miércoles, 27 de agosto de 2008

De formación de criterio


Una norma protocolar que siempre he escuchado acríticamente es la que dice que en la mesa no hay que hablar ni de religión ni de política ni de fútbol. Más allá de que no propone temas que sí se puedan tratar y con esto sólo favorece los silencios incómodos (quizás sea una norma impulsada por los fabricantes de gaseosas para aumentar el consumo), el foco parece estar puesto en las pasiones que cualquiera de esos tópicos traerían a la mesa, máxime cuando las opiniones no suelen coincidir (y si coinciden en alguno de los temas, todavía quedarían dos oportunidades más de entrar en discordia) Y digo que la escuché acríticamente porque, inspeccionando los temas, descubro que el manto de indiferencia con que el relativismo cubre todo lo que toca hace que tales discusiones puedan ser en estos días fácilmente zanjadas: "Esa es tu opinión y esta es la mía".

Trascendiendo la deseabilidad de tales disputas dialécticas, existen quienes no tienen una postura tomada respecto de alguno de los temas mencionados; estas personas sienten la discriminación de quedar afuera de una polémica en la que podrían haber descargado tensiones pegando unos cuantos gritos. Pensando en ellos he decidido hacer mi aporte, no en temas religiosos ni futbolísticos, sino en las espinosas arenas de la política. Imagínese qué complicado es el panorama en esta área que hasta la arena es espinosa. Algunos de los lectores que frecuentan este blog se dedican a estas artes, así que me juego un cierto capital intelectual frente a ellos, haciéndome susceptible a sus improperios (o a los de personas de otras áreas también) Pero nada de esto se interpondrá en el servicio público que -en mi magnanimidad- brindo desde este espacio.


¿Como gestar un criterio político entonces? Algunas observaciones:

Ante todo, lo importante es saber ubicarse. Lo que está bien visto es ser "de centro". Para esto simplemente hay que encontrar alguien que esté más a la derecha y más a la izquierda. Eso es todo. Por suerte para usted siempre hay guardianes de los confines del espectro político, así que no debería ser demasiado trabajoso. Con tal que no quiera (o más bien manifieste querer) matar a todos los que no piensan como usted ni declame sus ideas desde la casa de otra persona que está usted ocupando ilegalmente, esto debería estar cubierto. Quizás el único requisito importante sea que no haya reclutado un ejército personal; ya sea éste de pelucones dispuestos a tirar bombas molotov como de rapados en campera militar dispuestos a tirar pelucones.

Es cierto que podría usted objetar los motes de "derecha" e "izquierda" diciendo que designan realidades cada vez más dificiles de diferenciar. Coincido, pero la ausencia de referencias espaciales confunde a la gente. Incluso se ha tratado de cambiar los indicadores, pero todas las iniciativas han fracasado.

El primer intento fue la propuesta de cambiar "derecha" e "izquierda" por "norte" y "sur", pero tenían una connotación demasiado geográfica, con lo cuál dio lugar a rarezas como el "Partido Norteño del Sur", así que se desterró esa terminología. La segunda propuesta fue suplirlas por "arriba" y "abajo". Esto trajo problemas de copyright con la Iglesia Anglicana primero y con los barrabravas del club de fútbol Universidad de Chile (autodenominados "los de abajo") después. Actualmente, "el Negro Obdulio", jefe de la barrabrava, pugna por ser el prelado de la Iglesia Nacional de Inglaterra. Si cree que lo político sólo era complejo, incluya también lo religioso y lo futbolístico. Además, el principal problema de esta denominación fue que se empezó a politizar todo: cuando en el cine o en cualquier espectáculo alguien le gritaba a la persona que lo tapaba "abajoooo" se daba lugar a toda clase de reyertas ideológicas que preferimos no transcribir. Un último intento fueron los nombres "fondo" y "adelante". Los enredos lingüísticos no fueron menores, sobre todo en época de campañas electorales: "Adelante con el candidato del fondo", "en el fondo es una candidato de Adelante..." y otras alocuciones del estilo terminaron confundiendo a los votantes. Pero quizás los más confundidos eran los jefes de mesa electoral, ya que miles de votos fueron impugnados como "voto cantado" cuando, señalando el cuarto oscuro, éstos le decían a los votantes: "adelante".

Incluso otras categorías más generales como "conservador" o "revolucionario" no dejan de ser relativas. No falta mucho tiempo para que los que defienden la unión civil entre homosexuales sean considerados conservadores, así como si alguno planteara que gobiernen los filósofos -como quería Platón hace 2500 años- sería todo un revolucionario. No menos ambigüedad conlleva la palabra "progresista", ya que si entendemos el progreso como avanzar hacia el lugar donde queremos ir, quién quiera dirigirse hacia un estado de naturaleza salvaje será progresista en la medida en que elimine sistemáticamente todo lo ligado a la tecnología. Para que sea más claro: si nuestros progresistas quieren parecerse a los legisladores holandeses, quiere decir que la legislación holandesa es de tal tipo. Entonces, los legisladores que defienden esa legislación son conservadores, porque quieren que se mantenga. Por lo tanto, los progresistas son conservadores.

En resumen, si alguien le pregunta, usted diga que es de centro; cuando escarben en temas específicos, responda que adhiere a la doctrina del partido. Si lo dice con la suficiente seguridad su interlocutor no preguntará de qué partido se trata. De hacerlo, mencione un partido inexistente, como el Partido norteño del Sur. Eso debería bastar para hacerse de una autoridad política suficiente para discutir en cualquier mesa (aunque sabemos que en la mesa no se debe hablar de política) Como ve, el criterio político es mucho más fácil de lo que la gente supone. Probablemente haya gente que no esté de acuerdo conmigo, pero seguro que son hinchas de Boca, así que no se preocupe porque no entienden nada de la vida.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Matzo, cada vez mejor. Seguí para adelante, como buen partidista del Fondo que sos

Pablo dijo...

Vikingo, sus nórdicas palabras me sostienen en el dificil camino del literato incomprendido me sostienen.

Camila dijo...

Disfruto de encontrar blogs en donde se expresen distintas ideas y opiniones. Yo los utilizo para conseguir recomendaciones de distintas cosas. Es por eso que cada vez que voy a tomar una decisión trato de buscar opiniones en internet. La semana pasada compre una heladera patrick de recomendaciones que me dieron, y estoy muy a gusto con ello

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