En el día de hoy, y aún contra toda sospecha (principalmente las mías), este blog cumple un año de existencia. Y aunque en el pasado he expresado que no hay nada de meritorio en
cumplir años, fue porque hablaba de personas que simplemente son corrompidas por el t

iempo y no de blogs con textos inmortales. Este blog, si bien se va corrompiendo con el tiempo, no deja de ser un texto. En conclusión: es meritorio que haya durado un año.
Haciendo un balance de lo acontecido desde aquél
viernes 16 de mayo de 2008 saqué en limpio algunas cosillas que comparto para la edificación de las almas profundas y admiración del vulgo:
1) "Me sorprende tu capacidad para decir pavadas" puede ser tomado como un halago hacia la continuidad más que como una objeción hacia el contenido.
2) En el caso de las personas que escriben blogs, el ego puede cuantificarse: se mide por comentarios. Lo cual es bastante razonable, ya que es el único feedback que uno puede tener. ¿El único? En realidad, no. Muchos amigos, conocidos, extraños con psicopatologías y choferes de la línea 39 me han dicho "yo no comento, pero te leo siempre". Ahora bien, ¿puedo yo ir a una editorial y decir: "mi blog es un suceso. Sólo que la gente se queda absorta y no comenta"? No, desde ya que no. ¿Puedo hacer algo? Desde ya que n... ¿cómo? ¿puedo poner un contador? Quiero lectores, no un balance. ¡Ah! Ese contador. No, no lo había pensado. Bueno, veré como hag... ¿cómo que podría probar escribiendo textos decentes? ¿Sabe qué? Tome su colectivo y váyase.
En fin, la cuestión es que decreto este como el Día nacional del comentario. En este blog, se entiende. No, porque ya veo que ahora va, comenta en el de Hernán Casciari o el de Liniers y siente como si hubiera hecho patria. No es así la cosa. Se trata de comentar aquí.
Aunque pueda parecer reprochable, en realidad este "día" durará una semana, aproximadamente hasta que aparezca otra cosa publicada. No sea quisquilloso, bien que si el feriado del 12 de octubre durase una semana no discutiría nada. Y, aunque parezca todavía más reprochable, puede comentar las veces que quiera (suponiendo el piso de un comentario, si lo que quiere es no

comentar, entonces no comente
las veces que quiera sino, por lo menos, una) El objetivo es superar el histórico de comentarios de este blog, dado el día jueves 16 de octubre: 24 comentarios. Esa es la manera en que se me ocurrió festejar este año de existencia. Por otro lado, tiene que reconocer que es un objetivo relativamente modesto. Hay gente que recibe esa cantidad de comentarios por quedarse dormido arriba del teclado y publicar por accidente una combinación azarosa de letras. No digo que reciba mejores comentarios, pero sí más.
Eso sí, soy conciente que una cruzada de este tipo se asemeja a ser el nerd de la clase y festejar tu cumpleaños en la cancha de River: puede salir bien y conseguir un relativo éxito o salir mal y patentizar todavía más la falta de amigos. Si esta imagen no logró conmoverlo, bueno, siga leyendo hasta que el agotamiento lo haga.
No sé si usted lo sabe, pero en la jerga blogger a quienes leen y no comentan se los conoce como muditos. Piénselo bien: con un esfuerzo mínimo, usted pasaría de ser un mudito (desagradable sobrenombre) a ser una "persona que comenta sólo en ocasiones especiales". ¿Qué tal, eh? Como para incluir en el CV ¿no? Pero puede ser que usted sea efectivamente mudo. En ese caso lo más sensato sería quejarse de este texto por discriminatorio. Hágalo en los comentarios, por favor.
Algunos objetan que no se les ocurre ninguna genialidad para decir y por eso no escriben. Si ese fuese el criterio, yo no estaría festejando este primer aniversario. De cualquier manera, les dejo algunas frases a las que pueden echar mano y poner como propias:
a. Leer este blog es comparable a estar en París con Jennifer Lowe Hewitt...leyendo este blog.
b. Cuando leo este blog me imagino a Borges volviendo a la vida y dedicándose a jugar al futbol.
c. sbgjjbflsdbgsd ("la emoción me nubla la vista y por eso no puedo escribir bien")
d. Este blog es...
e. es...
f. es... (rellenar con algún adjetivo positivo en un tercer comentario)
g. algunas opciones más
aquí.
Por otro lado, no tiene que ser necesariamente algo alusivo. Puede ser un comentario ingenioso, un chiste o simplemente un recordatorio. A los fines prácticos es lo mismo y me ahorra al mismo tiempo la consabida incomodidad del
elogio y la vejación de la crítica. Ejemplifico:

-
"Pensar que el año pasado a esta altura Ramón Díaz era el técnico de San Lorenzo"-
"Recordar que los 16 de mayo es tu aniversario de casamiento"
-
"Recordar que mi clave de cajero es 4554"- "Lo felicito, ya ha durado más que un matrimonio entre celebridades, que un técnico en el futbol argentino, que un embarazo o que un año lectivo" (nota mental: veta a explotar para los aniversarios)
Como dije, les recomiendo firmemente que comenten. De otra manera me obligarán a tomar medidas que no quiero tomar. Después no digan que no les avisé. Si no comentan, me veré en la penosa obligación de comentarme yo mismo bajo varios nombres ficticios.
¿Qué? Dije que era penosa ¿no?
Con un poco más de seriedad, quiero agradecer a todos aquellos que en este año se han molestado en leer periódica o eventualmente los textos; a los que, con sus comentarios, le han dado vida a este blog; a papá y mamá que me están mirando y a todos los que me conocen.
Los dejo con algunas palabras que me han llegado al pasar y que agradezco especialmente:
"Un suceso en las letras argentinas"
(Julio Cortazar, hablando del Adán Buenosayres de Leopoldo Marechal)
"Espléndido, excelente, admirable"
(el diccionario de la Real Academia, definiendo la palabra "magnífico")
"¡Genio! ¡genio! ¡genio!"
(Víctor Hugo Morales, relatando el segundo gol de Maradona a los ingleses)
"Que lo disfruten con salú"
(Pablo, despidiéndose de los lectores)
* las imágenes que acompañan este artículo son algunas de las que aparecen cuando se pone la palabra "uno" en google. Aclaro porque entre lo misterioso y lo lisa y llanamente inentendible hay una delgada línea.