Introducción: casi por definición, la obras de divulgación implican una simplificación. Esta condición para una mayor comprensión de la redacción que logre una mejor retención en el lector huevón parece una contradicción. Pues la ejercitación del intelecto simplón no se da en la consumisión de papilla sino en la conformación de hábitos y la superación de una postulación simple de la realidad. Pero esta constitución no se da en la repetición de lo que diga un libro a elección sino en la fijación y comprensión de una concepción que bien podríamos denominar 'cosmovisión'. Y si bien la acreditación de esto es díficil, una evaluación externa puede confirmar nuestra percepción de la consecución de una idea propia o de la adhesión a una tradición existente. Por supuesto, esta clasificación no tiene la intención de generar confusión sino de ayudar a la clarificación para facilitar la elección de bibliografía futura.
- ¿Eh?
- Perdón, Galíndez. Me voy por las ramas. En realidad lo cité para hacerle una devolución de su examen de Historia. Y me han pedido expresamente que lo haga porque su performance preocupa por lo que se pueda pensar de esta institución. Y de los seres humanos en general. Al parecer, en el último ranking, nuestro país habría caído 23 puesto sólo por su prueba, Galíndez.
Ante todo, para que no lo tome como algo personal, quiero que sepa que yo creo que hay un mérito en hacer libros de historia como los de -pongamos por caso- Felipe Pigna, que simplificando un poco el asunto lleva por los avatares de la historia a un amplio espectro de lectores. Se trata de un mérito económico, sin duda. De hecho, de ahí viene la expresión de que un libro "salió como Pigna". Pero divago, Galíndez. Decía, hay ciertas cosas, sin embargo, que no pueden dejarse pasar. Bah, quizás pudiesen dejarse pasar a una exposición dadaísta o a un drenaje, pero no a un examen de Historia, que es lo que nos congrega hoy.
En primer lugar, es destacable que comprometa su visión en los acontecimientos históricos, pero quizás se haya pasado de rosca con los subjetivemas. Aunque poco académico, puedo aceptar que desde un determinado marco teórico se refiera a los norteamericanos del siglo XX como "cerdos imperialistas". Aunque no soy amigo de las repeticiones, también podría conceder que repita la adjetivación para los ingleses del siglo XVIII; pero no creo que pueda aplicarlo sin más al milenario Imperio Chino. Es claro que la carga es otra. Y dudo que la dinastía Ming haya planeado saturar Occidente con mercancía barata y de mala calidad como usted les imputa. No, no, el gato que saluda constantemente no tiene nada que ver con ellos. Ni tampoco el supermercado que está a la vuelta de su casa, así que directamente taché todos sus reclamos referidos al mantenimiento de la cadena de frío y el redondeo a favor del cliente.
Tampoco puedo negar su compromiso afectivo con los grandes personajes históricos, pero usted lleva sus simpatías demasiado lejos. Por eso quería aclararle que a Heráclito le decían "el obscuro de Éfeso" gracias a su prosa sibilina y enrevesada. Ciertamente "el Negro Heráclito" no tiene una significación análoga. Y si bien "el Azote de Dios" es también un sobrenombre, tampoco es homologable con "el hinchapelotas de Atila". Pero le reconozco que esas referencias por lo menos eran claras. No tanto así en otros casos. Por eso le pido que deje las supersticiones afuera del aula: 45 minutos tratando de entender a quién se refería cuando hablaba del presidente "Mendez". Recién cuando menciona las políticas económicas "del innombrable" pude unir cabos. Incluso uno de mis hijos que leyó a la pasada me preguntó si Lord Voldemort había sido presidente de Argentina. Justo estaban pasando las noticias, así que no sabe lo que me costó quitarle esa idea de la cabeza.
Por otro lado, no tengo intención de rehacer el camino de sus asociaciones libres, pero las facciones que apoyaban respectivamente al Pontificado y al Emperador en la Europa del siglo XII se denominaban güelfos y gibelinos, y no 'golfas' y 'gobelinos'. No, no me interesa saber en qué sentido usted considera que libran una batalla. Simplemente es inexacto.
Quizá, para redondear, marcarle algunos errores puntuales. Cositas de nada. Waterloo no fue una marca de inodoros y la conferencia de Yalta no tuvo como objetivo la promoción de un antiácido. Ciertamente no fue Blas Armando Giunta el que dijo que sólo podía ofrecer "sangre, sudor y lágrimas". No, no le voy a preguntar al plantel de Mandiyú del 92, no fue él quién lo dijo. El régimen de Vichy nada tiene que ver con una crema francesa para perder peso y cuando pregunto por los antecedentes de Perón no puede contestarme que antes era Cangallo.
Ponerle un cero sería ofender a quienes han sido sorprendidos copiándose, pero por otro lado los profesores de esta institución consideramos que haber cursado el mismo año 8 años es una paradoja temporal peligrosa y que la única marmota es usted mismo así que hemos optado por aprobarlo, teniendo en cuenta que algunas respuestas son correctas si uno simplemente cambia la pregunta. Por ejemplo, su respuesta sobre los factores desencadenantes de la primera guerra coincide con la descripción de las prácticas rituales en los deportes de los Mayas.
Además, desde la DEGEP nos dicen que prenderlo fuego no es una solución posible.