lunes, 9 de mayo de 2011

La guerra del Golf


La vista al frente, hacia el horizonte, donde se vislumbra el fin, la meta, la realización del deseo. Un hombre que ya no es más un hombre sino una pieza estética; una mezcla de potencia y gracia; de soltura y cálculo milimétrico; todo en movimiento; todo fluyendo hacia la consecusión de la perfección.


Mi primo estuvo de visita. Hermanados en la infancia por una amistad en la que el lazo de sangre no era sino un dato más que se agregaba a una larga lista de acuerdos, intereses comunes y códigos propios, el espacio y el tiempo quisieron atentar contra ese vínculo multiplicándose el uno y fragmentándose el otro. Yo me convertí en profesor de Filosofía y él en Ingeniero Civil; él me acusa de construir castillos en el aire y yo le recuerdo que construye castillos en la tierra. Así, a 1400 kilómetros de distancia y con una creciente cantidad de compromisos, sólo podemos reavivar esos momentos muy de vez en cuando. La semana pasada fue muy de vez en cuando.


Cuando uno se ve muy de vez en cuando, se da cuenta de que lo esencial no cambia. Uno es el que es y hace las cosas que hace. Pero, debajo de las grandes estructuras, hay una infinidad de detalles menores que sí van cambiando: hobbies que uno comienza, personas que va conociendo, rituales que incorpora, cosas que adquiere y una larga lista de etcéteras. La anterior vez que nos habíamos visto, mi primo me comentó que dentro de ese listado había un nuevo ítem incorporado precariamente: el golf. Y me invitó a hacer la prueba de incursionar en él. Nuevamente, la linealidad del tiempo impidió que tal incursión se realizase, pero quedó como pendiente. Hasta la semana pasada.


Antes de ir al hecho bruto, quisiera dar mi apreciación del golf en ese momento. Entendía que se trata de un deporte que uno debiera comenzar a practicar cuando se arruina las rodillas jugando al fútbol. Sobre su dificultad, no desconocía el mérito de dirigir esa pelotita hacia donde el jugador lo desea, pero entendía que dar un palazo para que la pelota salga despedida -como se requería en la práctica propuesta de ir al Driving-, no debía revestir demasiada dificultad. Pensaba.


Si bien la idea era, como acabo de decir, simplemente ir a pegarle a un canasto de pelotas*, consideré que era mi oportunidad para disfrazarme de golfista. Me puse una linda chomba y desenterré mi cap ("gorrito", si usted no frecuenta los courts) del fondo de mi tercer cajón. Al mirarme pensé que destilaba un aura golfística que no podía traer aparejada sino buenos golpes. Al llegar al lugar, la conversación entre mi primo y el señor del Driving me devolvió a mi lugar de neófito.




- ¿Así que tienen Green Fee?


- Sí, pero corto, no más de 50 yardas.


- O sea que no salen con todos los palos.


- No, con el pitch, el sand wedge y la snitch** se las arregla.


- Bueno, igual nosotros venimos sólo al driving, así que vamos a alquilar sólo dos palos.


- Bien, ¿cuales prefiere? (a esa altura, yo había dejado de ser un interlocutor válido)


- A mí dame un hierro 6 y... -me miró de arriba a abajo- ...un número 9.




Al parecer yo era un 9, sin que tuviese en claro que decía eso de mí. Fuimos a los boxes desde donde uno tira -él a uno, yo al de al lado- y empezamos.


Primer tiro: rastrón miserable que consigue avanzar unas 20 yardas (no, no, los 'metros' dejélos en casa, acá nos manejamos con yardas. Y no me discuta porque le tiro esta pinta de cerveza por la cabeza)


Segundo tiro: pif. La pelota avanza unos humillantes 15 centímetros.


Momento de asesoramiento técnico por parte de mi primo: "pies simétricos, flexioná las rodillas, levantá el mentón, el culo más para afuera, los brazos rígidos, no muevas la cabeza, todavía no muevas la cadera y no hagas fuerza con los brazos. Pero, sobre todo, estate suelto y relajado". Estas últimas palabras contrastaban con -básicamente- todas las anteriores, así que no supe si debía abandonar la posición de górgola en la que me encontraba o intentar usufructuar las posibilidades que me brindaba la recién presentada técnica.


Tercer tiro: swishhh. Aire. La pelotita sigue en el mismo lugar. Impertérrita.


Cuarto a décimo tiro: swishhhh. No logro pegarle a la pelotita. La frustración aumenta.


Para ahorrarle tiempo, los siguientes 10 a 15 tiros transcurrieron entre 'piffs' y 'swishhhs'. Hasta que, de repente...







La vista al frente, hacia el horizonte, donde se vislumbra el fin, la meta, la realización del deseo. Un hombre que ya no es más un hombre sino una pieza estética; una mezcla de potencia y gracia; de soltura y cálculo milimétrico; todo en movimiento; todo fluyendo hacia la consecusión de la perfección.


¿Cómo dice? ¿cuantas yardas? ¿es eso importante? Vea la plasticidad; observe a las leyes de la física juguetear alegremente; escrute a la naturaleza que parece usarme aquí para mostrar sus posibilidades; deleitese con las contorsiones de ese rígido palo número 9 que aquí parece plastilina en las manos de un artesano del golf. ¿Qué dirían los antigüos escoceses si pudiesen acceder a esta impresionante imagen? ¿qué palabras podrían expresar sus sentimientos frente a este punto que parece concentrar la trayectoria de aquello a lo que dieron comienzo? Me atrevo a pensar que dirían algo así como...








"¡¡¡SWISHHHHHHHH!!!"





Muchachos, el martes vuelvo al fútbol. Que lo parió.




* Aunque hablo de las pelotas que están dentro del canasto, hubo un momento en que pegarle al canasto contenedor no estaba fuera de las probabilidades.


** sé que no se trata de un elemento golfístico sino de una pelota de quiddich (juego de Harry Potter) pero bueno, no puedo acordarme de todos los nombres.






19 comentarios:

Yoni Bigud dijo...

Y sí, no sabe cómo lo comprendo. El fútbol es un deporte infinitamente más noble, y aun cuando uno no logre acertarle a esa esfera de cuero (número cinco) en ninguna circunstancia, todavía habilita la posibilidad de ensañarse, no una sino dos veces, con las pantorrillas del adversario antes de ser desterrado del campo de juego.

Si usté me mira de arriba a abajo con mi indumentaria futboleril, listo para saltar al campo de juego, seguramente dirá: 'Vos sos un número dos'.

O un cinco, contestaré yo, que alguna vez fui definido como 'El checho Batista en sus últimas épocas de Nueva Chicago'*.

* Esto es estrictamente verídico.

Un saludo.

Ochurus dijo...

Eso. Al fútbol.
No sólo porque los cortos y las camisetas de distintas selecciones le sientan mucho mejor, sino porque de hecho en fútbol tiene fama de ser muy bueno.

No se engolosine.

Viejex dijo...

No se desaliente. Su primo es un desgraciado, ¿cómo va a poder acertarle a la bola si en lugar de un palo le dieron una banana?

Además no olvide la famosa descripción de Churchill acerca del golf:

“Golf is a game whose aim is to hit a very small ball into an even smaller hole, with weapons singularly ill-designed for the purpose.”

y el infaltable dicho anónimo

Golf can best be defined as an endless series of tragedies obscured by the occasional miracle

Mecha dijo...

Dios le cuide las rodillas, caballero, porque veo que su frustración se cuida solita para mantenerse a flote...

Samain dijo...

Usted es un exagerado. No es taaaan difícil el golf.

Y dicho sea de paso, en la foto no se lo ve muy relajado que digamos...

Bugman dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Bugman dijo...

Señor Pablo, me encuentro fuera del país y escaso de tiempo para profundizar, pero debo decirle que su
stance es defectuoso, su grip deficiente, su follow through inexistente, y claramente usted debería usar una vara stiff.
En resumen, tiene menos técnica que la revista Cosmopolitan.
PD:Green fee no es una cancha, señor, es la tarifa de la cancha.

Pablo dijo...

Señor Bigud, pero mire qué coincidencia. Un golfista que pasaba, al ver que tenía un palo pero no lograba darle a la pelota, también me dijo que parecía el Checho Batista en sus últimas épocas de Nueva chicago.

Un 5 es un 2 que quiere raspar sin tomar la responsabilidad sobre los goles del otro. Lo quiero en mi equipo.

Ouchurus, no entraré en el tema de si me veo mejor en pantalones cortos, pero sí coincido en que en el fútbol por lo menos impacto la pelota.

(Usted justamente sabe que no puede pedirme que no me engolosine)

Viejex, there wasn't a miracle. Say no more.

Mecha, sobre todo que me las cuide del palo de golf. No sabe lo defectuoso que puede ser mi swing.

Samain, y eso que no incluí la secuencia donde rompía el palo contra el piso. Mis últimas palabras, mientras escupía en sus restos, fueron "i'll be back".

Comentario suprimido, usted siga probando y en algún momento saldrá bien. Yo haré lo propio con el golf.

Señor Bugman, lo sabía. Sabía que aun en la frontera entre Georgia y Azerbaiján, con su smarthphone conectado a una papa (que está carísima) y acorralado por separatistas que reivindican la vuelta del sugus de Damasco, esa imagen no podía quedar impune.

Mire, yo anoto lo que me dice, pero me parece que mi principal problema es el budget. Para contratar a un profesor, concretamente.

PD: ¿"Green fee" porque se paga en dólares o porque sólo cubre la parte del green y el resto de la cancha se paga aparte?

Anavril dijo...

Insisto, me divierto mucho mas con el Crocket.

Admás...vio cuanto sale la indumentaria del Golf???




No probo con la equitación? el Polo?

Que, no es profe en la UCA o en Sanint Andrews????

Sir Lothar Mambetta dijo...

Yo pasé un papelón similar con un primo mío que me invitó a jugar al water-polo. ¿Cómo iba a saber que no había que meter caballos en la pileta?

Un abrazo, profe.


(Los actos mencionados es este comentario son ficción. No se han maltratado animales para su realización).

Dany dijo...

"pies simétricos, flexioná las rodillas, levantá el mentón, el culo más para afuera, los brazos rígidos, no muevas la cabeza, todavía no muevas la cadera y no hagas fuerza con los brazos. Pero, sobre todo, estate suelto y relajado". Estas últimas palabras contrastaban con -básicamente- todas las anteriores"

Esto solo lo volví a leer varias veces y no paro de reirme. Siga en el futbol mientras pueda. Yo ya me retiré. Fui un dos con gran juego aéreo. Derribaba aviones con mis pelotazos.

Abrazo!

Viejex dijo...

Sabía que aun en la frontera entre Georgia y Azerbaiján, con su smarthphone conectado a una papa (que está carísima) y acorralado por separatistas que reivindican la vuelta del sugus de Damasco, esa imagen no podía quedar impune.

No entiendo. Damasco no quedaba en Siria? por qué le reclaman a Bugman el retorno del sugus...a él no le gustaban los media hora...puaj! que asco, los media hora...¿a quién le puede gustar esa porquería con gusto a laxante???

Nefertiti dijo...

Mire, no sé si será difícil o no, aunque es posible que subestime completamente ese deporte, pero debo decirle que pegarle a una pelotita, caminar a buscarla y eventualmente intentar acertar e un minúsculo hoyo que seguramente me sacará de mis casillas no es definitivamente mi idea de deporte. A mí deme algo para golpear, un tobillo ajeno en lo posible.

Martín dijo...

El golf es una oportunidad ideal para usar pantalones pinzados a cuadros y chombas pastel. Qué se yo, algún día voy a jugar, espero todavía me entren esos pantalones.
No se dé por vencido, empiece con un golfito.

Mariano dijo...

Bueno, si hablamos de la "Guerra del Golf", claramente Bugman vendría a ser algo así como el Bin PeLaden de dicha disciplina, ¿verdad?

Párrafo aparte, para el casi emotivo "alguna vez fui definido como 'El checho Batista en sus últimas épocas de Nueva Chicago'", del estimadísimo Señor Bigud.

¿Su texto? Como siempre, caballero, impecable. Impoluto. DIgamos que "caddy" día escribe mejor.

Pablo dijo...

Amable comentaristas, cuando la sinusitis o la carga laboral cedan (lo que pase primero) responderé los comentarios que los han hecho calificar como "comentaristas" en el título de este comentario.

Por su atención, muchas gracias.

Pablo dijo...

¿Seguro? Pero entonces ¿no me lo van a quitar ni nada? ¿O sea que yo lo mando y va?. Bueno, bueno. Pruebo. Pero sino mire que lo voy a ir a buscar.

Señores, después de la imploción bloggeriana de la semana pasada, vuelvo al ruedo con nombre y todo para responder. Y que sea lo que Dios quiera.

Anavril, mire, es como ir a una fiesta de disfraces. Si uno quiere usar un disfraz oficial, es carísimo, pero si se las arregla con lo que tiene puede ir de hippie o de Shaggy. Ahora, no sé por qué me habla de disfraces cuando yo le hablo de golf.

Sir Lothar, ya me parecía. Con lo que cuesta mover el taco debajo del agua.

(Los actos mencionados es este comentario también son ficción. No se han maltratado tacos para su realización. Los sentidos del humor que resultaron heridos fueron voluntarios).

Dany, no se preocupe. Seguiré el futbol por mucho tiempo más. Por los canales de cable lo seguiré.

Viejex, la mayúscula la puso blogger. La culpa de todo es de blogger.

Nefertiti, hasta que aclaró que el tobillo golpeado debía ser ajeno, la descripción coincidía con mi swing de golf.

Shimmy, me parece que me calzo unos pantalones a cuadros y vuelvo al golf de computadora, en el que era un as.

Mariano, bueno, usted viuo como vino, tiró una bomba y se hizo humo ¿no?

Con respecto a sus generosos epítetos, le pido que me los diga cuando haya pasado más tiempo desde su último post, para que sean creíbles.

El Señor F. dijo...

Me declaro incapaz de decir algo más gracioso que lo dicho por los ¿amigos? de Yoni.

Así que simplemente voy a dejar esto.

http://www.youtube.com/watch?v=pcnFbCCgTo4

Fernando Galindo dijo...

acabo de encontrar su blog con el boton Siguiente blog» y me gustó y ya está entre los favoritos.

Ahora pa que me envidie le cuento una historia mia parecida de hace unos años atras.
Estaba de asado en casa de mi primo y este estaba incursionando en el golf.
Estaban él y un amigo en el patio de la casa con sus palos de golf practicando a unos 25 metros de la casa. Me acerco con mi andar ultrafutbolero a ver que onda.
¿puedo tirar?
usaban unas pelotas tipo pingo pong de plástico que me dijeron que eran para entrenar.
Sus tiros algunas veces llegaban a la pared de la casa.
Primer intento le doy y la pelota rebota en la pared de la casa.
va mi primo: pifff
el amigo: hasta la pared
yo de nuevo: vuela al techo
(suerte de principiante)
yo de nuevo: al techo de nuevo y casi pasa por arriba a la casa
y no me dejaron mas porque no tenian escalera y que se yo.
nunca mas toqué un palo de golf pero ese dia fui happy gilmore.

por supuesto volví a mi amado fulbo

un saludo

(mi apodo es futbolero pero no hace honor a mi jogo bonito)

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