1) Si algo ha eclipsado las filtraciones de Wikileaks han sido las filtraciones de Choluleaks. Fotos de famosos desnudos se hacen públicas sistemáticamente. Por supuesto -en los casos en que el culpable no es un ex novio despechado- se trata de robos de teléfonos celulares y hackeo ilegal de computadoras. Gente de bien que se ve sorprendida en su intimidad por inescrupulosos voyeuristas.
Habiendo establecido esto, mi pregunta es ¿por qué diantres hay personas que se sacan fotos desnudas con su celular en primer lugar? Es decir ¿cuando serían un buen momento para ver fotos de uno mismo como Dios lo trajo al mundo? "Che, qué macana, todavía faltan 200 números para mi turno. ¿Cómo era yo desnudo?"; "Este es mi sobrino Ambrosio comiendo papilla, esta es mi perrita Laica corriendo por la playa, esta soy yo en bolas mirando con cara de ninfómana, este es el cumpleaños de mi abuela...".
Un 'desnudo cuidado' es el desnudo que no se fotografía.
2) No me gusta ver películas de terror. No existen motivos éticos, estéticos, técnicos, estocásticos o peripatéticos. Simplemente soy cagón. Cada incursión forzada termina con un pensamiento similar al que uno puede tener mientras el carrito de la montaña rusa remonta lentamente la primera subida: "¿Por qué me estoy sometiendo voluntariamente a esta tortura? Y ahora ya no puedo volver atrás".
Ahora bien, mis incursiones en el género* han bastado y sobrado para constatar un par de cosas:
- Si alguien se baña, entonces va a morir. No sé si habrá lobby de las perfumerías francesas, pero lo cierto es que tomar una ducha (ni que hablar de un baño de inmersión) es una sentencia de muerte. Y los que se salvan siempre están sucios al final de la película. Lo preocupante del caso es que los asesinos no parecen respetar la intimidad. Me gustaría ver una escena en la que el asesino entre al baño y se encuentre con la víctima sentada en el inodoro.
- Los zombies son lentos y -paradójicamente- pueden morir. Un zombie es una criatura infernal ciertamente curiosa: al parecer, al resucitar a una persona esta pierde a) el equilibrio: ya no puede caminar balanceando graciosamente sus brazos sino que parece estar tomando distancia en el patio del colegio; b) todo atisbo de velocidad: si se quiere evitar ser mordido por un zombi, básicamente lo que hay que hacer es apurar el paso. No obstante, aun cuando son lentos y van murmurando constantemente, logran sorprender a los personajes secundarios que siempre están mirando para atrás; y c) la noción de una dieta balanceada: quizás por resentimiento contra los que tienen articulaciones, lo único que les interesa es la carne humana. Nunca una ensalada o unas machas a la parmesana. Además, pueden estar días vagando sin sentido, pero apenas se hacen de un cacho de persona (o de la persona de Cacho) no pueden esperar a ponerla unos minutos a la parrilla.
- Las octavas partes nunca fueron buenas. Los distintos géneros (comedia, acción...) han adoptado la permanencia de historias para dar continuidad a un relato, a un personaje o, según dicen algunos malintencionados, lucrar. Ahora, las películas de terror han llevado este principio hasta el paroxismo.
Una película de terror sólo puede terminar cerrando el circulo: la muerte del asesino; el cese del destino trágico; la exorcización del espíritu errante. La amenaza constante que da sustento a la película debe ser eliminada. Eso debería anular la posibilidad de una secuela. Pero no, el asesino no estaba tan muerto, el destino sólo había hecho una pausa para ir a mear y le erraron con la exorcización del espíritu errante. O sea, es lisa y llanamente desautorizar la película anterior. Sólo se trata de un tiempo de respiro para que la protagonista consiga un nuevo entorno en el que puedan morir todos después de que su entorno muriese en la película anterior.
3) Blogger son los padres.
Esa es mi conclusión. Desde el momento en que uno decide publicar algo en un blog, entiende que la posibilidad de una feedback cara a cara es difícil. Por suerte, además de los comentarios, se puede echar mano a las magníficas estadísticas que nos provee blogger y allí encontrar no sólo la cantidad sino la cualidad de los lectores que entran al propio espacio. Y así es como uno se entera, por ejemplo, qué es leído en Argentina (naturalmente) pero también en España (¡bien ahí!), en México (¡soy un tigre!), en Libia (¿eh?) y en Alaska (¿llega la conexión a internet siquiera?)
No puedo dejar de sospechar. Internet es una red, concedo; existen los amigos de los amigos, por supuesto; hay hispanoparlantes diseminados por el mundo, claro está; todas las personas del mundo pueden ser conectadas en 6 etapas, ponele; pero no me vengan con que una persona cuyas preocupaciones van desde la asimilación de otra cultura al intento de convencer al resto de su familia de que la mudanza a Burkina Faso es efectivamente una oportunidad aprovechada quiere leer sobre las inconsistencias que presenta el zombi como personaje. Ahí hay un muchacho de blogger entreteniéndose mientras pone banderas al azar para que estemos contentos.
¿Paranóico dice? Piense la opción: "Los rebeldes han tomado la ciudad y dicen que ya se puede leer Kairós nuevamente. La gente sale a la calle mientras solicita una nueva entrega de 'Breves e inconexas'".
Pero, si llega a ser el caso, que lo disfruten con salú.
* hablo del género de las películas de terror, que después se me arma lío con mi mujer.