Como ya es de conocimiento público dentro del público que tiene conocimiento privado de este espacio bastante privado de público, una o dos veces al año me toca viajar por trabajo. Durante un par de días, me pagan viajes en avión, en remises ejecutivos, un hotel y comidas para poder escuchar no sé qué cosa interesante que tengo para decir. Uno pensaría que una cosa así debería levantarle el ego a uno, pero lo único que logro pensar es que soy un ladrón; que nada que tenga para decir justifica la lista de gastos que imagino mientras firmo recibos y remitos. Qué se yo, quizás me amamantaron poco. La cuestión es que usted tiene la suerte de encontrarme en uno de esos viajes, para disfrutar de una nueva bitácora; donde podrá compartir esa mirada que surge cuando uno deja de ser protagonista de la vida para ser un mero espectador de ella.
Lo primero que hay que decir es que el viaje empieza en el mismo aeropuerto. No, no en el evidentísimo sentido de que es desde donde sale el avión, sino que el ingreso a la terminal aérea es ya dejar el terruño. Por lo menos, los precios de las cosas así lo indican. Una botellita de cualquier bebida cuesta $17. ¡$17! ¿Como no sentirse en Europa cuando nuestra plata se licúa de esa manera? Uno casi puede ver el cartel: "No poors allowed".
Subo al avión. La perspectiva de tener varias horas sentado al lado de un desconocido me ha llevado a asemejar el resultado a una lotería. Puede tocarte cualquiera. La fantasía es que sea una mujer despampanente; alguien famoso o -por que no- la conjunción de ambas dos.
Avión de la fantasía de Pablo. 19:42 hs.
- Hola, soy Araceli Gonzalez ¿este es el 14 D?
- Sí.
- ¿Qué vas a hacer a Lima?
- A dar unos cursos de capacitación.
- Pero qué interesante. ¡Y además sos profesor de filosofía! Siempre quise saber más de filosofía. ¿Sabés que esos datos, sumados a la manera casual con que manejás el hecho de que yo sea famosa y despampanante, hacen que quiera que nos juntemos a comer?
Un gordito morocho con barba de dos días y cara de pocas luces me hace comprender que comeré solo durante mi estada en Lima. Superada la desilusión inicial, empiezo a ver quién es quién en el avión. Un contingente de muchachas agraciadas se ubica 3 o 4 filas más adelante; el bebé que llora, 20 filas para atrás. A mi lado, cruzando el pasillo, uno de esos chino-americanos o nipón-americanos llamados Davis Wong que siempre están en un equipo de expertos en algo de la Universidad de Stanford, Yale o Massachussets lee en su tablet. Una camisa a cuadros, un pantalón beige y un par de zapatillas enmarcan esa característica parsimonia oriental. Las azafatas son lindas. Deben haber hecho furor en los 60s.
A diferencia de las últimas veces, esta vuelta me toca viajar por Aerolíneas. La nave es espaciosa y equipada por una tecnología nunca vista. A menos, claro está, que usted no sea un hobbit. Porque si es un ser humano, tendrá que elegir entre estar cómodo y mantener sus extremidades, o entre una intimidad impuesta con el muchacho que reclinó el asiento de enfrente o cambiar de lugar con el chaleco salvavidas. La cosa es que me propongo llenar los formularios de migraciones. Siempre lo dejo para el final y tengo que estar llenándolos en la fila sin lugar para apoyar. No tengo birome, así que se la pido al chino. Antes era bastante puntilloso para llenar esos formularios (si decía "apellido/s" ponía mis dos apellidos, si decía "nombre/s", ponía mis dos nombres) hasta que vi lo rápido que lo despachaban y la poca importancia que le daban. Ahora en domicilio puedo poner algo del tipo "Rivadavia" o "Palermo". Uno de estos días tomo coraje y pongo Johnny Tolengo a ver qué pasa.
Despegamos. Al rato, pasa el servicio de abordo. Bah, nos sirven la comida. Bah, nos dan el sandwich. El gordito morocho se corta con la caja de cartón que contiene el combinado fiambrístico. Pide una curita. Le traen una curita. Pregunta si le podrían traer alcohol. Le dicen que no tiene alcohol. Yo, con un vaso de tinto en la mano, tiendo a diferir. El gordito retruca que se cortó del lado de adentro. La azafata empatiza, pero sigue sin tener alcohol. El gordito entiende que la empatía es lo máximo que va a conseguir y se da por satisfecho. Por suerte, temí que tuviésemos que aterrizar de emergencia.
El viaje transcurre sin sobresaltos. El oriental se saca los zapatos. Ver sus medias sobre la alfombra me remite a lo que uno ve en las películas, donde todos van por la casa descalzos sobre la alfombra. Pienso que quizás por eso las paredes son de mampara, porque el primer japonés que intentó abrir un picaporte murió por la estática acumulada. Celebro mi propio humor. Cuando quiero compartirlo con el de al lado, encuentro un semblante que me hace desistir. Vuelvo sobre mis cavilaciones. De repente, sin decir "agua va", el hijo del sol naciente mete su mano en la zona inguinal sin remordimientos, como quién metiera la mano en la mochila para chequear si mandó los genitales a bodega o los trajo encima. No termino de recuperarme cuando repite la maniobra inmisericordemente. Completa el reacomodamiento general sacándose las medias y frotándose los dedos. Miro la bolsa de mareos de reojo.
Vuelve hacia lo que estaba leyendo en el tablet. Parece que es Sherlock Holmes. No, no él. Lo que lee. No creo que Sherlock Holmes se frotase los dedos en público. Una tensa calma envuelve a todos los que tenemos ojos entre las filas 11 y 14. Justo cuando pensé que todo había pasado, veo que su escozor es simétrico y ahora se rasca el traste con gran intensidad. Para facilitar la maniobra, tuvo la prudencia de desabrocharse el botón del pantalón. ¡Y todavía faltan 3 horas de viaje! A la altura de Salta, a este sujeto lo tenemos en bolas lanzando heces.
Merced del efecto del sueño -o de algún talco especializado- el resto del viaje transcurre sin mayores sobresaltos. Eventualmente llegamos a la ciudad de Lima, donde me esperaba un remís y una fiebre local. A esta última atribuyo el haberme reído anoche con la película "Un regreso con gloria". Ahora los dejo para seguir lavándome las manos.
¡¿Justo al chino tenía que pedirle prestada la birome?!
23 comentarios:
No se preocupe Señor Pablo. Una vez yo viajé con Andrea Frigerio y también tuve que cenar solo. Ingrata. El avión de fantasía puede diferir de la realidad.
¿Eh?
No, no viajé CON Andrea Frigerio. Viajé en el mismo avión.
No, tampoco estaba en el asiento de al lado (sospecho, por su descripción, que viajé al lado del mismo gordito que usté).
No, ni siquiera en la misma fila.
No, bueno, tampoco en la misma sección. Yo iba en turista, y ella en... bueno, ahí donde viajan las personas que pueden pagar un viaje en avión.
Está bien, en realidad CREO que era Andrea Frigerio. Estaba demasiado lejos para saberlo con certeza.
Y... qué quiere...
Al menos no anduve codeándome con los genitales de un oriental.
Disfrute su estadía. Siempre es lindo viajar, más allá de los merecimientos.
Un saludo.
jajajajaja! Me mató cuando dice que el tipo a la altura de Salta va a estar en bolas repartiendo sus heces como mono en zoológico.
El chino es como el personaje de ese cuento que va a una cena importante y al comer, se atraganta y empieza a escupir la comida y entonces estornuda y le salen los mocos para afuera y como lo estan mirando se los sorbe y le da asco y vomita sobre el plato.
Todo el mundo lo mira con la boca abierta y el comensal que lo tiene en frente le dice:
"Y con las orejas, sabe hacer algo?"
Abrazo y buena estadía en Lima!
Si este fue el viaje no me quiero perder la estadía. Impagable el pensamiento del oriental fulminado por la estática acumulada en el picaporte. No paro de reirme.
Una vez viajé al lado de Araceli.
Areceli Gómez.
Me voy porque el comentario de Carugo me dio asco. Abrazo.
Señor Pablo, en mi último viaje compartí avión (no asiento, afortunadamente) con el Señor Florencia de la V.
No se queje tanto.
¡Y por las manchas del Proxicaptor, en esta visita a Lima, deje de ser tan melindroso y cómase un buen cebiche!
Señor Bigud, le pido por favor que no sostenga una afirmación de ese tipo. Ni con el codo ni con ninguna otra parte. Así comienzan los rumores...
Carugo, seguro que con esos chistes hizo roncha entre los millonarios americanos de su crucero. Bah, si ellos tienen un sentido del humor como el mío. Oh, lo lamento.
Dany, ojo que Araceli Gomez tiene lo suyo.
En serio le digo, tiene lo suyo. La vi irse con su billetera y su celular.
Bugman, creo haber cumplido con la alimentación adulta (y marítima) con la corvina que almorcé. De acá en más, in chatarra we trust.
Por otro lado, no puedo evitar imaginarme al señor De la V haciendo el mismo movimiento que el chino.
Araceli????
Araceli?????
really???
me corto el pelo y le doy mil vueltas!
Bué, ta bien...media vuelta le doy.
Carugo!!! estoy comiendo querido!!! que asqueroso!
simplemente jajajaajajajajajajajajaaj
Ouchurus:
Mire, el comentario yo lo escribí a las ocho y esa hora, para cenar es temprano y para el Té es tarde.
Usted, también, ponerse a leer cuando cuando la familia está reunida para la cena!
Es el único momento en el día que pueden compartir juntos...
Le mando un beso (si es que su consorte me lo permite)
Carugo: yo comenté cerca de las 22.30...marido de viajwe...niños durmiendo...con quien quiere que me reúna?!!!
reitero: un assssco!
Dato revelador: lo del japonés muerto por la estática es impresionante.
Ciencia, historia y una fantasía con Araceli Gonzalez. Este blog lo tiene todo.
Un abrazo para usted y saludos a Vargas Llosa.
No se queje, siempre puede ser peor. Normalmente (y con muuuucha estrella) me toca viajar sentada entre Mr. Bean y Marilyn Manson. Pero siempre es preferible a una madre con su bebé. Porque uno no puede montar en cólera libremente ante los llantos y gritos de ese pequeño ser, porque uno sería un desconsiderado. Claro que unas gotitas de Alplax en la mamadera... digo... que?!?!?! no me mire asíiiiii
Genial lo del por qué de las mamparas en las moradas orientales.
Lo vendió demasiado barato, igual; "Celebro mi humor". Un "Sí, soy genial. Imagínense el final y el resto del blog porque no escribo más después de esto" no hubiese quedado mal.
El problema es que Ud. se subestima mucho. O quizás su estado de ánimo se ve condicionado por algún acontecimiento reciente.
Vaya uno a saber!
Saludos, maestro!
Ay, Carugo! Yo me acordé de la diferencia entre susto, espanto y horror:
Susto: encontrarse con un gusano al morder una manzana
Espanto: lo que experimenta el gusano
Horror: encontrar medio gusano.
Como se quejan, che! yo creo que viajé en el subte con Zulma Lobato (si se escribe así) y en hora pico.
Yo si sé que cosa es el horror...
Don Pablo, no pienso hacerme el gracioso con mi comentario. Bastante gracioso ha sido Ud. con su artículo, que debo decirle, a mi juicio es de lo mejorcito de los últimos tiempos.
Lo de Araceli, los papeles, el chino, en fin, mencantó.
Ouchurus, por supuesto, por supuesto. Usted le da tantas vueltas a Araceli que directamente la orbita. Pero el gran público no la conoce, así que tuve que recurrir a la (escultural) figura de Araceli.
¿Cómo que voy a dormir en el sillón?
Anónimo, qué poder de síntesis. Gracias.
Carugo, mande nomás. Y si puede, algunas palabras que puedan evitar que duerma en el sillón. Sí, cuando cambie plata hago el pago.
Sir Lothar, y, si me apura, le digo que desde 1995 el 80% de los hombres tiene fantasías con Araceli. All in one.
Nefertiti, comprenderá que no estoy en posición de escupir al cielo. En los últimos años, me ha tocado ser el que cae al avión con dos chiquitas, de las cuales la menor parece un irlandés ebrio que busca pelea (aunque hay que reconocerles que no lloran)
Federucho, lo esperaba. Sólo era cuestión de tiempo. ¿La verdad? Pensé que su fuente de alegrías futbolísticas iba a ser únicamente Cacho por mucho tiempo, pero me equivoqué. Lo felicito.
¿Usted dice que podía conseguir más por el chiste?
Viejex, lo repugnante de su chiste fue inmediatamente tapado por su relato posterior. Temo preguntar cómo se dio cuenta de que era ZL.
Shimmy, le agradezco las apreciaciones, que por otro lado comparto. Tampoco es que para ser de lo mejorcito de los ùltimos tiempos había que esforzarse tanto, pero...
Tal vez por no exagerar, se me ha quedado corto en los dos datos. Ya antes del '95 eramos el 97% de los hombres los que teníamos fantasías con Araceli González.
No me hace falta buscar en Google para decirle que en el '94, esta belleza hizo "Nano" y ya en ese entonces eramos unos cuantos los que nos aplastabamos los genitales con la puerta, desesperados. Y eso que no se había operado y sus pechos apenas tenían el tamaño de las ojeras de Gustavo Bermúdez (que no es poco).
Un abrazo, profe.
´ (ahí va el acento que me comí).
Ja, m´encantó el chiste de la estática. Lo leí anoche y todavía me sonrío. Pena que su compañero de asiento no lo quiso escuchar. Bueh, él se lo perdió.
Y adhiero a Ouchurus, Carugo, que asssssco!
"Nano" es del 94? Ya tiene 17 años? ... no sé que tanto impresionarme frente a eso...
Qué ceguera hormonal la suya Mambetta!!! Araceli tendrá un lomaso envidiable, pero no me diga que se comía esa novela solo para verla "actuar"?!!!
"Ta bien...actúo, pero si no me hacen hablar"
Ni de muda era creíble!!
será posible los hombres?!!! ;)
Muy logrado, me sumo al grupete que aun rie por lo de la statica.
A mi me toco viajar con el plantel de Boca, todos toditos, y me putié con el arquero que se negaba a bajar la persianita y a mi me daba el sol en el ojo.
Me la tuve que bancar, porque sino en la luna de miel iba a faltar el marido.
Sir Lothar, pensé que Araceli había empezado a atentar contra la salud visual de los argentinos más despué. Usted es un hombre de ciencia.
Guada, lamentablemente, mi compañero daba más para graficar el "después" del golpe de estática. Eso sí, no sé si su problema era el querer.
Ouchurus, le pido que no subestime las capacidades de un hombre en celo. La lejana posibilidad de que se produzca un desnudo debe sostener el 40% de la audiencia de Gran Hermano.
Uncle Leo, trompearse con el plantel de Boca hubiese sido una crónica difícil de igualar. Probablemente corta, pero difícil de igualar.
...el japones fulminado por la estatica...
FA-BU-LO-SO
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