Salón de conferencias del Partido Popular de Trabajadores Aunados (Pa.Po.T.A.) 21:12 hs.
Los he citado a esta conferencia de prensa para dar respuesta a algunos rumores que corren sobre mi persona y que me hieren política y personalmente. Y creo que me hieren precisamente porque corren sobre mi persona.
Ante todo responder a las constantes acusaciones de jugador compulsivo. Me duelen este tipo de estigmatizaciones porque eso es algo que ha quedado en el pasado. Pueden apostarlo. De hecho, todavía nos juntamos con los muchachos del grupo de jugadores en recuperación los martes a jugar al poker.
(murmullos)
Antes de que empiecen a chillar aclaro que jugamos con porotos. Si bien es cierto que tengo una deuda de 26.000 bolsas de porotos, es una mentira artera que las haya comprado con fondos públicos. Los fondos mencionados fueron gastados íntegramente en alcohol.
(agitación entre la multitud)
Incluso este hecho ha sido pérfidamente descontextualizado por cierta prensa tendenciosa, que ha sacado nota tras nota sobre ciertas fiestas descontroladas en las que aparezco en compañía de políticos corruptos, narcotraficantes, prostitutas y la defensa de Boca del 89. ¡No lo niego, señores!
(¡oooohhh!)
Antes bien, me enorgullezco de ello. Forma parte de una incomprendida cruzada llamada "Sacados de la calle". El plan es tan claro como infalible: mientras están bailando el tutá-tutá con señorita contratadas (además, bien visto, es una fuente de trabajo) o desmayados en un sillón, claramente no pueden estar simultaneamente robando o tramando planes mefistofélicos. ¡He comprometido mi hígado en la causa de la seguridad nacional!
(tímidos aplausos mientras se cruzan miradas de desconcierto)
Es muy posible que -con la ayuda de la cirrosis y las enfermedades venéreas- hagamos de este un país más seguro en poco tiempo.
No contentos con vejarme moralmente, quieren también denostarme intelectualmente. Circulan versiones sobre la notable semejanza existente entre mi Manual de coordinación y una obra política del siglo pasado. Sólo puedo decir que no sé hasta donde he logrado influir en otros escritores, pero no puedo hacerme cargo de eso. Estas acusaciones me desgastan, y no descarto que algún día diga -como el personaje de mi novela El flaco de la lanza y su relleno compañero-: "En un lugar de Buenos Aires, de cuyo nombre no quiero acordarme..." para referirme a mi tierra. Y ya que estamos en el tema de no hacerse cargo, quiero hablar sobre los 4 hijos que se me adjudican. Los tres que quiere que reconozca mi mujer vaya y pase, pero en el caso del otro la mentira se hace evidente. Si bien se parece a mí, tiene los ojos marrones y los míos son color café.
No contentos con enlodar mi nombre, quieren involucrar vilmente a mi familia bajo acusaciones de nepotismo. ¡Fabulaciones de opositores desesperados! Sobre estas argucias hablará directamente mi vocero oficial, el tío Pepe, quién aprovechará para responder consultas sobre los proyectos que mi hermano Alfredo está llevando a cabo en el country donde viven mis padres. ¡Uno no puede descuidar electores en ningún lado, muchachos! Ja, ja, ja...
Habiendo limpiado mi injustamente mancillado nombre los dejo porque tengo una reunión política con el ex-presidente Clinton en el salón Caimán o algo así. Buenas noches.
7 comentarios:
Te inspiró la frase "En el Calafate obtuvimos el 60%"???
Viejex, en general trato de no robar material humorístico de otros, pero algo debe haber influído para la forma que tomó.
El tipo es una suerte de Berlusconi, Brujita Verón, Torquemada, Agustín de Tagaste en su juventud y Carlitos Balá del subdesarrollo.
Supongo que en la defensa de boca del 89 todavía jugaban Stafuzza, Richard Tabares y el ruso Abramovich.
Nadie que se junte con esos tres presos (aunque sea para hacer beneficencia en el este de África) puede ser una persona honesta.
No me quiera vender gato por liebre.
Un saludo.
Y... yo votaria por usted.
Ludmila, un tipo con personalidad definida como quien dice.
Yoni, si no mal recuerdo, era una línea de cuatro de la que participaban los mencionados Stafuzza y Abramovich pero que completaban el Quique Hrabina y el inefable Ciciuffo (Cuchufo)
Efectivamente, una banda de sicarios.
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