vale la pena, también es verdad que un lector podría decirme: "Algunas veces -pero sobre todo cuando hablamos de tus escritos- más es menos".

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