miércoles, 29 de octubre de 2008

Cine para niños


Alguna vez critiqué los actuales programas infantiles por su incapacidad de mostrar los aspectos espúrios de la realidad. Incluso llegué a enviar numerosas cartas a los canales infantiles exigiendo que a los pequeños no se les simplifique el devenir diario, transformándolo en algo irreal, lo que no los prepara para la vida. Las únicas respuestas que recibí fueron un llavero de Mickey y una vianda de Barney. Entonces supe que debía tomar en mis manos la responsabilidad de inculcar un poco de sano realismo en los niños, que debía ser yo quién los asomase al mundo proveyéndoles las armas para encarar esta lucha, que es cruel y es mucha. Vi asimismo que las únicas herramientas con las que contaba para mi magnánimo propósito eran mi buen voluntad y un llavero de Mickey. A usted le puede parecer poco alentador, pero a mí, un visionario...también.


Fue así como me dí cuenta de que lo que podía hacer era redireccionar las atenciones pueriles hacia aquellas actividades que pudiesen revelar a los pueriles intelectos los grises de la realidad real. Ambicionar otra cosa hubiese sido pueril.


Es por eso que nuestro blog, siempre atento a las demandas insatisfechas de la sociedad, pone a disposición de padres, madres, tutores o apoderados la información que necesitan para complementar la educación de sus hijos, tutoriados o apo...apoderientes. Sin más, les presento el programa del primer


Festival infantil de Cine Europeo


Los 150 pecados capitales (de Olivier Gargamel): Pitufina es una estudiante de derecho en la Sorbona que decide romper con el mandato paterno y se muda a una aldea en la campiña francesa en la que sólo habitan hombres con el torso desnudo. Reticente en un principio, Pitufina no tarda en enredarse en 150 tórridos romances...simultáneos. La irrupción de Papá Pitufo, un anciano seductor, la llevará a replantearse hasta donde logró escapar del mandato primigenio.



Recomendación: vaya con el Edipo resuelto.



Por el poder de Xtreme Methoxy 2000 (Documental de Dolph Lundgreen): En el marco del ascenso y caída del campeón de fisicoculturismo Herbert Ernst Mannschaft (más conocido como HE-Man), podemos dar una mirada al mundo del doping deportivo en sus versión más cruel. Quién alguna vez fue un respetado deportista se transforma en una persona alienada que se ríe de cualquier comentario intrascendente con los brazos en jarra.



Recomendación: si no va bien dispuesto, la película se le puede hacer eternia.

Pasión al rojo vivo (de Stephen Wolff): un importante ejecutivo de una compañía alemana conoce a una quinceañera que milita en el partido comunista durante una incursión por la selva negra y se obsesiona con ella. El principal obstáculo para establecer una relación es la férrea oposición de la abuela de la niña, por lo que decide matarla (a la abuela, se entiende) Después de perpetrado el crimen, la muchacha parece perder el interés. La trama se complica cuando ésta empieza a frecuentar a un trabajador del aserradero con el cuál comparte el ideal de la revolución. La perfecta mezcla de "Caperucita roja" con "Crímen y castigo".


Recomendación: esta película hace que Lolita parezca el manual de uso de una lijadora eléctrica.


Calles de New York (de Leandro Barbieri): la esperada versión cinematográfica de la serie The Felino´s. Don Gato ha tenido el control del barrio desde que recuerda. Cuando el ambicioso Benito Bodoque empieza a crecer y a influir más de lo que él tenía pensado, se desata una feroz batalla interna en la familia mafiosa más influyente. Paralelamente, Asuntos internos de la Policía incrimina al oficial Matute por corrupción, con lo cuál todo parece listo para estallar.


Recomendación: es una oferta que no puede rechazar.


El viejo y el mar: Un marinero atraviesa la crisis de los 40: su mujer lo dejó por su archienemigo, tiene una severa adicción a las drogas y un problema de inflamación facial que no le permite expresarse con claridad. En un mundo cada vez más solitario, Popeye parece encontrar la compañía del océano, ese que nunca traiciona, ese que lo cuidará en los momentos dolorosos que atraviesa. Una semana después, durante una tormenta, muere ahogado. Destaca el tema de la banda sonora de AC/DC "Hemingway to hell".



Recomendación: una película para fumarse en pipa.


Caño de escape (de Francis Ford Falcon): Bumblebee es una escarabajo común y corriente: de día trabaja de taxi en la Río de Janeiro de los años 80. Pero cuando descubre el mundo nocturno de las picadas parece transformarse. Allí conocerá a Optimus Prime, un camión que de a poco lo irá guiando por los oscuros caminos del transformismo. Violencia, velocidad y libertinaje en el complejo mundo de los autobots.

Recomendación: Dilemas morales con motor 1.8

Desde ya esta pequeña muestra no agota las obras que merecen ser consideradas para formar una mirada profunda de la realidad por parte de seres que actualmente ingresan al mundo (y transitan largamente en él) con una ignorancia supina de lo que realmente pueden encontrar. Considero que mi aporte es invalorable. No obstante, si usted le quiere poner un valor (en euros preferentemente) no le voy a hacer demasiado problema.

The end.

viernes, 24 de octubre de 2008

No sea costumbre



En el repertorio de las frases comunes a las que uno puede echar mano en cualquier situación, hay una que destaca por su valor antropológico: "el hombre es un animal de costumbres". Paradójicamente, a la vez se hacen grandes esfuerzos audiovisuales para constatar que todos los animales son animales de costumbres. El fruto de estos estudios son los documentales de canales cómo National Geographic en los que se muestran animales de distintas especies peleando por su alimento, bebiendo mansamente o rascándose a 3 pezuñas. Lo que nadie dice es que estas prácticas voyeuristas molestan profundamente a los animales involucrados. Grandes debates se suscitaron en torno a la moralidad de los reality shows, pero nadie se mosquea si se muestra un rebaño de ovejas pastando, a un león descuartizando a un antílope o incluso la faena sexual de ese mismo león después de haber hecho la digestión. ¿Que como sé que les molesta? ¿si me lo dijo una oveja? No sea estúpido. Todos saben que las ovejas son grupos más bien herméticos (todo el tema de la película Black sheep me parece que es una intentona del lobby ovino para que no las jodan más) Me lo dijo el león. Al parecer, el estornudo de un camarógrafo de la BBC lo habría dejado sin almuerzo un día, mientras que la presencia de cámaras le hizo ganarse el cachetazo de una de sus parejas ocasionales. Ahora se burlan de él. En lugar de "rey de la selva" le dicen "el rey del porno". Es indignante.


En fin, la cuestión es que el otro día, mientras otra profesora daba la clase, pude constatar que en la tercera fila un jovenzuelo desarrollaba el ritual de conquista frente a su compañera de banco. En su caso, lo que me llamó la atención no fue tanto la costumbre, sino el hecho de que el tipo era verdaderamente un animal. Esto me movió a pensar que bien podríamos hacer un documental de tales situaciones, en las que no nos sería difícil encontrar un patrón.


A continuación, presento un extracto del documental "jóvenes en celo". Para una mejor comprensión, la voz del locutor debe leerse con acento español. Les pedimos que apaguen el celular para poder disfrutarlo. Muchas gracias.


(el macho se acerca a una distancia prudente de la presa para poder atacar)


Él: -¿está ocupado acá? ¿te molesta si me siento?


Ella: -¿eh? ah! no, no...


(el predador trata de pasar desapercibido para no inquietar a la presa)


Él: -Que calor hace ¿no?


Ella: -sí.


(la presa se pone tensa, le parece percibir algo extraño en el ambiente)


Él: -¿Como te llamás?


Ella: -¿yo? Carolina.


(mientras se acerca sigilosamente, podemos ver como el predador tropieza. La presa se sobresalta)


Él: -y...¿venís mucho por acá?


Ella: -estamos en clase de lógica. Es una materia obligatoria. Sí, vengo mucho por acá.


(el predador -conciente de su error- permanece quieto para no asustar a la presa)


Él: -ahhh... (cara de concentración en la explicación de la profesora)


(luego de haber recobrado la calma aparente, mientras la presa abreva de la fuente de la lógica proposicional, se gesta un nuevo ataque. Éste debe ser más rápido y directo)


Él: -¿Te gustaría ir a tomar algo?


(los movimientos del predador fueron demasiado rápidos y directos. La presa estaba demasiado alerta, con lo cual no parece que el zarpazo pueda llegar a destino)


Ella: -Mirá, lo que me gustaría es tomar apuntes.


(Uuuuuuhhhhhh. Perdón. Decía: lanzado ya en ataque, no le queda más que continuar con la persecución a toda velocidad esperando darle alcance)


Él: -por supuesto, por supuesto. Digo después de clases.


Ella: -Mirá. La verdad es que no me interesa...


(en el salto para alcanzar a su presa, el predador se ha dado de lleno contra un árbol perdiendo todos los dientes. Uno se pregunta si podrá alguna vez cazar nuevamente)


Ella: -...además, no sos mi estilo.


Él: - ¿y cuál sería ese?


(¡alerta!¡cuidado!)


Ella: -lindos...o simpáticos...o por lo menos con buen olor.


(para que el espectador dimensione la situación, es como si el antílope se diese vuelta y le pegase un tarascón al león)


Él: -ahá, ahá ¿que me querés decir?

Después de esta situación podemos observar que, contrariamente a lo que se podría suponer y aún cuando la presa se va de la mano del primer macho alfa que pasaba por ahí, nuestro héroe no se desanima ni un poquito. No ha sido la primera vez ni será la última que sufra un rechazo, él ya está curtido en estas luchas. Después de todo, el hombre es un animal de costumbres.


martes, 21 de octubre de 2008

Suspiro limeño


Mirando hacia atrás en la vida, no puedo dejar de reconocer que he tenido la suerte de viajar bastante. Distintas situaciones en distintos momentos de la vida me han mostrado distintos países. Pero en toda esta diversidad de distinciones nunca había hecho un viaje "por trabajo". O sea, nunca alguien había pagado para que yo viaje (bueno, en realidad mis padres podrían objetar severamente este enunciado, pero no viene a cuento) y esto le dio a mi último viaje un condimento especial.


Como en el formulario de migraciones tuve que marcar el casillero "negocios" para explicar el motivo de mi viaje, llegué pensando que era el presidente de Coca-Cola. Sin embargo, 24 horas después me fui sintiéndome un accionista de Enron. ¿Por qué?¿qué pasó en el medio? Verán, los que me conocen saben que tengo un severo problema para decir que no. Entiendo que si alguien me plantea o pide algo es porque en su buen criterio lo pensó, elaboró y sopesó, con lo cual una negativa sería desvalorizar todo ese esfuerzo cogitativo. Creo que de haber sido mujer el embarazo adolescente hubiese sido casi inevitable. En fin, la cuestión es que Lima es un mal lugar para no saber decir que no.Si bien el viaje fue bastante corto (llegué una noche y me fui la noche siguiente), lo cual supuso un tiempo muy acotado para hacer turismo, ahora veo que fue en mi propio beneficio. Al término de mi primera hora de turismo ya me habían hecho mal el cambio de moneda y vendido un par de porquerías a un precio que no alcanzo a distinguir si fue conveniente o no (pero que sospecho que no) Si es verdad que los españoles les cambiaron oro por espejitos de colores, ya pueden respirar tranquilos: yo compré todos los espejitos de colores. Esta forma de relacionarse tiene que ver con la idiosincrasia peruana (como profundamente capté después de 1 día): las cosas no se definen taxativamente sino que todo tiene que ser negociado: los taxis no tienen contador, la ropa no tiene precio y los tiempos son relativizados. Esta obligación de tener que negociar todo hacía que, para mí, Lima fuese el infierno mismo con una linda plaza central.

Después de la derrota inicial me propuse no vender el hígado por una agarradera tejida de lana. Así, me refugié en lugares que tuviesen precios establecidos y evité el contacto visual con vendedores de todo tipo. Pero ellos me hablaban, me susurraban palabras tentadoras: que me vendían dos cosas al precio de una, que una cosa como la que me ofrecían no se conseguía en otra parte, me preguntaban de dónde era (responder es el principio del fin y yo ya lo sabía) Pero como Ulises, yo también resistí al canto de las sirenas. Ahora bien, para mantener mi dignidad todavía me quedaba un obstáculo a sortear : el viaje en taxi de vuelta.

Había logrado llegar al centro por 9 soles en un viaje que me habían dicho que costaba 12. Hasta ahí esa era mi única victoria y no podía permitir que me la empañasen. Para evitar perder en la negociación, había guardado sólo 10 soles para este viaje, así que aunque quisiesen no podrían conseguir mucho de mí. A los 15 minutos me dí cuenta de que yo tampoco iba a poder conseguir nada de ellos: "¿A Miraflores a esta hora por 10 soles? Nooo". No había contemplado esta opción que albergaba la dinámica de la negociación: la negativa pura y dura. Aunque a nosotros nos parezca extraño, un taxista evalúa si el viaje le conviene o no de acuerdo a criterios inexplorados para una mentalidad foránea. Recurrí entonces a mis exiguos conocimientos de negociación para constatar que mi MAAN (mejor alternativa al acuerdo negociado) era una maratónica caminata al anochecer por un país desconocido. En el balance general vi que me convenía cambiar algunos pesos más; en el balance particular vi que mi "haber" disminuía en 15 soles por motivos de "excesivo tráfico" de esa hora.


Cuando alguien quiere hacer notar que actuó de acuerdo a una virtud que no le es del todo conocida recurre a un misterioso "yo interior" en el que esas acciones estarían aprisionadas. Pues bien, yo sé de sobra que mi "Pablo interior" era en realidad el que me había dejado con tan poca plata encima, por lo que asumiré que algún tipo de "Pablo exterior" -más pragmático, con una mayor preocupación por las finanzas- logró lo que sigue: viendo que el tránsito era bastante liviano, me atreví a comentarlo. Y aún más, juntando todas mis fuerzas sugerí que esa coyuntura ameritaba una renegociación del importe. La respuesta fue inmediata: "Lo que es justo, es justo". Resultado: 12 soles por un viaje desde el centro a Miraflores. Hasta los accionistas de Enron tienen alguna alegría de vez en cuando.

jueves, 16 de octubre de 2008

Great expectations


La historia y la literatura nos regalan los más variados ejemplos de lo que se suele denominar "encuentro de dos mundos". Si bien paradigmáticamente se usa esta expresión para denominar la llegada de los españoles a América, también se podría usar para relatar el encuentro de las Alemanias capitalista y comunista cuando cayó el muro; Romeo y Julieta son dos mundos en un sentido como el profesor Higgins y la Eliza Doolitle de Pigmalión lo son en otro. Pero ninguno de todos estos encuentros cala tan hondo en el sentido de la frase "encuentro de dos mundos" como el encuentro fortuito de una persona común y corriente con alguien famoso. Las sensaciones, expectativas y pasiones que se desatan en ambos extremos difieren de tal manera que se podría esperar la implosión del mundo. Gracias a Dios, al universo parecen nefregarle estos encuentros.

Vamos a tratar de sacar a la luz las asimetrías que encierra esta situación para guiar el actuar de famosos y acosadores de famosos por igual.

Las expectativas:

Cuando un ciudadano ve a un famoso, siente que tiene 15 segundos para mostrarle su admiración. Admiración que considera especial, lejos de la molestia lisa y llana que provoca el vulgo. Pongamos por caso que se trate de un actor. El acosador tratará de mostrarle que lo sigue desde sus primeras series, esperando que el famoso le diga algo como: "No puedo creer que hayas sido tan fiel ¿no querés venir a mi mansión y que seamos amigos?". ¿Es eso lo esperable, señores? Yo sé que ustedes entienden de estas cosas y saben que el famoso, apenas detecta una sonrisa de reconocimiento, sólo piensa: "que no me hable, que no me hable..."

El conocimiento:

En este punto, la situación no puede ser más desigual. Piénselo: de un lado tenemos a alguien que sabe no sólo el nombre del otro, sino también su apodo, su conformación familiar, su historia sentimental reciente y remota y hasta algunos datos que no conoce de sus propios amigos, pero sí del famoso en cuestión (color preferido, lugar donde pasaría las vacaciones, etc...) Del otro lado tenemos a alguien que no sólo no conoce el nombre del hombre que le hable incesantemente, sino que podría saludarlo dos veces seguidas sin darse cuenta. ¿Que se puede esperar de esta colisión de intereses? ¿como reaccionaría uno si alguien le espeta toda la propia vida en la cara? ¿qué se contesta? "Es así, es así...", "sí, mi madre era medio cabrona...", "no, todavía preferimos esperar un año más para tener hijos...", "sí, creo que gano mejor que el resto del elenco..."

Aquí quiero aportar mi valiente testimonio:

Calle Soler, Palermo. 13:15 hs.

(Estoy esperando para cruzar la calle frente a la puerta de mi casa, cuando veo que se baja de un auto José Chucho Acasuso. Yo sabía que venía llegando después de perder en primera rueda de Roland Garrós. Recordaba como meses antes le había dado un gran triunfo al equipo argentino de Copa Davis. Sabía que estaba de novio con una modelo que ahora veo a escasos metros. El Chucho acomoda su valija en la vereda, cuando va a sacar la manija levanta la mirada y se encuentra con que lo estoy mirando fijamente)

Chucho Acasuso: -¿que tal?

Pablo (visiblemente emocionado): -¡GRANDE CHUCHO!

Este patético episodio puede dar una idea de lo vergonzosa que puede ser la inconsciencia respecto de las asimetrías aquí planteadas. No, no tiene que ver con hablar con Acasuso en vez de con la modelo. Concentrese, hombre. Es bueno saberlo porque hay 3 formas de zanjar este desbarajuste:

a) El famoso, con gesto adusto, sigue con su vida. Resultado: "No sabés, en la vida real es re-antipático".

b) El famoso sonríe ante el halago y sigue con su vida. Resultado: "No sabés, en la vida real es re-falso".

c) el famoso no sólo sonríe, sino que se queda hablando mientras festeja las ocurrencias de su admirador. Resultado: "No sabés, anoche soñé que me hacía amigo de George Clooney".

Porque ¿qué espera realmente la gente de un famoso cuando se lo encuentra? ¿Inside information del terreno en el que se desempeña?: "Te conozco hace 20 segundos, pero quiero que sepas que Ricardo Darín tiene un pésimo humor". Es por esta extraña suposición que en las conversaciones entre gente ignota, la referencia a una relación tangencial con un famoso puede hacer ganar unos puntos, como si uno hubiese accedido a un iluminado.

Oficina. Alrededor de la máquina de café. 15:41 hs.

Persona ignota 1: Que buen mundial hicieron los Pumas ¿no?

Benegas: Sí. Yo conozco a los primos de 2 de ellos.

Uno podría preguntarse si no se está incurriendo en la falacia ad verecundiam o simplemente preguntar ¿qué carajo tiene que ver?, pero no estoy seguro de que valga la pena. Por eso, para darle peso a este escrito frente a gente común como ustedes (no, vos no Chucho, vos sos un groso), voy a terminar dando mi currículum de personas conocidas con las que tuve o tengo relación. si quiere comentar, haga lo mismo, de manera que sepa cuanta importancia le tengo que dar a su opinión.

Celebrities con las que tengo relación directa:

- el hijo de un importante cantautor folclórico.
- la sobrina de un famoso locutor de radio.
- el subcampeón chileno de paddle de 1994.
- un finalista de un reality show musical.
- la novia de un hijo de un ex-ministro.
- el sobrino de un ex-presidente.
- un notero de programa de entretenimientos.
- a un conocido de Facundo Arana.
- al primo de un Puma.
- al primo de un Puma (no, no, de otro)

Sé que dejé la vara muy alta pero no se desanime, puede decir que me conoce a mí y está ahí nomás de conocer a toda esta gente.
Sin más, sólo me queda decir...¡GRANDE CHUCHO!

viernes, 10 de octubre de 2008

Entrevista y no vista


Después de las profundas repercusiones* del post de la semana pasada, la gente** pedía una abordaje más profundo de la figura del Capitán Terror. Cronistas más cobardes harían un documental con testimonios de gente cercana que pueda hablar sobre él. Yo creo que para conocer a una persona hay que ir directo a la fuente, así que concerté una entrevista con este megavillano, dos veces ganador del premio "Más malo que pegarle a la madre". Sin embargo, una fuente no le pareció un lugar apropiado para tal encuentro, así que concertamos la entrevista en un café de la ciudad de Buenos Aires. Lo que sigue no es más que la recreación de la huella que semejante encuentro dejó grabada en mi mente...o en mi cabeza para ser más exacto.

(entro en el café, el Capitán Terror está sentado en una mesa alejada junto a la ventana. A su lado, un matón encapuchado de proporciones colosales supervisa la escena)

Benegas: -Buenas tardes.

Capitán Terror: - ¿Qué tal? Espero que no le moleste que haya venido con Urko. Hay gente muy rencorosa que no deja pasar algunas muertes sin importancia.

Benegas: -Entiendo, entiendo. (saco el grabador, me acomodo en la silla y apuro el café. Él arroja el suyo hirviendo en la cara del mozo) ¿Le molesta si disparo?

(el puño de Urko -menos metafórico- impacta mi rostro de lleno. Pierdo el conocimiento. Cuando despierto, el Capitán Terror está monologando con la mirada en el vacío. Mientras me trepo en la silla miro a Urko. No me atrevo a interrumpir)

Capitán Terror: -...y por eso las tardes de primavera me retrotraen a "El Exorcista"...

Benegas: -ahá, ahá. Hablando de eso ¿como es que se hizo malo?

Capitán Terror: -su pregunta peca de simple. Es verdad que hay mucho mérito personal en la conformación de la villanía, pero sería injusto no reconocer los aportes de la sociedad en que yo sea lo que soy.

Benegas: -¿Piensa en el "buen salvaje" de Rousseau?

Capitán Terror: -No, pienso en mi madre. Ella solía repetirme que me debería haber llamado Capitán Error, porque le había fallado el método anticonceptivo. Creo que por eso la escuchaba muy seguido insultar "al forro de mi padre". Pero hay que reconocerle que si hoy tengo la independencia que tengo es gracias a su empuje: me empujó por la ventana del balcón cuando tenía 5 años y me dijo que no volviera. Por suerte para mí vivíamos en un segundo piso, ja, ja, ja (risa cómplice y guiño de ojo)

Benegas (sorprendido): -veo que eso debe haber sido una causa profunda de que usted abrazase la causa del mal.

Capitán Terror: - más bien fue la causa de que abrazase a nuestra niñera (se ríe y me palmea el hombro. Urko amenaza con emularlo. Me sobresalto. El Capitán hace un gesto y Urko retoma su posición de guardia inglés) Caer sobre ella fue casi divertido. Pero este episodio no fue lo determinante. Ya a esa altura sabía que quería ser malo. Vea usted, a esa edad yo miraba el Correcaminos. Al poco tiempo me dí cuenta de que quería que el Coyote triunfase y el Correcaminos muriese de una lenta y traumática muerte. Me propuse que los correcaminos no siguiesen deambulando sonrientemente por la vida.

Benegas: -¿Se considera la oveja negra de la familia?

Capitán Terror: -No. Tengo un hermano que entrena a los que atienden en los call centers.

Benegas: -¿Es cierto que, después de haber de haber prendido fuego una aldea entera, se le escuchó decir la frase "peor es robar"?

Capitán Terror: - La frase está sacada de contexto. Lo que dije fue que, habiendo quemado todo, lo peor que podíamos hacer sería robar. Porque todas las cosas estaban quemadas ¿entiende? Me molesta la gente que desvirtúa todo. Como alguna vez dijo Boogie el Aceitoso: "No crea todo lo que dicen las víctimas".

Benegas: -le agradezco el tiempo que nos ha concedido tan gratuitamente.

Capitán Terror: No es nada. Todo lo que hago es así: gratuito.

Y así, sin más, Urko me rompió la mandíbula de una trompada.

* cuando digo "profundas repercuciones" entiendo el comentario de mi mujer de que una parte le había hecho gracia.

** cuando hablo de "la gente" en realidad me refiero a mi mujer. Creo que le divertiría. No, ella no me lo dijo pero se cae de maduro. ¿Como que no? Usted dice eso por envidia.

sábado, 4 de octubre de 2008

Lo mismo de todas las noches...


La niñez es el período con mayor cantidad de certezas que uno tiene en la vida. Toda información pasa a ser una certeza en el acto. "Chicos! chicos! No hay nada más divertido que el nuevo balero yo-yo" ("No hay nada más divertido que el balero yo-yo"); "si te tragás una semilla te crece una planta adentro" ("si me como una semilla me va a salir una planta adentro"); "es mentira que si te comés una semilla te sale una planta" ("si me como una semilla no me va a salir una planta adentro"); "tu padre es un imbécil" ("papá es un imbécil"); "...y lo que dice el Teorema de Tales es que la suma del cuadrado de los catetos es igual al cuadrado de la hipotenusa" ("La suma del cuadrado de los catetos es igual al c...no hay nada más divertido que el balero yo-yo")

Es por eso que hay que tener cuidado con lo que uno espeta en presencia de un infante, porque una certeza generada podría volver en algún momento indeseado. A nadie le divierte que un niño afirme taxativamente que "la madre de Lucas es una atorranta" o "los que se dedican a la política son todos chorros" porque se sabe de donde vienen esas sentencias. No le divierte al padre del niño en cuestión y menos que menos a la madre de Lucas, que se dedica a la política.

Creo que entre todo ese cúmulo de certezas venidas desde afuera, hay un par que formamos -con gran orgullo- por nuestra propia cuenta. Destaco dos:

- los padres siempre saben qué hacer/lo que están haciendo.

- todo malo que se precie de tal siempre quiere conquistar el mundo.

La primera de estas certezas se pierde en la adolescencia. La segunda muta en una opinión política sobre los presidentes de los países más poderosos. Es por eso que creo que esta última merece nuestra atención, porque no ha sido suficientemente elaborada.

Analicemos mejor la idea: un hombre intrínsecamente malvado (el mundo infantil es generalmente maniqueo) recluta un ejercito de secuaces y, desde una isla de ubicación desconocida, amenaza con destruir el mundo o parte de él si no se cumplen sus demandas. Generalmente la demanda es una sola: ser "dueño del mundo". Ahora, esto despierta varios interrogantes. En primer lugar ¿por qué querría serlo? Si ya es dueño de una isla ¿por qué querer más? Ser dueño del mundo quiere decir que todos los problemas pasan a ser tuyos. ¿Qué beneficios podrían cubrir semejante costo? ¿viajar en un avión privado a cualquier lugar que quiera cuando me parezca? Si tenés una isla propia, arsenal nuclear y cientos o miles de secuaces quiere decir que plata para hacerlo no te falta.

Además ¿quién puede otorgar el título de "emperador supremo del cosmos"? Trate de imaginarlo:

Asamblea de la ONU. 13:25. (en pantalla gigante, el Capitán Terror les habla a los presidentes allí reunidos):

Capitán Terror: -si no me entregan el poder del mundo, arrojaré una bomba nuclear sobre la ciudad de Nueva York. JA, JA, JA, JA! (risa de plan)

Presidente de Venezuela: - bien dicho, Capitán Terror, cuente con el apoyo de la República Bolivariana de Venezuela.

Capitán Terror: -no...yo no comparto el...

Presidente de Francia: -el Gobierno de Francia no quiere inmiscuirse en un tema de política interna norteamericana.

Capitán Terror: - ¡Todos deben rendirse! ¡París también sufrirá el alcance de mi poder!

Presidente de Burkina Faso: -Propongo que el Capitán Terror se haga cargo de la Comisión de Agricultura ¿quién está conmigo?

(82 presidentes levantan la mano)

Capitán Terror: -no están entendiendo...

Presidente de Finlandia: -Espero que el informe presupuestario que presente sea más claro que lo que recibimos el año pasado.

Presidente de Holanda: -¿Como encarará la crisis alimentaria de los países africanos producto de las últimas sequías?

Capitán Terror: -No escucho bien. Creo que se está cortando la comunicación (hace ruidos de estática) fffshhh...no los escu...ffshhhh...ien. Creo que...ffsshhhh..corta.

Presidente de Suiza: -está en una pantalla gigante. Lo podemos ver haciendo ruidos.

Capitán Terror: -si no me dejan de joder, tiraré una bomba nuclear sobre mi propia isla. Cambio y fuera.

¡Un vez más, la burocracia ha salvado al mundo! En futuras entregas analizaremos las bandas salariales de los secuaces y hablaremos sobre la vida económica interna en la isla de un megavillano con el testimonio de su proveedor de artículos de baño.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Mis más sinceros deseos


Yo creo que soy una persona más bien optimista. No es que no repare en los aspectos negativos de las cosas con las que me toca convivir: no soy un negador ni un idiota. Sólo creo que antes de hacerse mala sangre por algo, hay que ver si lo amerita. Esta actitud tiene algo de virtud y algo de indolencia. Soy de los que, si el auto en el que viajamos está cayendo por un precipicio, diría: "Bueno, vamos a morir. Pero tratemos de no gritar en el camino". No obstante, hay algunas actitudes que logran romper esta coraza. Cuando eso pasa, no puteo. Eso sería muy simple. En ese momento pienso que esa persona tiene un lugar reservado en el infierno. Usted me objetará que le parece un poco exagerado, una reacción desproporcionada. Yo digo que hay ciertas actitudes que implican la maldad lisa y llana sin capacidad de arrepentimiento.

Algunas acciones y actitudes merecedoras del infierno:

- "colarse" en las filas.

- pasar por la banquina durante un embotellamiento en la autopista.

- no dejar el asiento en el transporte público a una embarazada, a una anciana o a una anciana embarazada.

- decir "no es mejor ni peor, es distinto".

- terminar cualquier discusión con la frase "bueno, esa es tu opinión y esta es la mía".

Pero hay entre todas estas personas un especimen que merece el más profundo de los círculos del infierno: la persona del servicio de atención al cliente de una empresa telefónica. Muchos piensan que los que atienden no tienen la culpa, que las directivas vienen de arriba y no hay nada que puedan hacer. Estoy de acuerdo con que las indicaciones vienen de arriba, descarto que las compañías telefónicas son manejadas por Satán. De ahí que estos personajes no sólo merezcan el averno, sino que además son funcionales a él. Podrían servir para torturar al resto de los condenados. Su culpa no está en la toma de decisiones, sino en la defensa ladina de estos intrincados mecanismos de estafa; el no ponerse del lado de los seres humanos. La aparente bonhomía con la que se expresan después de ser puteados sistemáticamente a lo largo de todo el día sólo demuestra que disfrutan haciendo sufrir al prójimo.

Aquí una muestra gratis de como se desarrollan esas conversaciones dantescas:

Operadora: - MangoStar. Buenos días. Mi nombre es Vanina ¿en que puedo servirle?

Benegas: - sí, ¿qué tal? Mi nombre es Pablo. Yo tengo un abono de $35 pesos finales y este mes me cobraron $87.

Operadora: -ahá ¿cuál sería el problema?

Benegas: -ese. En el pago fácil no me dejan pagar menos.

Operadora: - No. Va a tener que pagarla toda.

(primera alarma, la respuesta no es la que queríamos escuchar)

Benegas: - ¿Cómo? Pero mi abono es mucho menor.

Operadora: - Debe ser un error. Yo le puedo tratar de averiguar qué sucedió, pero tiene que pagar todo lo que sale ahí.

Benegas: - no entiendo, ¿ustedes se equivocaron y yo tengo que pagar más?

Operadora: - Exacto. ¿Puedo ayudarlo en algo más?

(segunda alarma, el sentido común es pisoteado con una sonrisa)

Benegas: -Quiero presentar una queja.

Operadora: -Muy bien, aquí dejo constancia de que usted está disconforme.

Benegas: -¿No hay algún adulto responsable con el que pueda hablar?

Operadora: -No estoy autorizada a dar esa información.

Benegas: - ¿Como que no p...? (conteniéndome) Quiero darme de baja.

Operadora: -Muy bien. Para eso necesito que pague toda la factura. Además, las bajas sólo se toman las noches de cuarto creciente, a las 3:23 de la mañana en una estación de tren vacía a designar 5 minutos antes y tiene que presentar su documento, un certificado de nacimiento, 2 fotos de 3er grado y 2 testigos que digan que usted conocía la palabra "belfo" antes de afiliarse.

Benegas (vengativo): -¿Saben qué? No voy a pagar nada. JA, JA, JA, JA. Y ninguno de mis amigos va a volver a usar su compañía. ¡Que me vengan a buscar!

Operadora: -Lamento informarle que si no paga se le congelará su cuenta de sueldo, se le cortará la luz en su domicilio y su hija se contagiará de varicela.

Benegas: -¡Pero por qué no se van a la p..., %&$#%%!

Operadora: ¿Desea contratar nuestro servicio de banda ancha?

Palabras más, puteadas menos, todos terminan dándose cuenta de que han entrado en un callejón sin salida. El alma ya no se vende en ceremonias elegantes como las del Mefistófeles de Goethe sino en contratos -en apariencia inocuos- con compañías telefónicas. El ente regulador puede decirle que usted tiene razón, pero presentar una queja le llevará casi tanto trabajo como darse de baja. ¿La solución? Empiezo a pensar que una comunidad Amish no debe ser un mal lugar para vivir.

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